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Chile Vamos: ¿tomando viadil?

Que se entregaron sin pedir condiciones. Que se rindieron a las ideas de quienes los desafiaron. Que no defendieron su diferencia. Que no debieron entrar al gobierno.

Así han criticado implacablemente desde Chile Vamos al Socialismo Democrático, por haber apoyado al Presidente Boric sin poner ninguna condición. Al día siguiente de la primera vuelta, derrotada su candidata Yasna Provoste -y tras una muy accidentada not-primaria- optaron por evitar que ganara Kast y dar su apoyo completo al candidato frenteamplista. (Ya había avances del Ps en ese sentido, con la famosa sopaipilla de Paula Narváez con Boric). Luego entraron al gobierno en un anillo marginal.

Según muchos personeros de Chile Vamos, lo que hicieron los socialistas democráticos fue una movida incoherente y, en definitiva, una estrategia autodestructiva. Aunque reconocen que haber puesto los cuadros ex concertacionistas a disposición fue, en definitiva, un beneficio para el país, alegan que se desperfilaron, que no guardaron la identidad socialdemócrata, que fueron entreguistas y que, en su apuesta, perdieron. De muestra: la derrota de Tohá. Amarillos y Demócratas han hecho de esto un mantra, su razón de ser, y la justificación de haber cruzado el Rubicon hacia la coaliicón de Chile Vamos (¿serán ahora vagón de cola de Kast?)

Como a menudo pasa, la política y la vida pondrá a los centroderechistas en la misma disyuntiva de quienes criticaron: cuál será la naturaleza, intensidad y condicionalidad de su apoyo al candidato que ha pasado a segunda vuelta, José Antonio Kast, y su participación en su gobierno si gana

¿Actuarán distinto? Hay dos posturas. Una es la que ha enarbolado Evópoli, -más bien, algunos de sus cuadros destacados: Ignacio Briones (que la vez pasada no votó por Kast), Felipe Kast, que ha dicho que preferiría que Evópoli no integrara al gobierno, o el presidente de la tienda, Juan Manuel Santa Cruz, que dijo que le “dolería la guata” integrar un gobierno de Kast.

Le mandaron varias cajas de viadil. ¿Las abrirá, especialmente ahora que Evelyn Matthei salió quinta?

Porque el grupo hegemónico está por “no perderse” ni un minuto y actuar tal como en Argentina lo hizo Patricia Bullrich con Javier Milei: aunque la trató de montonera, lo apoyó de inmediato para evitar la alternativa kirchnerista. Para este grupo, las diferencias son pocas, y no vale la pena reforzarlas, sino concentrarse en sacar adelante su programa de seguridad y economía. Están dispuestos a creer que será un gobierno “de emergencia”, que no tocará temas llamados “valóricos”, esto es, la batalla cultural, que con tanta intensidad libran los referentes de Kast en Estados Unidos, Italia, Hungría, Argentina.

Es la hora de la definición entre quienes quieren aplanar las diferencias en las derechas, o hacer como que no las hay, y quienes sí creen que la centro derecha piñerista, liberal, tiene una identidad que defender. Y que, por tanto, es la hora de guardar el viadil por un momento y tener conversaciones serias, con condiciones claras, con líneas rojas, que no vayan contra su proyecto. Hay diferencias que no son, o no debieran ser, menores.

La vez pasada, en 2021, adhirieron a Kast sin titubear ni dudar. La misma Evelyn Matthei salió a hacer campaña por el republicano. Bastante poco, hay que decirlo, le retribuyeron el gesto. La campaña de bots y trolls, sea correlación o causalidad, fue parte del momento de declive de la candidata.

En estas horas se verá qué camino toman. ¿Se convertirá Chile Vamos en lo que tan ácidamente criticó?

Noviembre 17, 2025 • 5 horas atrás por: LaTercera.com 52 visitas

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