El difícil panorama interno de Trump tras su decisión de llevar a EE.UU. a la guerra contra Irán
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El difícil panorama interno de Trump tras su decisión de llevar a EE.UU. a la guerra contra Irán

La decisión del presidente Donald Trump de unirse a Israel y atacar los complejos nucleares de Irán en la madrugada del domingo, ha sido considerada su mayor apuesta desde que llegó a la Casa Blanca en enero pasado.
En la Operación Martillo de Medianoche intervinieron siete bombarderos furtivos B-2 que volaron 18 horas y los sistemas de misiles iraníes no los detectaron, precisó el jefe del Estado Mayor Conjunto Dan Caine. “No estamos en guerra contra Irán, estamos en guerra contra el programa nuclear iraní”, declaró a ABC News el vicepresidente JD Vance. Washington ha retrasado “considerablemente el programa nuclear iraní, ya sea años o incluso más”, agregó.
“Los ataques aéreos estadounidenses representan una demostración despiadada y unilateral del poderío militar y del poder presidencial de Estados Unidos y una sorprendente culminación de 45 años de relaciones envenenadas de Estados Unidos con Irán desde la Revolución Islámica de 1979”, escribió la cadena CNN.
Según The New York Times, Trump “apuesta a que Estados Unidos podrá repeler cualquier represalia que ordenen las autoridades iraníes contra los más de 40.000 soldados estadounidenses desplegados en bases por toda la región. Todos se encuentran dentro del alcance de la flota de misiles de Teherán, incluso después de ocho días de incesantes ataques israelíes. Y apuesta a que podrá disuadir a un Irán enormemente debilitado de usar sus técnicas habituales -terrorismo, toma de rehenes y ciberataques- como una línea de ataque más indirecta para vengarse”.

Trump, indicó el Financial Times, cree que Irán y sus aliados en Medio Oriente se han visto tan debilitados que él puede presentar su intervención como limitada y exitosa. “También apuesta a que un Teherán acobardado buscará rápidamente un acuerdo en lugar de tomar represalias. Si Trump tiene razón, habrá logrado un objetivo que ha eludido al establishment de la política exterior estadounidense durante décadas: la eliminación de la amenaza nuclear iraní. Y podría consolidar su propio legado, tanto en el país como en el extranjero, como un hombre fuerte capaz de lograr la paz mediante la fuerza”, añadió el periódico británico.
Sin embargo, los expertos coinciden en que la medida implica el enorme riesgo de inflamar aún más la región, poniendo en peligro la seguridad de Estados Unidos y de Israel y siendo contraproducente para un presidente que había prometido no arrastrar a Estados Unidos a nuevos conflictos globales.
A nivel interno el mandatario enfrenta un panorama complejo. Trump, quien ha desafiado constantemente las restricciones al poder presidencial en su país, envió fuerzas estadounidenses a la guerra sin obtener el consentimiento del Congreso ni preparar adecuadamente al pueblo estadounidense, y tras negarse a reclutar aliados. El jueves, afirmó que tomaría una decisión sobre qué hacer con Irán en dos semanas, pero al final, no esperó tanto para atacar.
Otros mandatarios como George H.W. Bush contaron con el apoyo tanto del Congreso de Estados Unidos (mayoría de votos en ambas cámaras) como del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (RCSNU 678) antes de lanzar su ataque contra Irak en 1991. Mientras que Bill Clinton obtuvo el respaldo de los aliados de la OTAN, que votaron unánimemente a favor de respaldar los ataques aéreos estadounidenses contra Serbia en 1999.
George W. Bush contó con el apoyo tanto del Senado (77-23) como de la Cámara de Representantes (296-133) para invadir Irak en 2003. Mientras que Barack Obama consiguió la aprobación de dos resoluciones de Seguridad de la ONU (1970 y 1973) para autorizar el uso de la fuerza contra Libia en 2011.
