Emoción, nervios y villancicos en la espera para el funeral de Francisco
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Emoción, nervios y villancicos en la espera para el funeral de Francisco

Enrique Rubio
Ciudad del Vaticano, 26 abr (EFE).- A paso ligero, todavía sin despuntar el alba, Lucía Pérez se arranca con un villancico para levantar los ánimos, que de todos modos ya están por todo lo alto, de un grupo de jóvenes que han llegado desde Madrid para asistir al funeral del papa Francisco este sábado.
"¡Pero mira cómo beben los peces en el río, pero mira cómo beben por ver a Dios nacido!", canta la muchacha, envuelta en una bandera de España, antes de que se le unan varias amigas 'a capella'.
No ha amanecido aún, pero quieren ser de las primeras en entrar en la plaza de San Pedro del Vaticano para disfrutar de una vista privilegiada del histórico evento, en el que las autoridades esperan que se congreguen más de 200.000 personas.
Está previsto que el funeral comience a las 10:00 hora local (08:00 GMT), tras lo cual el féretro será trasladado en un cortejo fúnebre por las calles del centro de Roma hasta la basílica de Santa María la Mayor, donde será enterrado, como dejó escrito el pontífice antes de morir.
Miles de personas se arremolinaban desde antes de que amaneciera en torno a las diferentes entradas a la plaza de San Pedro del Vaticano, donde los nervios a veces se desbordaban con los intentos de algunos de saltarse las colas.
Una vez que ha salido el sol, lo que no evita que la mañana siga siendo fresca y ventosa, el coro que intervendrá en la ceremonia comienza a ensayar sus himnos. Las pruebas de sonido de la megafonía se elevan sobre una plaza todavía bastante silenciosa, como constató EFE en el lugar.
Pequeños corros de cardenales y de sacerdotes comentan sus impresiones mientras esperan la llegada del medio centenar de líderes mundiales y la decena de reyes que han confirmado su asistencia.
Quien más quien menos, todo el que consigue entrar en la plaza, religiosos incluidos, saca en algún momento su teléfono móvil para dejar constancia con una foto de su presencia en el acto: es un día para la posteridad.
Para los miles de periodistas acreditados para las exequias, muchos de ellos desplazados expresamente para cubrir el acontecimiento, la misión no está exenta de complejidades.
"Llevo más de una hora dando vueltas y nadie ha sido capaz de decirme cuál es la entrada para prensa", se queja un periodista polaco, que finalmente logra encontrar la vía de acceso gracias a un colega de Ghana.
Entre los primeros en acceder a la plaza están cientos de invitados, en su mayoría pertenecientes al clero, que no pueden ocultar su emoción por asistir en primera persona a una ceremonia que conlleva un significado especial para ellos.
Un sacerdote peruano que se identifica como Fernando explica que para él la figura de Francisco ha supuesto un antes y un después en la historia de la Iglesia, y que considera un regalo de Dios poder asistir a la ceremonia.
Ellos se sentarán justo enfrente del féretro y del lugar donde el cardenal decano, Giovanni Battista Re, ejercerá las exequias. Al lado derecho se ha reservado el espacio para las autoridades internacionales, entre ellos el presidente de EE.UU., Donald Trump, y los reyes de España Felipe y Letizia. EFE
(foto) (vídeo)
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