Carabineros y un receptor judicial ingresaron el 21 de octubre pasado al domicilio del empresario Álvaro Saieh, en Vitacura, para proceder al embargo de una serie de bienes en el marco de un juicio iniciado por el Banco Itaú, que busca recuperar US$27 millones correspondientes a un pagaré otorgado en 2014 a la sociedad Great Art Inc., inscrita en Islas Vírgenes Británicas y representada por Pilar Dañobeitía, de la cual Saieh figura como codeudor.
Según reveló Interferencia, durante el procedimiento se incautaron 32 bienes, entre ellos televisores, muebles y, especialmente, valiosas obras de arte. El receptor judicial tasó el conjunto en $18,6 millones, cifra muy inferior al total de la deuda. Los objetos quedaron bajo custodia del propio Saieh, “bajo su responsabilidad civil y penal”.
Entre las piezas más relevantes figura un cuadro atribuido a Roberto Matta, que el receptor definió como reproducción de Don Quijote en tono azules, avaluándolo en $500 mil. Sin embargo, la esposa del empresario, Ana Guzmán Ahnfelt, sostiene que se trata de Sans Titre, adquirido en 1999 en $79,7 millones, monto que ajustado por inflación equivaldría hoy a cerca de $220 millones. El documento también menciona otra obra de Matta, Mind, Mind, Mind, así como pinturas de Pedro Lira (Paisaje de la Quinta Normal) y Thomas Somerscales (Las Tres Carabelas). Además, en el inventario familiar constarían otras cuatro piezas del artista chileno de la serie “Lumpérica”.
Otra de las piezas embargadas corresponde a un mosaico romano, descrito como mural de la época imperial y tasado por el receptor en $500 mil. Guzmán adjuntó una factura que demostraría su compra por US$9.900 en 2000, equivalentes actualmente a unos US$18.440, es decir cerca de $16,6 millones.
También fue incautado un cuadro de Gracia Barrios, descrito como una obra de jinetes abstractos y tasado en $2,5 millones, junto a tres esculturas que el receptor no identificó, pero que Guzmán atribuye al escultor Raúl Valdivieso: Torso II, Mujer al viento y Venus en el agua. Estas esculturas habrían sido adquiridas en 1999 por $32,4 millones, cifra que actualizada bordearía los $90 millones.
Frente al embargo, la esposa del empresario presentó dos demandas de tercería, una de dominio y otra de posesión, argumentando que las piezas le pertenecen y acompañando facturas y contratos. Con ello logró suspender temporalmente el procedimiento y evitar el avance hacia el remate.
No obstante, el Banco Itaú respondió señalando ante el tribunal que se trata de una estrategia para evadir la acción de la justicia. El abogado del banco, Cristián Gandarillas, acusó que Guzmán “pretende atribuirse una posesión que no ejerce en los hechos” y carece de respaldo suficiente. Pese a ello, el tribunal declaró inadmisible el recurso del banco el 22 de diciembre, estimando que sus observaciones apuntan a materias de fondo que deberán resolverse en la causa principal.
El caso forma parte de los múltiples conflictos judiciales derivados de la crisis financiera del grupo ligado a Saieh y mantiene abierto un complejo frente patrimonial para el empresario.
Información y antecedentes fueron publicados por Interferencia, medio que accedió a los documentos judiciales del proceso.
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