Colombia tiene 2,5 millones de ‘ninis’, la generación que el sistema sigue dejando atrás
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Colombia tiene 2,5 millones de ‘ninis’, la generación que el sistema sigue dejando atrás

Las cifras del Dane revelan una realidad persistente. El fenómeno afecta especialmente a las mujeres y pone en jaque las políticas públicas actuales
A pesar de que el desempleo juvenil mostró signos de recuperación, una cifra sigue encendiendo alarmas, más de 2,5 millones de jóvenes entre 15 y 28 años en Colombia siguen sin estudiar ni trabajar. Se les conoce como ‘ninis’ y, aunque la estadística viene disminuyendo levemente, el problema sigue sin resolverse del todo.
Según el más informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), correspondiente al trimestre móvil de marzo a mayo de 2025, esta población representa el 22,5% del total de jóvenes en edad laboral.Es decir, de los 11,19 millones de personas en este rango de edad, 2,50 millones no tienen vinculación ni educativa ni laboral.
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El impacto no es uniforme entre hombres y mujeres. De los 2,50 millones de jóvenes clasificados como ‘ninis’, el 67% son mujeres. En números, 1,68 millones frente a 0,81 millones de hombres. La brecha de género en esta categoría no es nueva, pero sí persistente, y pone de relieve la necesidad de políticas públicas con enfoque diferencial.
Juliana Morad, directora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, lo había anticipado. Para ella, la crisis migratoria tuvo un peso considerable en la agudización de este fenómeno. “Debemos seguir trabajando en hacer políticas activas de vinculación laboral y educativas, relacionadas con formación para el trabajo de esta población”, explicó a el diarioLa República.
El mercado laboral juvenil muestra algunos avances.La tasa de ocupación para este grupo fue del 45,9%, lo que representa un aumento de 0,7 puntos porcentuales frente al mismo periodo de 2024.Además, la tasa de desempleo bajó al 15,7%, una mejora de 2,2 puntos porcentuales frente al 17,9% registrado el año anterior.
No obstante, la informalidad continúa siendo el talón de Aquiles del empleo en Colombia. Hasta mayo de 2025, 13,38 millones de trabajadores eran informales, lo que equivale al 55,9% del total. Esta proporción, aunque parezca mínima, representa un aumento frente al 55,8% de mayo del año pasado. En términos absolutos, 630.000 personas más están trabajando en condiciones informales.

El informe del Dane también mostró cómo varía la informalidad según la región. En las principales 23 ciudades y áreas metropolitanas, la proporción de ocupación informal fue del 43,7%. Pero en las zonas rurales y centros poblados dispersos, esa cifra se dispara hasta el 83,8%.
Además, aunque los hombres presentan mayores niveles de ocupación, también lideran las cifras de informalidad. En mayo, 8,01 millones de hombres trabajaban en la informalidad, representando el 57,8% de los ocupados en ese grupo.En contraste, 5,20 millones de mujeres están en la misma situación, es decir, el 53,2% de la población femenina ocupada.
El Gobierno celebra que la tasa de desempleo en mayo haya caído al 9%, el nivel más bajo para este mes desde 2001. Y aunque el número de desocupados bajó a 2,34 millones (una caída de 1,3 puntos porcentuales frente a 2024), más de la mitad de quienes sí trabajan lo hacen sin acceso a seguridad social ni a un sistema de salud garantizado.
Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), alertó que esta situación podría agravarse con la entrada en vigencia de la reforma laboral impulsada por el gobierno de Gustavo Petro. Según él, las nuevas condiciones podrían generar más empleo informal, lejos de combatirlo.

La realidad es que, aunque algunos indicadores muestran mejoras, los avances no son suficientes para revertir una tendencia estructural.La cifra de ‘ninis’ sigue congelada, señalando que son pocos los jóvenes que logran salir de esa condición.
Las cifras hablan por sí solas, pero detrás de cada número hay historias de frustración, de desigualdad de oportunidades y de un país que todavía no ha encontrado la fórmula para integrar plenamente a sus jóvenes en el sistema educativo y laboral. El reto, más allá de las estadísticas, es construir un entorno en el que formarse o trabajar no sea un privilegio, sino un derecho garantizado.
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