Llevaba con el reloj de Apple desde la cuarta generación, el Apple Watch Series 4 fue mi puerta de entrada al ecosistema de relojes. Fui actualizando desde entonces, incluso aposté por el primer Apple Watch Ultra, un reloj que se mantuvo más de dos años en mi muñeca cumpliendo con todas mis expectativas. Hasta que un día di el salto a Garmin.
Quería ponerme más en serio con mi trayectoria deportiva y, sobre todo, estaba cansado de cargar el reloj cada dos días. Así que me decidí por un Garmin Epix 2 en edición zafiro. Esperaba un mejor análisis del estado de forma, ha cumplido; mejor batería, sobresaliente, compatibilidad con iPhone y Android, mejor de lo esperado. Y sí, también me encontré con problemas.
Datos registrados en la aplicación de Garmin (iOS)
Si quieres llevar todas las métricas de salud en la app oficial de Apple, la única manera fiable de hacerlo es con un Apple Watch. Gran parte de los smartwatches compatibles vuelcan los datos en Apple Salud, incluido Garmin. El problema es que dichos datos nunca son tan completos como los que consigue el reloj de la casa.
Estaba acostumbrado a guiar mi actividad con los tres anillos de Apple Salud. Sabía que eso se acababa al dar el salto al Garmin, reconozco que sigo echándolos de menos pese a saber que son tóxicos. Sí que no esperaba que los registros que vuelca la cuenta de Garmin, y que integra Apple Salud, fueran tan limitados:
Con la ausencia de datos compartidos en las actividades y entrenamientos, Apple Salud se queda muy justa a la hora de valorar el estado físico. Y esto desemboca en una ausencia de información para las aplicaciones conectadas con Salud. Como FitWoody o Gentler Streak, las dos que yo uso.
Sincronización configurada y opciones de uso de Health Sync
Las métricas que ofrece la app de Garmin son muy buenas, precisas y completas. Pero también quería los datos en Apple Salud, ya que ahí llevo el histórico desde mi primer Apple Watch. La solución fue Health Sync, una app que sincroniza entre distintas plataformas de salud. Entre ellas, la de Garmin y la de Apple.
La app es de descarga gratuita, aunque no lo es su uso: tras una semana de prueba hay que comprarla. Por suerte es un pago único, no una suscripción: 3,99 euros. Vale cada céntimo de lo que cuesta.
Mi Garmin Epix Gen 2 y el iPhone 16 Pro
Health Sync sincroniza la mayor parte de los datos que obtienen los relojes de Garmin. Los pasos, las actividades casi completas, los datos de sueño, de peso, la saturación de oxígeno en sangre... Las lecturas obtenidas en el reloj terminan pasando a Apple Salud por el puente de Health Sync. Una vez configurado no hay que hacer nada más.
Solo le veo dos pegas: que la app no siempre hace el traspaso automático tras registrar un entrenamiento (a veces hay que abrir Health Sync, cosas del uso en segundo plano de iOS) y que la interfaz de la aplicación es algo antigua. Tampoco se necesita más.
Pensé que no me acostumbraría a usar un Garmin como mi smartwatch de cabecera y, al final, ha terminado sustituyendo todos los demás. Lo cargo cada quince días, sus métricas deportivas cubren mis necesidades, tengo todas las notificaciones que me parecen imprescindibles y no echo en falta la compatibilidad con Apple Salud. He dejado de completar los anillos y de iniciar los temporizadores con Siri. No echo de menos mucho más.
Health Sync me parece una app perfecta para quienes dan el salto a un Garmin desde Apple Watch y necesitan un periodo de transición. No es cara, funciona perfectamente y no deja de actualizarse: seguiré recomendándola.
Imagen de portada | Iván Linares
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Cambié del Apple Watch a Garmin y perdí la sincronización de Salud por el camino. Arreglarlo fue más fácil de lo que pensaba
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Iván Linares
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