El rol del Ministerio de Agricultura: ¿estamos en buenas manos?
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El rol del Ministerio de Agricultura: ¿estamos en buenas manos?

El Ministerio de Agricultura es clave para la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y el desarrollo del sector agrícola. Sin embargo, recientes declaraciones del ministro Ángel Manero han puesto en duda su liderazgo, generando confusión en la ciudadanía
El Ministerio de Agricultura es crucial para garantizar la seguridad alimentaria, promover prácticas agrícolas sostenibles y apoyar el crecimiento económico de las zonas rurales. Desempeñan un papel vital en el desarrollo de políticas, el fomento de la innovación y la provisión de recursos para apoyar a los agricultores y al sector agrícola. Sin embargo, las declaraciones del ministro de agricultura, Ángel Manero, confunde a la ciudadanía.
Si quienes lideran este Ministerio evidencian su desconocimiento del sector y cuáles son sus funciones, entonces, ¿para qué existe dicha entidad? Es importante recordar la importancia de su cartera en un país biodiverso como el Perú:
La agricultura y la ganadería son fundamentales para la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental. Estas actividades permiten alimentar a la población mundial, generar empleo, y contribuyen a la conservación de recursos naturales (Ministerio de Agricultura de El Salvador, 2024). La agricultura es tan importante para todas las naciones, tanto que existe una Universidad como mínimo en cada país, con dedicación exclusiva a la agricultura, así como también un ministerio de agricultura en cada república del mundo.

El Ministerio de Agricultura se encarga de proveer de seguridad alimentaria a sus connacionales. Son responsables de garantizar un suministro estable y suficiente de alimentos a la población, lo cual es crucial para la salud y el bienestar. Esto incluye abordar problemas como el hambre y la desnutrición, especialmente en regiones con escasez de alimentos. Asimismo, el Ministerio de Agricultura promueve el desarrollo económico mediante prácticas sostenibles, ya que la agricultura es un sector económico trascendental. Seguidamente, la cartera trabaja para mejorar los medios de vida de las personas en las zonas rurales apoyando a los agricultores, facilitando el acceso a los mercados y promoviendo iniciativas de desarrollo rural.
Igualmente, es el Ministerio de Agricultura quien trabaja desempeñando un papel clave en la promoción de prácticas agrícolas sostenibles que protejan el medio ambiente y los recursos naturales para las generaciones futuras, creando empleo en las zonas rurales y mejorar los ingresos. También se encarga de fomentar la innovación en la agricultura apoyando la investigación y el desarrollo (I+D), promoviendo la adopción de nuevas tecnologías y fomentando las alianzas entre los sectores público y privado.

Finalmente, es el Ministerio de Agricultura el encargado de desarrollar e implementar políticas y regulaciones relacionadas con la agricultura, incluyendo el uso de la tierra, la gestión del agua y el comercio agrícola. A menudo colabora con organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Banco Mundial para abordar problemas de seguridad alimentaria mundial y promover el desarrollo agrícola sostenible.
Dicho todo esto, la labor del Ministerio de Agricultura debería ser justamente apoyar y sostener la cadena de producción de todos los cultivos dentro de un país. Además, debe establecer políticas que empoderen al productor. Es un error dejar todo bajo la responsabilidad del pequeño agricultor, cuando este se encuentra vulnerable ante los problemas de cambio climático, alza de insumos, etc. Dos errores de liderazgo: 1) la falta de técnica (Aesinergy, 2025), especialmente en contextos de agricultura y alimento, donde los conocimientos especializados son fundamentales para el éxito.

Un líder que no posee los conocimientos y habilidades técnicas necesarios puede no ser capaz de comprender las necesidades del agricultor, tomar decisiones informadas o guiar a los miembros hacia el logro de los objetivos. De igual manera 2) un líder debe ser coherente (Yturralde, E., 2024), entre sus palabras y acciones, sus expectativas y resultados, y sus principios y comportamientos. Tanto la falta de técnica como la incoherencia genera desconfianza, desmotivación y confusión, lo que puede afectar negativamente el rendimiento y motivación de los agricultores.
¿Estamos en buenas manos? Quizás ya vaya siendo hora de apostar por líderes que estén dispuestos a aplicar medidas correctivas como la reconstrucción de caminos y canales de regadío afectados por los últimos fenómenos naturales; medidas preventivas como, por ejemplo, cómo hacerle frente a los huaicos, lluvias y heladas, entre otros; y finalmente, que sepa aprovechar las oportunidades que el mercado tanto nacional como internacional ofrecen, entre otras funciones importantes para la agricultura peruana.

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