Candidatas a presidentas: de la mano de las mujeres
- 1 Días, 8 Horas, 50 Minutos
- LaTercera.com
- Noticias
Candidatas a presidentas: de la mano de las mujeres

La elección presidencial que se avecina será especialmente compleja para las candidatas mujeres. Las condiciones sociales, reflejadas en estudios de opinión, tienden a favorecer una figura autoritaria: alguien que imponga orden con mano dura, controle la migración y reactive la economía sin titubeos. Cualitativamente se expresa en una suerte de arquetipo autoritario, testosterónico, que busca establecer orden, incluso de manera arbitraria o tiránica.
A diferencia de 2021, esta elección no estará centrada en los derechos de las minorías ni en las demandas feministas: ambas agendas han perdido centralidad frente al avance del temor y la inseguridad.
Las encuestas muestran que, aunque siguen siendo temas relevantes, ha disminuido la validación social por la paridad, las cuotas y los mecanismos de discriminación positiva. Crece, en cambio, el acuerdo con la idea de que hombres y mujeres ya tienen las mismas oportunidades mientras cae la identificación con el feminismo.
En una sociedad tensionada por el miedo al crimen organizado y la incertidumbre económica, la causa feminista ha sido desplazada por otras urgencias: seguridad, migración, costo de la vida. Un clima poco propicio para que las agendas de género recuperen vuelo y donde incluso la discusión sobre el aborto legal parece más destinada a convertirse en arma electoral que en una conversación democrática sobre derechos.
El impulso simbólico se ha frenado. Incluso el lenguaje, que alguna vez fue territorio de disputa por mayor equidad, parece retroceder hacia formas más machistas, ahora legitimadas como expresión de autenticidad frente a lo “políticamente correcto”.
En este escenario, ser mujer y querer ser presidenta es todo un desafío. La apelación feminista o la simbología materna, cercana y dialogante, ya no movilizan por sí solas. En esta elección, las candidatas deberán competir mostrando experiencia, capacidad ejecutiva y una trayectoria sólida en los temas que más inquietan a la ciudadanía.
¿Cuál es entonces la ventaja comparativa de una mujer? Si no está en masculinizar su tono ni en centrarse en el relato feminista, ¿qué le queda? Ni más ni menos que mostrarse más capaz para conducir un país complejo.
Demostrar capacidad ejecutiva para hacerse cargo de las preocupaciones mayoritarias, transmitir sentido de urgencia sin estridencias y plantear propuestas radicales sin caer en populismos. Pero, sobre todo, -y ahí radica su ventaja competitiva-, ser firme sin ser reaccionaria; corajuda en materia de seguridad, pero con el temple suficiente para resistir una arremetida conservadora que amenace los derechos de las mujeres.
Ser y parecer más competente frente a las urgencias del país, cuidando -con las mujeres- lo que a ellas tanto les ha costado conquistar.
En una elección que se moverá entre la mano dura y la nostalgia autoritaria, esa puede ser la carta más valiosa y diferenciadora para una mujer con el carácter suficiente para gobernar un país encabronado.
Por Cristián Valdivieso, director de Criteria
0 Comentarios