Que las relaciones entre China y la Unión Europea son complejas no sorprende a nadie. Que España se está convirtiendo en uno de los países que más está presionando por acercarse al Estado chino es otra obviedad. Y es que nuestro país hace tiempo que juega en un complejo juego de equilibrios en el que trata de mantener abiertas todas las puertas comerciales con el país asiático al tiempo que se mantiene dentro de las reglas que marca la Unión Europea.
Las evidencias están a la vista de cualquiera. El propio Ministerio de Defensa publica en su web un artículo en el que promociona la posición española como mediadora entre la Unión Europea y China. El Gobierno de Pedro Sánchez ya trató de mantener el equilibrio durante el juego cruzado de abril en la guerra comercial entre Estados Unidos y el país asiático.
Meses antes se desbloquearon inversiones en suelo español, como la fábrica de CATL montada junto a Stellantis en Aragón, mientras que se castigaba a los países que se mostraron partidarios de levantar aranceles contra los coches eléctricos chinos.
Ahora son los trenes los que están en el punto de mira. España está buscando nuevos vehículos de alta velocidad. Renfe quiere renovar su flota y está confirmado que en los próximos meses lanzará una licitación a la que tendrán que acudir aquellas empresas que quieran hacerse con el contrato. Y mientras, Óscar Puente, ministro de Transportes, está sondeando a las diferentes compañías para hacerse una idea de los plazos que manejan.
Una ronda de entrevistas en la que destaca un fabricante.
Es chino, tiene los trenes más rápidos y los entregan antes que nadie. Puente ya lo ha dejado claro. La duda es qué piensa Europa de todo esto.
Los mejores pero con dudas
“Los fabricante chinos entregan trenes a la mitad de precio en un plazo de seis meses a dos años, mientras la industria europea te los ofrece a 60 meses. Yo soy un político, el que compra, y no tengo 60 meses. He comentado este problema con la industria Europea y con el Comisario de la UE, y creo que en el sector ferroviario habría que cambiar cosas e ir hacia el modelo de Airbus, con el que se consiguió salvar a la industria aeronáutica”
Con estas palabras dejaba claro Óscar Puente a quién confiaría la compra de trenes chinos si estuviera solo en su mano. De quien habla es de China Railway Rolling Stock Corporation (CRRC). Sus trenes son los que ahora mismo están funcionando en el país asiático a 450 km/h (habría que adaptar la infraestructura para que en España superaran los 300 km/h holgadamente) y según Puente pueden entregarlos en mucho menos tiempo que los ofrecidos por las compañías europeas o Hitachi (japonesa).
Las palabras las pronunciaba Puente en una entrevista en la Cadena Ser, con palabras recogidas por El País, donde se señala que el ministro de Transportes también ha visitado las instalaciones alemanas de Siemens, otra de las compañías que podrían optar al próximo gran contrato que se prepara en nuestro país.
El tren estrella de Siemens, el Velaro Novo, también puede alcanzar velocidades que rondan los 400 km/h de velocidad punta pero la compañía todavía tiene que demostrar su capacidad para producirlos en masa. En Trenvista analizaban los tres vehículos que pueden estar sobre la mesa, incluida una opción con trenes de segunda mano.
Entre los otros competidores destacados está Hitachi. La compañía japonesa produce sus trenes en Italia. Hablamos del ETR-1000 o Freccisarossa, el mismo tren que Iryo utiliza en España y que está infrautilizado en cuanto a velocidad punta porque las infraestructuras españolas no le permiten alcanzar los más de 350 km/h para los que están homologados. Alstom y CAF también están entre las compañías sondeadas por transportes. Empresas que estarían por delante de Talgo con quienes el Gobierno mantiene un conflicto abierto por el retraso en la entrega de trenes y las averías producidas en la línea Madrid-Barcelona con grietas que han sacado de la circulación a los AVLO en esa línea.
Todos ellos serán empresas que pelearán por un contrato que, se prevé alcanzará unos 27 millones de euros por unidad comprada, según 20 Minutos. Para poder pagar ese dinero España acudiría al Banco de Europeo de Inversiones (BEI) para financiarse al mejor precio.
Esa sería una de las mayores complicaciones para el fabricante chino. CRRC está en el punto de mira de la Comisión Europea que acusa a la compañía de recibir ingentes subvenciones estatales que les permiten poner en el mercado sus trenes a un precio mucho más competitivo que el de los fabricantes europeos. Es, por tanto, un caso muy similar al que sucede con el mercado del automóvil.
El primer conflicto surgió a raíz de la intención del Gobierno de Bulgaria de hacerse con trenes chinos mediante un contrato de más de 600 millones de euros. En él se incluía la entrega de 20 vehículos y su mantenimiento durante 15 años. Con la apertura de la investigación, el fabricante se retiró del concurso y finalmente la Comisión Europea dio carpetazo al asunto.
Ahora es España la que presiona para bien hacerse con trenes de este fabricante o poner encima de la mesa el "modelo Airbus" para el sector ferroviario, con el objetivo de mejorar la competitividad de la Unión Europea en este mercado.
Foto | Alejandro Luengo y Xataka
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La noticia
"Entregan trenes en seis meses a la mitad de precio": Renfe necesita nuevos AVE y ya presiona para que China sea su proveedor
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Alberto de la Torre
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