La cafetería del aeropuerto de Valladolid factura un 80% menos y tres personas han sido despedidas. El causante se llama Ryanair

La cafetería del aeropuerto de Valladolid factura un 80% menos y tres personas han sido despedidas. El causante se llama Ryanair

El impacto de Ryanair no sólo se contabiliza por el número de vuelos que deja en un aeropuerto. No al menos allí donde son una pieza clave en el funcionamiento de una plaza regional como la de Valladolid, donde su marcha ha reducido en un 60% el número de viajeros que pasan por sus instalaciones.

El pasado mes de enero, la compañía anunciaba que este verano cerraría operaciones en el aeropuerto vallisoletano. La decisión entraba dentro de las medidas de presión que la compañía está aplicando contra el Gobierno por discrepancias relacionadas con el cobro de las maletas de mano o las tasas que AENA cobra por operar en las instalaciones.

Esa herramienta de presión se tradujo en una reducción de las operaciones en siete aeropuertos. En Vigo, por ejemplo, Ryanair ha eliminado en un 61% sus asientos disponibles. Pero la cifra más alta no es siempre la que más daño hace porque hay que prestar atención al impacto específico que la compañía tiene en el aeropuerto.

Y en Valladolid era enorme. Tanto que el volumen de viajeros en el aeropuerto de la ciudad se ha reducido en un 63,2% según datos ofrecidos por AENA. Pero la marcha de la compañía no sólo tiene un impacto directo sobre la oferta de vuelos que tienen ahora disponible los vallisoletanos. Impacta en los trabajadores del propio aeropuerto.

Como los de su cafetería.

Tres trabajadores despedidos por falta de trabajo

La historia la trae de primera mano El Norte de Castilla. El medio local ha entrevistado a César Carreras, concesionario de la cafetería del aeropuerto de Valladolid quien asegura que con la marcha de Ryanair se ha esfumado el 80% de la clientela.

En menos de un año, Carreras ha visto cómo el aeropuerto se vaciaba sin las operaciones de Ryanair (que dejó de operar el 28 de marzo) pero con la marcha anterior de Vueling, que dejó de ofrecer la ruta Valladolid-Barcelona en junio del año pasado.

Ahora mismo, Binter es la única compañía que opera el aeropuerto pero no tiene viajes diarios. "Este mes sólo trabajan dos días a la semana", señala el responsable de la cafetería. Especifica que se han marchado los viajeros pero que también hay un agujero de empleados, ya que sólo cuatro trabajadores de todos los empleados que la compañía mantenía en Valladolid permanecen en las instalaciones aunque realizando otras labores.

Explica que sólo está explotando al cafetería los días que hay vuelos y apenas durante tres horas porque el resto del día el aeropuerto permanece prácticamente vacío. Explica que ahora sólo queda él trabajando la cafetería y que ha tenido que despedir a tres empleados. De momento, se mantiene en la concesión porque tendría "problemas" para dejarla y porque puede dar él mismo el servicio ya que tiene otro negocio abierto.

Cuando Ryanair anunció que se marchaba de Valladolid y Jerez y que reducía sus operaciones ya hablaba de que la decisión dejaría "los aeropuertos regionales medio vacíos" aunque achacaba la marcha y la reducción de las operaciones a las supuestas altas tasas de AENA.

Esas tasas de AENA son las que se utilizan para mantener los servicios mínimos de un aeropuerto (seguridad, limpieza...) y desde la compañía aseguran que son extremadamente bajas en los aeropuertos regionales porque existen múltiples descuentos para hacerlos atractivos. En estos momentos, aseguran, se opera pagando apenas dos euros por pasajero.

Lo que de fondo hace tiempo que resuena es la multa que el Ministerio de Consumo impuso a Ryanair por el cobro de la maleta de equipaje de mano. Para el Gobierno, las dimensiones permitidas son extremadamente reducidas y no cubren la definición de "esencial" a la que obliga la normativa europea. En consecuencia impuso una sanción de más de 100 millones de euros.

Esa multa fue la que precipitó todo, ya que Ryanair entiende que sin una definición más concreta no tiene motivos para dejar entrar maletas en cabina que superen las medidas de 40x20x25 cm recogidas en su tarifa más básica. Por lo tanto, aseguran que el cobro por el trolley de cabina es perfectamente legal. Algo que, parece, se ratificará en unos meses por la propia Unión Europea.

Foto | Fred Rivett y Fahmi Fakhrudin

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