El senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, exigió este martes mejores cuidados para su padre, quien permanece bajo arresto preventivo en la sede de la Policía Federal en Brasilia. Según dijo tras visitarlo, el exmandatario sufrió la pasada noche un “severo” ataque de hipo que podría derivar en una infección pulmonar.
“Tiene 70 años, aquí está solo”, afirmó Flávio, quien relató que normalmente es la esposa de Bolsonaro, Michelle, quien se ocupa de él cuando enfrenta este tipo de episodios nocturnos. “Ella se encarga de colocarlo en la cama, despertarlo, ver si todo va bien, si duerme con la inclinación adecuada”, agregó.
Aunque Bolsonaro le aseguró que está siendo bien atendido, su hijo insistió en que debería autorizarse su regreso al arresto domiciliario. “Está indignado y angustiado”, señaló, reiterando que su padre habría manipulado la tobillera electrónica en un momento de “confusión mental” causada por medicamentos.
Flávio sostuvo que, incluso si la tobillera hubiera sido dañada, “era imposible huir”. Acusó además al juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes de haber usado este episodio para ordenar su encarcelamiento, algo que “quería hacer desde un principio”, según recoge la prensa brasileña.
Bolsonaro se encuentra detenido en una sala especial de unos doce metros cuadrados dentro de la Policía Federal, equipada con cama individual, aire acondicionado, refrigerador, baño privado y televisión, y que fue reformada recientemente ante una eventual detención del exmandatario.
El expresidente cumplía arresto domiciliario desde agosto como medida cautelar en el proceso por intento de golpe de Estado, causa por la que ya fue condenado a más de 27 años de prisión y que hoy se encuentra en su fase final. Integrantes del núcleo de la trama golpista presentaron nuevas apelaciones en las últimas horas; Bolsonaro, en cambio, lo haría por otra vía la próxima semana, aunque sin expectativa de éxito.
Una vez certificada la condena, Bolsonaro podría cumplirla en este centro especial de detención, aunque no se descarta su traslado a una prisión común. Por ahora, su regreso al arresto domiciliario no se considera probable a corto plazo.