El exdiputado DC y abogado Gabriel Silber decidió romper definitivamente con sus antiguos socios Mario Vargas y Eduardo Lagos —ambos en prisión preventiva— y entregó a la Fiscalía una declaración que reconfigura uno de los casos de corrupción más graves en la historia reciente del Poder Judicial.
Según reveló Reportea.cl, Silber declaró durante seis horas el pasado 19 de noviembre en Puerto Montt, instancia en la que no solo entregó su celular y claves de correo electrónico para ser periciados, sino que además detalló coordinaciones directas entre sus exsocios y la exministra de la Corte Suprema Ángela Vivanco para entorpecer la investigación del Ministerio Público.
“Me siento destruido (…) Apenas pude divisar la envergadura de esta situación, decidí colaborar”, afirmó Silber al iniciar su testimonio.
Coordinaciones para enfrentar la investigación
Silber confirmó que, antes de que la investigación se hiciera pública, Vivanco, Vargas y Lagos se comunicaban y coordinaban estrategias frente a la indagatoria por el presunto pago de coimas en favor del consorcio chileno-bielorruso Belaz Movitec (CBM), el que derrotó judicialmente a Codelco en un litigio de más de $17 mil millones.
Incluso relató que procuradores del estudio comentaron un audio de WhatsApp enviado por Vivanco a Vargas con correcciones para un escrito destinado a la Fiscalía: “Lo encontraron imprudente”, afirmó.
Silber también aseguró que era “habitual” que Mario Vargas prestara a Vivanco un departamento en Papudo mientras se tramitaba el caso CBM/Codelco.
Uno de los puntos más explosivos de la declaración es la acusación de que, ya estando Vargas y Lagos en prisión preventiva, le enviaron un recado para que visitara el penal Capitán Yáber y coordinar una declaración falsa.
El objetivo, según Silber, era usar un fallido “negocio de recupero de vehículos asegurados” como fachada para disfrazar el pago de $45 millones a Gonzalo Migueles, pareja de Vivanco y acusado de lavar parte de los sobornos.
Silber aseguró que rechazó la solicitud:
“Quiero aclarar que no he concurrido al Anexo Capitán Yáber y no he tenido contacto con ellos desde el día de su detención”.
Fiesta en casa de Vivanco y uso de su cuenta para subir escritos
Silber también confirmó un episodio mencionado en la formalización: la noche del 8 de agosto de 2023, cuando los abogados de CBM subieron un recurso al sistema judicial desde su cuenta, Vargas y Lagos estaban en una fiesta en la casa de Vivanco y Migueles.
Dijo haber consultado a un abogado del estudio, quien le confirmó que Lagos dio la instrucción de usar la cuenta de Silber para enviar el escrito, sin que él participara en su elaboración.
El exdiputado y pareja de la senadora PPD Loreto Carvajal relató, además, un almuerzo en el restaurante Due Torri, convocado por Lagos luego de que la Fiscalía incautara el celular del cambista Harold Pizarro —también imputado—.
Según Silber, Lagos orientó a Pizarro para que en su declaración “no mencionara a terceros”, algo que coincide con la reticencia inicial del cambista a revelar ciertos pagos directos a Migueles.
Silber también vinculó al exdiputado DC y lobista Aldo Cornejo, quien lo habría llevado al estudio jurídico y que, según reveló, realizó gestiones extrajudiciales ante el presidente de Codelco, Máximo Pacheco, a petición de Eduardo Lagos.
Pacheco confirmó ante la Fiscalía que Cornejo le escribió en julio de 2023 para adelantarle el fallo adverso y proponer resolver el conflicto “bajo reserva de caballeros”.
Viajes y vínculos con el ministro Simpertigue
La declaración también incluyó antecedentes sobre los vínculos entre Lagos, Vargas y el ministro de la Corte Suprema Diego Simpertigue, quien votó dos veces a favor de CBM.
Silber dijo haber conocido de más de un viaje conjunto al extranjero, antecedente que se suma al crucero por Europa revelado previamente y que hoy tiene a Simpertigue enfrentando un sumario y una inminente acusación constitucional.
La entrada Exdiputado Silber rompe el silencio y revela coordinación entre Vivanco, Vargas y Lagos para entorpecer investigación de la Fiscalía se publicó primero en El Periodista.
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