
El programa de Caminos Artesanales avanza como una de las estrategias de infraestructura que se prevé tenga un impacto social fuerte en las zonas rurales de México. A lo largo del 2025 diversas comunidades se han beneficiado de manera directa.
Estos caminos son construidos por las propias comunidades, lo que fortalece la economía local y genera empleo directo. Mujeres y hombres participan activamente en cada etapa del proceso, convirtiendo la infraestructura en una herramienta de cohesión social y desarrollo colectivo.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) encabeza este esfuerzo con una visión de largo plazo que busca reducir desigualdades, facilitar el acceso a servicios básicos y mejorar las condiciones de movilidad en territorios donde se han limitado oportunidades.

Para finales de 2025, se proyecta la conclusión de 135 caminos artesanales que en conjunto sumarán más de 430 kilómetros. La inversión destinada a este objetivo alcanza los 3 mil millones de pesos, de los cuales ya se ha ejercido más de la mitad, reflejando un avance sostenido en la ejecución del programa.
La coordinación entre la SICT y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas ha sido clave para consolidar este modelo de trabajo. A través de acuerdos directos con las comunidades, se garantiza que las obras respondan a necesidades reales y respeten las dinámicas sociales y culturales de cada región.
Los caminos artesanales se convierten así en una palanca para detonar actividades productivas, fortalecer el comercio local y mejorar la calidad de vida en zonas rurales.

Estos son los avances reportados hasta mediados del mes de noviembre:
· Durango, 56 km, 79.7%
· Veracruz, 10 km, 70%
· Jalisco, 23 km, 46%
· Sonora, 23 km, 42%
· Puebla, 5 km, 40%
· Oaxaca, 77 km, 37%
· Colima, 6 km, 76.6%
· Nayarit, 51 km, 33%
· Chiapas, 28 km, 61%
· Zacatecas, 10 km, 23%
· Guerrero, 143 km, 40%
Este programa forma parte de un plan sexenal más amplio que contempla la construcción de 2 mil 500 kilómetros de caminos artesanales entre 2025 y 2030, con una inversión estimada de 15 mil millones de pesos, consolidando un modelo de infraestructura que prioriza la inclusión, la participación comunitaria y el desarrollo regional sostenible.
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