La historia no se repite exactamente, pero rima. Hace casi dos décadas, Google tomó una decisión que definiría la era del smartphone: distribuir un sistema operativo de código abierto. A través del Android Open Source Project (AOSP) entregó a los fabricantes un sistema libre y modificable, creando un estándar de facto que hoy domina el mundo. Ahora, en un contexto geopolítico distinto, Huawei está ejecutando esa misma jugada con mucha precisión a través de OpenHarmony.
Graduación. La fundación OpenAtom, la primera organización de código abierto de China, acaba de anunciar que OpenHarmony ha alcanzado la "graduación". En el mundo del Open Source, esto no es un mero trámite burocrático: es la señal de que el proyecto ha alcanzado la madurez técnica necesaria para sostenerse por sí mismo y escalar a nivel industrial.
Con más de 2,27 millones de desarrolladores activos en el ecosistema chino, OpenHarmony ha dejado de ser un experimento para ser una alternativa real. De hecho, empieza a abundar el hardware diseñado específicamente para probarlo.
Una estrategia que parte desde el Open Source. Huawei ha donado el código fuente de OpenHarmony a la fundación, desvinculándolo de su marca comercial HarmonyOS. Es exactamente lo que hizo Google con AOSP. Al liberar el núcleo, Huawei permite que otros fabricantes adopten el sistema sin pagar licencias y sin depender de una empresa sancionada por EEUU.
Esto crea una base instalada y masiva que, a la larga, beneficia a su versión comercial como ya sucedió con Android: HarmonyOS Next es la apuesta total de Huawei en el software. Mientras HarmonyOS es un sistema cerrado parcialmente con componentes propietarios, se nutre de la innovación y el ecosistema de apps que genera la base abierta.
Google cierra puertas, Huawei las abre. La ironía es palpable si atendemos a la actualidad. Mientras Huawei empuja la apertura para sobrevivir y expandir su sistema operativo, Google ha ido cerrando progresivamente el grifo de AOSP. En los últimos años, las partes más valiosas de Android se han trasladado a los GMS (servicios de Google), dejando a AOSP como un cascarón vacío.
Ahora, sus revisiones se publicarán con menos periodicidad y los Pixel dejarán de ser la referencia para el desarrollo. Además, el reciente anuncio que restringe la instalación de APKs externos y el control sobre el sistema contrastan con la necesidad de Huawei de atraer a cualquier desarrollador posible, incluso facilitando lenguajes de código abierto como Cangjie para competir con Kotlin y Swift. También abriéndose al sideloading, sin excepciones en la versión de HarmonyOS para PCs.
Ecosistema de "sangre pura" pero con cimientos abiertos. HarmonyOS Next ha eliminado todo rastro de código Android (Linux, AOSP) para ser un sistema 100% independiente. Sin embargo, su éxito depende de que OpenHarmony se convierta en el estándar de la industria china, tal como AOSP lo fue para la occidental.
Ya hemos visto a este sistema libre funcionar en móviles de otras marcas como OnePlus, demostrando que es viable fuera del portfolio de Huawei. Si Google conquistó el mundo distribuyendo el sistema operativo, Huawei está apostando a que puede conquistar China (y quizás más allá) haciendo exactamente lo mismo. Justo cuando su rival empieza a olvidar sus orígenes abiertos. Veremos cómo evoluciona HarmonyOS en el futuro próximo: por el momento, los usuarios esperan el despliegue de HarmonyOS 6 en el país natal de Huawei.
Imagen de portada | Pepu Ricca con Nano Banana (y edición)
En Xataka Móvil | El regreso de Huawei a la gama alta fue solo un aviso. Su verdadera apuesta es conquistar el volumen de la gama media
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La noticia
Google conquistó el mundo abriendo las puertas de Android. Huawei ha tomado nota y está ejecutando el mismo plan
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Pepu Ricca
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