Según una encuesta realizada por The Washington Post, la opinión pública no apoyaba a Trump en los días previos a que ordenara el bombardeo. En general, el 45% se opuso a lanzar ataques aéreos militares estadounidenses contra Irán por su programa nuclear en ese momento, mientras que el 25% los apoyó. Otro 30% dijo no estar seguro. Casi la mitad de los republicanos respaldó los ataques, pero una cuarta parte los rechazó. El resto no estaba seguro.
¿Cómo se compara esto con la opinión pública sobre acciones militares previas en Medio Oriente? En resumen, el apoyo es mucho menor que antes de la primera Guerra del Golfo en 1991, la guerra en Afganistán iniciada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y la invasión de Irak en la primavera de 2003, indicó el periódico.
Trump tampoco presentó pruebas de sus afirmaciones de que Irán estaba a semanas de adquirir un arma nuclear, ni al público ni al resto del mundo. Y desestimó repetidamente las evaluaciones de su propia comunidad de inteligencia, que indicaban que Irán aún estaba a años de obtener un arma.

Los principales republicanos del Congreso se unieron rápidamente y respaldaron a Trump, incluso cuando demócratas de alto rango y algunos legisladores republicanos lo condenaron como una medida inconstitucional que podría arrastrar a Estados Unidos a una guerra más amplia en Medio Oriente.
Los halcones, incluido el senador Lindsey Graham y el influyente presentador de radio Mark Levin, defendieron la participación de Estados Unidos en la guerra de Israel contra Irán, mientras que Steve Bannon y el personaje de los medios conservadores Tucker Carlson instaron a Trump a mantener a Estados Unidos fuera de las hostilidades.
Carlson dijo que no había justificación para atacar a Irán, y agregó que no había “ninguna información de inteligencia creíble” que sugiriera que estuviera “ni cerca” de construir una bomba nuclear. Los escépticos dijeron que Trump, al asociarse con Israel para atacar a Irán, estaría traicionando su promesa de poner fin a las “guerras eternas” de Estados Unidos y mantener al país fuera de enredos militares en Medio Oriente, un pilar clave de su agenda “Estados Unidos Primero”.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el senador John Thune de Dakota del Sur, líder de la mayoría, elogiaron la operación militar, calificándola de un freno necesario a las ambiciones de Irán de desarrollar un arma nuclear. Ambos republicanos habían sido informados sobre la acción militar antes del ataque, según tres personas familiarizadas con el asunto que no estaban autorizadas a hablar públicamente.
Tanto Johnson como Thune argumentaron que los ataques aéreos eran necesarios después de que Irán rechazara las propuestas diplomáticas para frenar su programa nuclear. “El régimen de Irán, que se ha comprometido a dar muerte a Estados Unidos y a borrar a Israel del mapa, ha rechazado todas las vías diplomáticas para la paz”, afirmó Thune.
Johnson indicó que la acción militar era coherente con la enérgica política exterior de Trump. “El presidente Trump ha sido consecuente y claro en cuanto a que no se tolerará un Irán con armas nucleares”, afirmó. “Esa postura se ha impuesto con firmeza, precisión y claridad”.

Pero los principales líderes demócratas, a quienes sólo se les dio un aviso superficial de los ataques antes de que ocurrieran, indicó The New York Times, criticaron duramente la medida. “El presidente Trump engañó al país sobre sus intenciones, no solicitó la autorización del Congreso para el uso de la fuerza militar y arriesga a que Estados Unidos se vea involucrado en una guerra potencialmente desastrosa en Medio Oriente”, declaró el representante Hakeem Jeffries, demócrata por Nueva York y líder de la minoría, en un comunicado. Añadió que el presidente “asumirá la total y completa responsabilidad por cualquier consecuencia adversa derivada de su acción militar unilateral”.
El senador Chuck Schumer, demócrata de Nueva York y líder de la minoría, exigió “respuestas claras” de Trump sobre la operación y pidió una votación inmediata sobre una legislación que requeriría una autorización explícita del Congreso para el uso de la fuerza militar. “El peligro de una guerra más amplia, más prolongada y más devastadora ha aumentado drásticamente”, afirmó.
