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El CEO de iRobot habla del limbo que casi mata a Roomba: “Durante el proceso con Amazon no llevamos innovación al mercado durante 18 meses"

El CEO de iRobot habla del limbo que casi mata a Roomba: “Durante el proceso con Amazon no llevamos innovación al mercado durante 18 meses

Hay algo liberador en hablar con alguien que no tiene que defender decisiones que no tomó. Gary Cohen llegó a iRobot en 2024 para ser su CEO cuando el fundador, Colin Angle, saltó del barco tras el naufragio del acuerdo con Amazon.

Ahora, más de un año después, desde una oficina en Bedford donde acaba de renovar el contrato de alquiler –un gesto de permanencia en medio del caos–, ha hablado con Xataka con la franqueza de quien ha tenido que elegir entre la muerte digna y la supervivencia pragmática.

"Mi objetivo es hacer que Colin se sienta orgulloso", dice sobre el fundador que ya no está. "Él lo llama 'su bebé'. Quiero hacerle sentir que fuimos capaces de darle la vuelta a esta empresa".

Es una declaración curiosa viniendo de quien acaba de vender ese bebé a Picea Robotics, el fabricante chino que ahora será dueño de la empresa que inventó el robot aspirador doméstico.

Muertos en el armario

En un momento de la conversación, Cohen suelta una imagen que se queda grabada: "Tengo cientos de robots cortacésped muertos en este edificio". Se refiere al proyecto Terra, el intento fallido de iRobot de expandirse más allá de las aspiradoras. Esos cadáveres tecnológicos son la metáfora perfecta de una empresa que se adelantó al mercado… pero no supo convertir esa ventaja en productos que llegaran a tiempo.

El pecado original fue apostar todo a una tecnología elegante pero poco práctica. Colin Angle, un brillante roboticista del MIT, insistió en la navegación basada en cámaras mientras los competidores chinos adoptaban el LiDAR. Exactamente igual que el enfoque de Tesla frente a los coches chinos, por cierto.

"Los consumidores quieren mapear sus hogares en veinte minutos, no en dos horas", explica Cohen con la sabiduría de alguien que viene de vender maquinillas de afeitar en Gillette, no robots.

Doscientos ingenieros de software trabajaban en Machine Learning para hacer funcionar esa visión. Mientras tanto, empresas como Ecovacs o Roborock les estaban adelantando por la derecha con productos más baratos y, para dolor de iRobot, tecnológicamente superiores según muchos clientes.

“Durante el período con Amazon, el equipo directivo levantó el pie del acelerador y no llevamos innovación al mercado durante unos 18 meses”. Esta confesión sobre los 18 meses de parálisis mientras esperaban la aprobación de la venta a Amazon por 1.700 millones es devastadora. La empresa se quedó congelada, incapaz de reaccionar mientras el mercado se movía a velocidad china. No fue hasta el último año, ya trabajando con Picea, cuando iRobot incorporó LiDAR a su gama.

Cuando los reguladores europeos acabaron bloqueando la operación para "proteger la competencia", el destino quedó sellado. La ironía duele: esos reguladores europeos impidieron que una empresa americana comprara otra americana, y el resultado es que ha acabado absorbida por una empresa china que jugó bien sus cartas.

Cuando le señalo esta paradoja, Cohen responde con cautela y diplomacia: "Esto no fue una adquisición hostil. Fuimos nosotros a ellos".

El abrazo del acreedor

La relación con Picea empezó como muchas relaciones de dependencia: por necesidad.

  • iRobot les debía 161 millones en costes de fabricación cuando Cohen tomó el mando.
  • Necesitaban reinventarse por completo, y necesitaban hacerlo rápido.
  • En menos de un año lanzaron ocho nuevos modelos, "finalmente dando a la gente lo que querían, incluyendo navegación LiDAR y los productos combo de fregado".

Pero el golpe de gracia vino de los aranceles. Un 46% sobre las importaciones desde Vietnam, donde fabrican para el mercado estadounidense. 23 millones de dólares extra en costes solo en 2025. "Algunos compradores potenciales vieron nuestro negocio y dijeron 'no queremos tomar riesgos hasta que la situación arancelaria se resuelva'". Los candidatos se evaporaron uno a uno.

