El impresionante Parador ubicado en plenos Pirineos y junto a la única catedral románica de Cataluña
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El impresionante Parador ubicado en plenos Pirineos y junto a la única catedral románica de Cataluña

Este hotel se ubica en uno de los pueblos más bonitos del norte catalán y sus habitaciones e instalaciones brindan una oferta gastronómica y de bienestar única
En la confluencia de los ríos Valira y Segre, la Seu d’Urgell se alza como uno de los destinos más singulares de Lleida. De hecho, es una de las ciudades más importantes del norte de la provincia gracias a su valor patrimonial y natural. La localidad se encuentra dominada por la sierra de Cadí, y entre sus calles se pueden contemplar monumentos que dejan con la boca abierta y que son únicos en Cataluña.
De hecho, la catedral de Santa María es la única catedral románica que se conserva en Cataluña y su monumento más emblemático. Pero esto no se queda aquí, pues un paseo por sus calles empedradas descubre rincones que invitan a perderse y permite contemplar la arquitectura típica de la región, con calles porticadas y viejos caserones. A esto hay que sumar una oferta hotelera sin igual que tiene su máximo exponente en el Parador de Turismo, el cual se ubica en el antiguo convento de Sant Domènec.
Se trata de uno de los mejores alojamientos de Lleida y no es para menos, pues sus instalaciones ofrecen unos servicios y comodidades que están a disposición del viajero. Además, es un punto ideal para conocer la ciudad, ya que se ubica en el corazón de su casco histórico, junto a la catedral de Santa María.
Un alojamiento ideal en los Pirineos

El Parador de la Seu d’Urgell se ubica en un impresionante edificio que antiguamente correspondía al convento de Sant Doménec. A día de hoy, su precioso claustro del siglo XVIII es lo que único que se conserva del templo, el cual fue construido en el año 1364 en el espacio que se ubicaba en la iglesia de Sant Miquel. En 1409 se inició la construcción de un nuevo convento dedicado a santo Domingo, mientras que la parroquia de Sant Miquel fue trasladada a la antigua iglesia de Sant Pere, situada al sur de la catedral y dentro de su recinto. Este templo, que aún se conserva, adoptó entonces una nueva advocación. La antigua iglesia románica fue reemplazada por un edificio gótico de una sola nave con capillas laterales, también preservado hasta la actualidad.
Tras la desamortización, el convento fue suprimido y destinado a diversos usos, como juzgados o cárcel, conservándose el claustro, que es uno de los espacios más bonitos del Parador. Estos trazados clasicistas propios del antiguo edificio se combinan a la perfección con la arquitectura moderna del hotel, en el que las habitaciones permiten disfrutar de una estancia única. Además, cuenta con múltiples servicios y comodidades a disposición del huésped, donde destacan la piscina climatizada, el gimnasio, la sauna y el solárium.
A esto hay que sumar su restaurante, donde la oferta gastronómica se basa en la cocina regional de influencia pirenaica en su vertiente leridana. “Cocina de montaña con importante presencia de embutidos y quesos artesanales que se disfrutan en el Restaurante Alt Urgell, un espacio moderno, acogedor y minimalista”, detallan desde la web. De este modo, el viajero puede degustar “embutidos artesanos con pa amb tomaquet, torrada de escalivada con anchoas, esqueixada de bacalao, butifarra con mongetes o escudella barrejada, sin olvidar clásicos como canelones caseros o caracoles a la gormanta junto a delicias como el lomo de bacalo con sanfaina o un rodonet de ternera Bruneta del Pirineo”, explican.
Descubre la Seu d’Urgell

Recorrer La Seu d’Urgell es adentrarse en un pasado milenario rodeado de paisajes pirenaicos. La visita comienza inevitablemente en el casco antiguo, donde se alza uno de los grandes símbolos del patrimonio catalán: la catedral de Santa María. Este templo, construido en el siglo XII, no solo es el edificio más emblemático de la ciudad, sino también la única catedral románica que se conserva en toda Cataluña. Su silueta austera y armoniosa, con la piedra clara y los detalles sobrios propios del estilo lombardo, resume el espíritu de la capital del Alt Urgell. Tras visitar el conjunto catedralicio —que incluye el claustro y el Museo Diocesano—, el paseo continúa por las calles porticadas del centro histórico.
La trama medieval, salpicada de comercios tradicionales y casas de piedra, conserva la atmósfera de una ciudad episcopal que fue cruce de caminos durante siglos. Pero La Seu no vive solo del pasado. A escasos metros del núcleo antiguo, el Parc Olímpic del Segre ofrece un contraste vibrante. Construido para los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 como sede del piragüismo en aguas bravas, este complejo se ha consolidado como referencia internacional para los deportes de aventura. Sus canales artificiales permiten practicar actividades como rafting, kayak o hidrospeed en un entorno controlado, ideal tanto para principiantes como para atletas de alto nivel.
La ubicación de La Seu d’Urgell, en pleno Pirineo de Lleida, convierte la ciudad en un punto estratégico para quienes buscan naturaleza y actividad física. Desde aquí es posible acceder a estaciones de esquí como la de La Rabassa o a campos de golf enclavados entre montañas. Las rutas de senderismo y BTT recorren el territorio del Parque Natural del Cadí-Moixeró, un espacio protegido donde se alternan bosques de pino negro, riscos calizos y fauna salvaje. A tan solo diez kilómetros se encuentra la frontera con Andorra, lo que añade aún más atractivo a la ciudad como base para descubrir la región. En pocas palabras, La Seu d’Urgell combina patrimonio, deporte y naturaleza, en una de las zonas más diversas y accesibles del Pirineo catalán.
Cómo llegar
Desde Lleida el viaje es de alrededor de 1 hora y 50 minutos por la carretera C-14. Por su parte, desde Manresa el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 45 minutos por las vías C-1412a y C-14.
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