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El consejero del Consejo Nacional Electoral, Marlon Ochoa, afirmó que las elecciones generales de Honduras están marcadas por irregularidades, ratificando lo que ya fue afirmado por candidata Rixi Moncada y también recientemente por Salvador Nasralla.

Tegucigalpa, Honduras. En conferencia de prensa este jueves 4 de diciembre por la noche, el consejero del Consejo Nacional Electoral, Marlon Ochoa, aseguró que las elecciones generales de Honduras están marcadas por irregularidades masivas y un posible golpe electoral, tras denunciar que 16.615 actas, equivalentes a aproximadamente dos millones de votos, fueron retenidas deliberadamente en el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP).

Ochoa señaló que la noche previa a la elección, el sábado 29 de noviembre, el Pleno del CNE aprobó la eliminación del cruce obligatorio entre el registro biométrico de votantes y las actas de cierre, una medida que calificó de ilegal y que permite inflar resultados. Destacó que hasta la mañana del miércoles 3 de diciembre se habían transmitido 15.297 actas del nivel presidencial, equivalentes al 79.8 por ciento del total nacional de 19.167, y que 13.246 actas, es decir, un 86.6 por ciento, presentan errores e inconsistencias entre los datos biométricos y los registrados en el TREP, generando una diferencia de 982.412 votos.

El consejero recordó que desde el simulacro realizado el 9 de noviembre ya se habían identificado fallas estructurales graves: baja capacidad en la transmisión de actas, ausencia del módulo de escrutinio, inexistencia del módulo de divulgación y asignación automática extraordinaria de votos. Aseguró que, aunque algunas deficiencias fueron corregidas, no existieron garantías suficientes para verificar la integridad del sistema, lo que alertó a los técnicos y a la auditoría externa CGTS.

Ochoa denunció que el 29 de noviembre recibió un informe de auditoría externa que advertía sobre inconsistencias críticas, pero que no pudo leerlo en Pleno por la interrupción de una sesión, mientras una consejera abandonaba la sala y otra suspendía la reunión, impidiendo la adopción de decisiones urgentes. Según él, este sabotaje interno formó parte de una operación para ignorar las advertencias previas a la elección.

Durante la noche de los comicios, miles de miembros de Juntas Receptoras de Votos y custodios constataron que el TREP interpretaba incorrectamente los números manuscritos en las actas, asignando cifras de 600 o 700 votos que no coincidían con la realidad. Además, denunció que el sistema transfería votos entre candidatos y partidos, confirmando las denuncias registradas en 26 audios que fueron presentados ante el Ministerio Público.

La retención de 16.615 actas durante cuarenta horas, equivalentes a dos millones de votos, fue otro de los puntos más críticos. Ochoa explicó que estas actas habían sido enviadas desde los centros de transmisión y recibidas en el sistema central del CNE la misma noche de la elección, pero no fueron procesadas ni divulgadas durante dos días, tiempo que, según él, fue utilizado para adulterarlas y alinearlas con un plan de manipulación.

El consejero denunció además que la página oficial de divulgación de resultados sufrió caídas prolongadas el 30 de noviembre y el 1 de diciembre y que ha presentado interrupciones continuas desde entonces. Señaló inconsistencias en los datos publicados, errores en sumas y fallas simultáneas en más de 700 antenas satelitales, así como en los canales Tigo y Claro. Indicó que se propuso retirar manualmente las tarjetas SIM de los dispositivos biométricos, medida que rechazó para mantener la trazabilidad del voto. Confirmó que Smartmatic validó algunas de estas fallas y que los audios presentados contienen evidencia de la operación.

Ochoa afirmó que esta es “la elección menos transparente de nuestra historia democrática”, superando los comicios de 2013 y 2017. Denunció además la intervención extranjera inédita, señalando que los informes de las misiones internacionales de observación ignoran esta injerencia y que, al no mencionarla, se convierten en cómplices de la usurpación de la voluntad popular.

El consejero criticó que el bipartidismo en el CNE toma decisiones fuera del Pleno y que su despacho no forma parte de esos acuerdos. Reiteró que la empresa ASD, encargada de los sistemas de transmisión y escrutinio, no completó el proceso de contingencia dos a tiempo. Dicho sistema, que debía procesar las actas físicas en Tegucigalpa, aún estaba en pruebas la tarde del 5 de diciembre, cinco días después de las elecciones. Ochoa aseguró que, sin este proceso, la rapidez y confiabilidad del escrutinio definitivo están comprometidas.

Finalmente, Ochoa sostuvo que las irregularidades no son incidentes aislados, sino parte de una operación coordinada entre actores internos y apoyo externo para manipular la voluntad popular. Alertó que el TREP no solo determina los resultados preliminares, sino que también procesa las actas de todos los niveles electivos, consolidando una amenaza a la integridad de las elecciones y dejando al pueblo hondureño ante una situación sin precedentes en la historia democrática del país.

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