En inédita definición por sorteo, Castro (RN) gana presidencia de la Cámara y provoca quiebre en el oficialismo
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En inédita definición por sorteo, Castro (RN) gana presidencia de la Cámara y provoca quiebre en el oficialismo

Una larga lista de agradecimientos expresó el diputado José Miguel Castro (RN) en su discurso de asunción, tras ser elegido presidente de la Cámara en una infartarte definición que se resolvió mediante sorteo, al registrarse un empate a 74 votos.
En las menciones especiales, Castro valoró el apoyo de las diputadas independientes Marisela Santibáñez (ex PC) y Pamela Jiles que fueron cruciales en su triunfo, que, de paso, generó un nuevo quiebre -con recriminaciones incluidas- en el oficialismo. Además, el nuevo presidente de la corporación agradeció particularmente al marido de Jiles, el periodista Pablo Maltés (“el abuelo”), a quien definió como uno de “los amigos que con su apoyo y consejos me permitieron afrontar este desafío”.
En todo caso, la elección tuvo que pasar primero por dos rondas de votaciones. En la instancia preliminar, la candidata oficialista, la diputada Camila Rojas (Frente Amplio), obtuvo una leve ventaja de 75 respaldos versus 74 de Castro.
Al no lograr la mayoría absoluta de los diputados en ejercicio (77 de 153 legisladores habilitados), ambos contrincantes tuvieron que medirse en un balotaje. Fue en esta segunda elección en que se produjo el empate a 74 votos. ¿La razón? El diputado Jaime Araya (independiente PPD) estaba pareado (compromiso de restarse de una votación para compensar la inasistencia de un adversario político), pero por una interpretación reglamentaria se vio obligado a votar en la primera elección por ser de “quórum”. No obstante, en la segunda vuelta, en la que ya operaba el criterio de la mayoría simple, Araya no votó, ciñéndose al compromiso de pareo con el diputado Francisco Undurraga (Evópoli), quien estaba ausente por un viaje oficial a Uzbekistán.
Con ese empate, de acuerdo al reglamento, ratificado además por el acuerdo de todas las bancadas, la elección tenía que definirse en un sorteo mediante tómbola, que favoreció a Castro, desatando la euforia de los diputados de oposición.
El sorpresivo pareo de Araya, al igual que el voto por Castro de Santibáñez -quien hasta el año pasado era considerada una parlamentaria oficialista- molestaron profundamente a las bancadas de izquierda, especialmente en el Frente Amplio y el PC. Las críticas apuntaban especialmente al comité PPD-Independiente, que a regañadientes se plegó a la candidatura de Rojas.
Igualmente, desde estas bancadas de izquierda cuestionaron la ausencia de la diputada Catalina Pérez (ex Frente Amplio, hoy en proceso de desafuero por su rol en los traspasos irregulares fondos fiscales a la Fundación Democracia Viva) y también de Helia Molina (PPD), quien a pesar de la trascendente elección decidió no cancelar un viaje a Canadá y se pareó con Harry Jürgensen (independiente republicano) también de misión oficial en Uzbekistán.
“Evidentemente en ese empate a nosotros nos faltaron votos... hubiésemos ganado. Insisto, son aquellos diputados quienes tienen que dar las explicaciones de por qué decidieron lo que decidieron”, señaló Rojas visiblemente acongojada por el resultado, ya que por un voto más se había convertido en presidenta de la corporación.
Consultada específicamente por la ausencia de Catalina Pérez, cuyo desafuero fue confirmado este lunes por la Corte Suprema, lo cual no le impedía al menos participar de la elección, Rojas simplemente señaló que “nosotros sabíamos que había una situación compleja”.
Notoriamente molestos se veían también el ministro del Interior, Álvaro Elizalde (PS), y su par de la Secretaría General de la Presidencia, Macarena Lobos (Ind.), quienes hasta el final hicieron gestiones personales para tratar de contener eventuales descuelgues del oficialismo.
De hecho, la derrota pudo haber sido peor, ya que hubo al menos cuatro diputados oficialistas y de grupos aliados que estuvieron al borde de votar por Castro: René Alinco (Ind.), Carlos Bianchi (Ind.), Sebastián Videla (Ind. liberal) y Marcela Riquelme (ex Frente Amplio). Esta última legisladora, dolida por el trato que le dio su antigua colectividad ante una denuncia de acoso sexual presentada en su contra, segundos antes de la votación se paseaba por el hemiciclo y se resistía a tomar ubicación. A ella se le acercaron varios legisladores para tratar de convencerla. Sin embargo, finalmente cedió a la presión y votó por Rojas.
