Ahora con Castrilli en contra: las semanas más turbulentas de Roberto Tobar al mando de la Comisión de Árbitros
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Ahora con Castrilli en contra: las semanas más turbulentas de Roberto Tobar al mando de la Comisión de Árbitros
Jorge Almirón se sienta en la sala de conferencias del estadio Monumental y se desahoga. El técnico de Colo Colo aún está dolido por la derrota del Cacique en el Superclásico frente a Universidad de Chile. Busca culpabilidades. Ajenas, por cierto. Y apunta a un responsable contra el que ya había apuntado en plena cancha del Estadio Nacional, con una consecuencia observable públicamente: la expulsión.
El estratega se refiere en duros términos a la actuación de Piero Maza. “El equipo jugó un buen partido y pasó lo que todos vieron.Los penales fueron un robo. Eso nos dolió, porque nos aleja de la pelea en la parte alta”, disparó en la parte más controvertida de su intervención. Precisamente, la que generó toda una controversiaque terminó salpicando a Roberto Tobar, el presidente de la Comisión de Árbitros de la ANFP, quien acabó transformándose en el principal afectado por el enredo.
Las polémicas continuaron. El fin de semana, la actuación de Nicolás Gamboa en el duelo entre los albos y O’Higgins revivió las críticas. Javier Castrillino dejó pasar la oportunidad de lapidar a su sucesor. “Hace 4 años Nicolás Gamboa, junto a otros árbitros, fueron dados de baja para que no siguieran perjudicando a clubes y jugadores”, posteó. “Todos fueron reincorporados. Arbitraje chileno hoy”, enfatizó. Ese hoy lo encarna Tobar.
Las semanas más turbulentas de Roberto Tobar al mando de la Comisión de Árbitros
En Quilín, las palabras de Almirón después del Superclásico no pasaron inadvertidas.La voluntad inicial era denunciarlo ante el Tribunal de Disciplina. El artículo 68º del Código de Procedimientos y Penalidades de la corporación que rige al fútbol chileno suele transformarse en el acápite al que se alude en este tipo de escenarios. Ha habido casos emblemáticos, como los protagonizados por Julio Barroso y Marcelo Díaz. Hubo suertes dispares. El entonces albo recibió ocho fechas de castigo por poner en duda la rectitud del campeonato, aunque luego le recortaron dos. “Los campeonatos no se compran, se ganan. La gente que dirige se debe dar cuenta de esto porque el jugador no es idiota.Un buen dirigente no necesita comprar un torneo, necesita contratar buenos jugadores”, dijo.
El exazul también descargó munición gruesa, después de la definición del torneo anterior. “Están las imágenes, está todo grabado.No es necesario que yo diga que jugamos contra todo y contra todos. Los partidos se definen en la cancha,pero queda demostrado una vez más que hay algo más allá de la cancha. No quisieron que jugáramos un partido definitorio, nos privaron de un triunfo. Hoy lo que sucedió en el Nacional, simplemente,a vista de todo el mundo, fue un robo”, dijo. Sin embargo, se disculpó. No recibió sanción.

Justo un día antes de que el Tribunal zanjara su suerte, Almirón apareció para disculparse. “Lamento mucho mis dichos en la última conferencia. Yo creo que fueron malinterpretados. Y si a alguien ofendí con estos dichos, quiero pedir las disculpas pertinentes”, expresa en un video difundido por el club albo. “Lejos de pensar en la integridad de los cuerpos arbitrales (sic), quiero pedir las disculpas en este caso”, expresó. No fue el único albo que retrocedió. Después de la victoria sobre La Serena, Lucas Cepeda hizo lo propio, a propósito de los gestos que les dedicó a los hinchas azules después de la derrota en Ñuñoa. La acción, independientemente de su autenticidad, suele considerarse como un atenuante en el Tribunal de Disciplina a la hora de adoptar decisiones. Igualmente, ambos fueron sancionados: Almirón, con un partido y Cepeda con dos.
El vuelco y el lío
Mientras en Peñalolénse fraguaba una posible denuncia contra Almirón, una intervención pública de Tobar alteró los planes. “Lo importante es que Jorge (Almirón) reconoce que cometió un error. Para nosotros, fueron declaraciones oportunas y muy sensatas las disculpas que pidió hoy.Con esto vamos a cerrar el tema y no realizaremos la denuncia ante el Tribunal”, expuso el jefe referil. En la sede del fútbol chileno sostienen que Tobar realizó esas observaciones sin consultarle a nadie. “Ni al directorio ni a la gerencia de Comunicaciones”, especifican.
Probablemente sin proponérselo, esas palabrasfulminaron la intención de la mesa de Pablo Milad de arremeter contra el estratega albo. Durante largas horas, de hecho, fue imposible conocer una postura respecto de la intención inicial. Finalmente, la conclusión terminó siendo categórica. “La postura es la que manifestó Tobar”, expresaron en la dirigencia.
La encrucijada no era menor. Haber actuado en sentido contrario a lo que había expuesto el mandamás referil habría expuesto su autoridad. Incluso pudo haber abierto un nuevo flanco:que Colo Colo estuviera permanentemente pendiente de las decisiones de los jueces, bajo la tesis de la persecución, que también había dejado entrever el DT.
Internamente, sin embargo, Tobar daba un paso en falso. A sus subordinados no les gustó una posición laxa ante una acusación que revestía, a juicio de varios, suficiente gravedad como para recibir castigo. O para sentar autoridad. Sus jefes, en tanto, terminaron atados de manos.
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