El representante Jim Himes, el demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia, condenó la operación como inconstitucional y advirtió que podría arrastrar a Estados Unidos a un conflicto mayor. “La decisión de Donald Trump de lanzar una acción militar directa contra Irán sin la aprobación del Congreso constituye una clara violación de la Constitución, que otorga al Congreso la facultad de declarar la guerra explícitamente”, declaró. “Es imposible saber en este momento si esta operación logró sus objetivos. Tampoco sabemos si esto provocará una mayor escalada en la región y ataques contra nuestras fuerzas, eventos que fácilmente podrían adentrarnos aún más en una guerra en Medio Oriente”.
The President’s disastrous decision to bomb Iran without authorization is a grave violation of the Constitution and Congressional War Powers.
— Alexandria Ocasio-Cortez (@AOC) June 22, 2025
He has impulsively risked launching a war that may ensnare us for generations.
It is absolutely and clearly grounds for impeachment.
Los principales demócratas en materia de seguridad nacional en el Capitolio no fueron informados de los ataques hasta que Trump publicó sobre ellos en las redes sociales, según tres personas familiarizadas con el asunto que lo comentaron solo bajo condición de anonimato con The New York Times.
La representante Alexandria Ocasio-Cortez calificó la operación como motivo de un juicio político. “Se ha arriesgado impulsivamente a lanzar una guerra que podría atraparnos durante generaciones. Esto justifica absoluta y claramente un juicio político”, declaró en una publicación en redes sociales.
Ocasio-Cortez fue la primera en afirmar que justificaba la destitución de Trump, rompiendo con la postura de los líderes del partido, quienes han evitado hablar de un juicio político desde que el presidente regresó a la Casa Blanca, tras dos intentos fallidos de destituirlo durante su primer mandato.
En breves declaraciones desde la Casa Blanca el sábado por la noche, Trump defendió los ataques pero no mencionó la base de su autoridad legal para lanzarlos sin que el Congreso le diera ese poder.
El senador Tim Kaine, demócrata por Virginia, afirmó que planea forzar la votación sobre su resolución para impedir que Trump emprenda acciones militares estadounidenses en Irán a menos que la Cámara de Representantes y el Senado la aprueben primero. Calificó la medida del presidente como “una guerra ofensiva por elección”. “Tendremos la sesión informativa esta semana. Tendremos una votación”, dijo Kaine en Fox News Sunday. “Sé que muchos republicanos se alinearán y dirán que un presidente puede hacer lo que quiera. Pero espero que los miembros del Senado y la Cámara de Representantes se tomen en serio sus responsabilidades bajo el Artículo I”.
La resolución se someterá a votación el viernes, según informó su oficina, y es “privilegiada”, por lo que Kaine puede imponer su aprobación en el pleno. Se necesitaría una mayoría simple para su aprobación.
There is only one Commander in Chief, and thank God it’s President Trump.
— Lindsey Graham (@LindseyGrahamSC) June 22, 2025
The success of Operation Midnight Hammer relied heavily on the element of surprise.
To all those claiming he acted outside his authority, you are dead wrong. pic.twitter.com/y2UoO7SoDy
La cuestión jurídica surge de la Resolución de Poderes de Guerra, una ley que establece que un presidente puede lanzar ataques militares solo en tres circunstancias: una “declaración de guerra”, una “autorización estatutaria específica” del Congreso o “una emergencia nacional creada por un ataque a Estados Unidos, sus territorios o posesiones, sus Fuerzas Armadas”. El Congreso ha cedido gradualmente esos poderes bajo presidentes de ambos partidos en los últimos años.
El senador Bernie Sanders, independiente por Vermont, reaccionó al anuncio del presidente en tiempo real el sábado durante un discurso en Tulsa, Oklahoma, criticando las acciones de Trump como “groseramente inconstitucionales”.
“La única entidad que puede llevar a este país a la guerra es el Congreso de Estados Unidos. El presidente no tiene ese derecho”, dijo Sanders a la multitud, que estalló en cánticos de “¡no más guerra!”.
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