A Oona Chaplin le gustaba llegar al rodaje de Avatar: Fuego y ceniza con tiempo. Por un lado, para tomarse un café tranquilamente. Por otro, para ir tanteando el ambiente. "Hacía la lectura de cómo está el día. ¿Cómo vamos?, ¿vamos tarde?, ¿vamos temprano?, ¿cómo está James?, ¿cómo…
Artículo original publicado en SensaCine
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