"Desde muy joven, Bella se vio obligada a encargarse de la casa, sus estudios y el cuidado de su padre, José, quien padecía depresión. A los 18, Bella conoce a Ponce, un grafitero de 22 años con aspiraciones de pintor. Ella lo ve como su "príncipe azul", un alma romántica, soñadora e idealista,…
Artículo original publicado en SensaCine
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