En el oficialismo creían que la ausencia de Pérez también se explicaba por las relaciones resentidas con su antiguo partido, del que fue expulsada por sus problemas judiciales.
Recriminaciones
En los últimos días, la candidatura de Rojas también enfrentó bastante ruido por la molestia de los socialistas tras la inminente destitución de la senadora Isabel Allende (PS) a manos del Tribunal Constitucional. No obstante, esos temores quedaron despejados con las últimas señales de la directiva socialista y tras una reunión de sus diputados en la que acordaron no tomar represalias contra Rojas, debido a que dos ministras del TC, Nacy Yáñez y Daniela Marzi, designadas por el Presidente Gabriel Boric y ligadas al Frente Amplio, fueron cruciales en el fallo adverso de Allende.
Además, los socialistas acordaron promover que los descuelgues sean sancionados severamente y aquellos legisladores que no respaldaron a Rojas no sean incluidos en las listas parlamentarias del oficialismo.
Por ello, tras la derrota, el jefe de bancada del Partido Socialista, Juan Santana, arremetió contra “aquellos parlamentarios que fueron electos por banderas del mundo progresista, pero que a la hora de elegir a quien va a dirigir esta corporación, les deben una explicación al país. Ellos de forma individual, aquellos que desearon parearse, aquellos que tomaron la opción de no asistir, o aquellos que votaron en contra de nuestros intereses. Todos ellos, y cada uno de ellos, les deben una explicación al país”.
La jefa de comité PC, Lorena Pizarro (PC), también se sumó a las críticas. “Hubo diputadas y diputados que no estuvieron presentes, que cruzaron la vereda y que simplemente hoy día tenemos este resultado que no nos agrada”.
En respuesta, la diputada Santibáñez (Indep.) justificó su votación por razones personales y no políticas. “Es el reflejo del compromiso que he visto en el diputado José Miguel Castro”, dijo y mencionó que el legislador RN la ha apoyado en algunas de sus causas. “Lo es el caso de los pacientes electrodependientes, la denuncia de la violación masiva en Cobreloa, como también fue la contención en un momento difícil respecto del protocolo de acoso sexual de la Cámara de Diputados y Diputadas”, señaló.
Santibáñez agregó que “los errores cometidos por el Frente Amplio muchas veces te llevan a tomar decisiones de este tipo”.
Por su parte, el diputado Araya (Ind.-PPD) dijo que “me causa extrañeza que le parezca tan raro a los parlamentarios que uno cumpla acuerdos que están comprometidos. Y además, parlamentarios que son malos para las matemáticas. Si yo le decía a Francisco Undurraga que no había pareo, Francisco Undurraga se devuelve y se mantiene el empate. Si Helia Molina se devolvía, se devolvía a Harry Jürgensen y se mantiene el empate. Por lo tanto, creo que hay gente que no sabe sumar ni restar y están tratando de buscar responsabilidades donde no las hay”.
Además destacó que “aquí faltó una diputada muy cercana al Frente Amplio que perfectamente podría haber roto este empate. Yo creo que tengo la tranquilidad de haber actuado correctamente”.
Bajada de Alessandri
Si bien Castro enfrentaba una fuerte resistencia de la UDI, que había levantado al diputado Jorge Alessandri, finalmente los jefes de bancada de Chile Vamos decidieron inclinarse por el RN, quien concitaban mayor respaldo entre republicanos, libertarios e independientes.
“La UDI siempre ha sido un partido serio que está por la unidad de Chile Vamos. Nosotros no somos partidarios de generar división, estamos por encima de los proyectos personales. No estamos dispuestos a que ocurra lo mismo que pasó en el Senado. Tenemos un bien mayor que es cuidar a la coalición y cuidar el liderazgo de Evelyn Matthei. Pero también eso exige reciprocidad. Nosotros esperamos que los socios de coalición tengan presente que esto es una coalición donde hay partidos que tienen que respetarse y se tienen que mantener ciertos equilibrios”, dijo el jefe bancada de la UDI, Henry Leal.
La bajada de Alessandri fue solo una de las variables que allanaron el triunfo de Castro, que no se resolvió solo por el azar.
Inicialmente en su bancada, también tuvo competencia interna, pero la entonces jefa del comité de RN, Ximena Ossandón, le dio su apoyo y fue su generalísima de la campaña. De hecho, ella ayudó a conseguir los pareos que le permitieron a la oposición no correr en desventaja.
Su amistad con Santibáñez, con Jiles y su esposo, con quienes existe el compromiso de no bloquear las próximas reformas de retiros previsionales, llevó a que ambas legisladores le dieran el voto.
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