Ser un estudioso de JRR Tolkien también supone tener un poco de inventiva. Por ejemplo, imaginar de dónde viene el nombre de Gollum, que, según varios fans, viene del antiguo idioma nórdico, donde "gull" significa "oro", y según otros, del golem, la mítica criatura. Es más fácil saber de dónd…
Artículo original publicado en SensaCine
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