Crece el sufrimiento psíquico en la niñez y adolescencia, pero faltan dispositivos de cuidado que lleguen a tiempo. Los datos epidemiológicos, la clínica y la realidad cotidiana coinciden: sin atención adulta, continuidad terapéutica y políticas sostenidas, se sigue recibiendo a los chicos cuando ya no hay salida
completa toda los campos para contáctarnos