Cuando hace casi seis siglos el cartógrafo Pere Rossell elaboró una minuciosa carta náutica del Mediterráneo su propósito era ayudar a los marineros a sortear las sinuosas costas del norte de África y los mares Tirreno, Jónico y Negro, una vasta extensión de agua surcada de rutas comerciales. Lo que probablemente no se imaginaba Rossell es que en 2025 esa carta portulana plagada de anotaciones, líneas y alguna que otra ilustración acabaría convirtiéndose en un tesoro en sí mismo. Uno por el que el Consell de Mallorca ha pagado 700.000 euros.
El objetivo: traerlo de vuelta a casa.
Un mapa, un tesoro. Que hay mapas (y códices) que valen más que muchos tesoros no es ninguna novedad. Nos lo recordó hace unos cuantos años un atlas supuestamente consultado por Cristóbal Colón en su primer viaje a América que acabó vendido por varios millones de euros. Y nos lo ha vuelto a recordar ahora el Consell de Mallorca, aunque con un desembolso bastante más modesto.
El Gobierno insular acaba de pagar 700.000 euros por una carta náutica elaborada a mediados del siglo XV por uno de los cartógrafos más importantes (y prolíficos) de la isla en aquel tiempo: Pere Rossell, parte de la Escola cartogràfica mallorquina, lo que conecta a su vez con una de las épocas de mayor esplendor de la región en la elaboración de cartas náuticas. De los talleres de Mallorca salían planos tan preciados que los demandaban desde Flandes a Alejandría.
El Mediterráneo sobre el papel. La prensa mallorquina asegura que el objetivo del Consell es exponer el documento en el Museo de Mallorca, pero lo cierto es que no hay que esperar tanto para disfrutar de sus detalles, colores y anotaciones. Al menos si no nos importa hacerlo a través de una pantalla.
Sotheby´s, la firma encargada de la subasta, incluye una descripción y una minuciosa galería de imágenes en su web, en la que recuerda que el plano se elaboró a finales de la década de 1440, está escrito en latín y catalán y muestra los mares Mediterráneo y Negro con todo lujo de detalles. En la obra Rossell reseñó decenas y decenas de topónimos y múltiples rutas de navegación. Como guinda incluyó escudos, banderas y detalles de nueve ciudades con sus fortificaciones.
"Parte de nuestra identidad". Sotheby´s también avanzaba que el plano se ha valorado por entre 700.000 y un millón de libras. Diario de Mallorca precisa que el precio de salida era 600.000, alrededor de 687.000 euros, la cantidad que ha decidido desembolsar el Gobierno insular a través de una compra directa.
El esfuerzo está más que justificado para el Consell. Su titular de Cultura, Antònia Roca, celebraba hace unos días que el portulano regrese a Mallorca tras permanecer varios siglos fuera de la tierra en la que se elaboró, hacia el año 1447. "Adquirimos una de las joyas más importantes de la navegación marítima y de nuestro patrimonio histórico y queremos compartirla con la ciudadanía".
Una joya que vuelve a casa. Roca no es la única que opina así. Hace unas semanas historiadores tan prestigiosos como María Barceló, catedrática emérita de Historia Medieval, reclamaron a las instituciones locales que aprovechasen la subasta de Sotheby´s para enriquecer el patrimonio insular con una pieza única. Entre otras razones, alegaban que ninguna institución pública mallorquina tiene una de las cartas del siglo XV que salieron de la Escola de Cartografía insular.
"Son los primeros que deberían actuar, tienen la obligación moral de adquirirla. Debemos recuperar el patrimonio cultural de esta tierra disperso por todo el mundo", insistía la experta. Días después el Consell parecía tomar nota.
¿Tan valioso es? Más allá de su valor patrimonial, Sotheby´s destaca la peculiaridad de la carta náutica dentro del legado de Rossell: la obra que acaba de adquirir el Consell es "la más antigua de los diez mapas de navegación firmados por Rossell", uno de los grandes exponentes de la escuela mallorquina.
El plano se elaboró probablemente como un encargo de la poderosa familia florentina Martelli, en cuyo archivo se conservó durante más de cinco siglos, hasta casi la década de 1970, cuando aparece en el catálogo del comerciante de libros Kenneth Nebenzahl. En los años 80 pasó a manos del matrimonio Pritzker y ahora (previa escala en la casa de subastas Sotheby´s) regresa a Mallorca.
Obras de arte... prácticas. La carta náutica de Pere Rossell es relevante por otra razón. En su día había planos ordinarios en las que predominaba el criterio práctico y estaban pensados básicamente para su uso a bordo de buques, por lo que eran parcos en decoraciones y ornamentos. Luego había portulanos de lujo, objetos meticulosamente decorados y que solían acabar en palacios.
Como explica Ramón J. Pujades, jefe de investigación del Museo de Historia de Barcelona a El Mundo, la obra adquirida por el Consell está a medio camino entre ambas categorías. Son cartas náuticas premium, pensadas para la navegación pero que no renuncian a la estética ni a convertirse en símbolo de estatus.
Imágenes | Shoteby´s y Wikipedia
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La noticia
En el siglo XV Mallorca era un gran fabricante de cartas náuticas. Ahora eso le ha permitido hacerse con un tesoro
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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