Cuando el último posible comprador no pudo cerrar el acuerdo, Cohen tomó la decisión pragmática. "Les dijimos a Picea: tenéis una gran asociación con nosotros, ¿por qué no nos compráis?". Y en un mes cerraron el trato que convierte al proveedor, acreedor y competidor, all in one, en propietario.

La promesa de la continuidad

"Es business as usual. iRobot está aquí para quedarse. No esperamos disrupciones". Cohen insiste en que las Roombas seguirán funcionando, las aplicaciones mantendrán su servicio y el soporte continuará.

Para los millones de usuarios (en España, donde "Roomba" se ha convertido en sinónimo de robot aspirador como "Kleenex" lo es de pañuelo) esto es lo único que importa.

Las oficinas permanecerán: la de Bedford, la de Tokio, la de Madrid, la de Londres. O eso asegura el CEO. Los ingenieros del MIT que forman los 'iRobot Labs' seguirán trabajando.

"Tenemos propiedad intelectual que aportamos. Ellos tienen patentes. Juntos podremos diferenciar productos mucho más". La narrativa oficial es optimista porque piensa en el matrimonio perfecto entre innovación americana y eficiencia china.

Pero cuando le pregunto cuánto de la nueva línea de productos fue realmente desarrollada por iRobot, la respuesta dice mucho sin decir: "Ha sido una asociación". Las características más innovadoras, como el contenedor compactador o la cubierta retráctil del rodillo de fregado, las desarrolló Picea.

El valor de llegar tarde

"Tienes que tratar cada día como si fueras segundo o tercero, no como si fueras el primero". Es el consejo que Cohen daría a los emprendedores tecnológicos, nacido de su experiencia en Gillette cuando tenían el 60% del mercado pero actuaban como retadores.

En algún momento, iRobot olvidó esa lección entre su salida a bolsa en 2005 y su venta forzada por una fracción de su valor pico.

"Mi meta", dice Cohen cerca del final, "es hacer feliz a clientes como tu madre". Se refiere a mi comentario sobre lo complicado que le resultó a mi madre configurar su Roomba. Es una promesa modesta para una empresa que soñaba con revolucionar la robótica doméstica, pero quizás realismo sea exactamente lo que necesitan ahora.

Hay algo conmovedor en Cohen defendiendo una empresa que no construyó, intentando salvar medio millar de empleos, prometiendo honrar el legado de un fundador que ya no está. "Colin era un visionario", dice, y luego añade con honestidad que no pudieron ejecutar esa visión.

El futuro tiene acento chino

La historia que Cohen cuenta no es la de una derrota, sino la de una supervivencia pragmática. iRobot vivirá, sí, pero será una vida distinta. El tiempo dirá cómo de mejor o de peor. Los pioneros del robot aspirador ahora pertenecen a quienes mejor supieron copiarlos y mejorarlos, no a quienes cargaron con el peso de décadas de I+D.

"Van a poseer una marca global multimillonaria", dice Cohen sobre lo que Picea está comprando. No solo capacidad de fabricación, sino el prestigio de un nombre que en muchos países se convirtió en categoría. Es un activo que, aunque ahora tenga un regusto amargo, sigue siendo valioso.

La conversación termina con una reflexión sobre los robots humanoides que vienen ("que tampoco han sido comercializados, por cierto", añade con ironía) y la posibilidad de que Terra, el robot cortacésped, resucite algún día. Son esperanzas modestas, apropiadas para una empresa que aprendió que inventar el futuro no garantiza poseerlo.

En el fondo, la historia de iRobot es un recordatorio de que en el capitalismo tecnológico, el orgullo es un lujo que pocos pueden permitirse. A veces sobrevivir significa aceptar que tus antiguos proveedores se conviertan en tus nuevos dueños.

Es una lección que Silicon Valley observa con inquietud mientras la tecnología china avanza, tan implacable como pragmática, comprando los sueños que otros ya no pueden financiar.

En Xataka | iRobot inventó las Roomba, dominó el mercado durante décadas y su quiebra le deja en manos chinas. La lección que deja es brutal

Imagen destacada | iRobot, Xataka

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La noticia El CEO de iRobot habla del limbo que casi mata a Roomba: “Durante el proceso con Amazon no llevamos innovación al mercado durante 18 meses" fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .

Diciembre 19, 2025 • 5 horas atrás por: Xataka.com 35 visitas

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