HABLEMOS DE LA TELE. El show de las noticias

HABLEMOS DE LA TELE. El show de las noticias

Los departamentos de prensa se confunden con los equipos de producción de matinales, espacios pseudo periodísticos y los propios noticieros, mezclando informaciones con chanzas, diálogos insulsos, temas de farándula y sobre todo en búsqueda de sensacionalismo y morbo en los temas abordados.

José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 10/6/2025. La televisión chilena es un medio de comunicación que no sólo debería entretener, sino también -y por sobre todo- formar e informar. Pero resulta que, según las pautas editoriales de absolutamente todos los canales de TV abierta en nuestro país, dedican más tiempo a la diversión, el entretenimiento y la banalidad por sobre la necesidad de formar opinión pública, informar oportuna y verazmente, además de entregar contenidos culturales.

Los departamentos de prensa se confunden con los equipos de producción de matinales, espacios pseudo periodísticos y los propios noticieros, mezclando informaciones con chanzas, diálogos insulsos, temas de farándula y sobre todo en búsqueda de sensacionalismo y morbo en los temas abordados.

El periodismo es integrado burda y perversamente entre contenidos de bajo nivel intelectual y/o intereses espurios de carácter clasista, a menudo xenófobos, racistas, patriarcales y homofóbicos, abiertamente negacionistas y anticomunistas.

La práctica profesional del reporteo con interés público exige un distanciamiento crítico de la información, la contextualización de la noticia, el respeto por la dignidad y la presunción de inocencia de los involucrados en los hechos a informar. Nada de esto parece tener valor en nuestro principal medio de comunicación audiovisual masivo.

Los periodistas no deben ni pueden asumir roles fiscalizadores, especulaciones sin fundamentos, juicios sin garantías básicas de un debido proceso de investigación sin lo cual se debilita la calidad informativa y la legitimidad misma de la profesión.

Fue el caso reciente -por ejemplo- del “reportero” Tomás Cansino, del matinal de CHV “Contigo en la Mañana” que acumuló 872 denuncias ante el Consejo Nacional de Televisión por un despacho durante una fiscalización en la que Carabineros multaba a un automovilista ante lo cual el profesional bromeó, provocando la ira de la persona inculpada que hasta le dio un manotazo.

La acción desató las críticas contra el reportero quien, al parecer, confundió la noticia con un espectáculo sin resguardar la integridad profesional ante la exposición pública de hechos cotidianos que se muestran por televisión. En este caso mal puede argüir el colega una agresión cuando fue él mismo quien provocó la situación en medio de risas.

Informar no es necesariamente entretener. La televisión en vivo exige precisamente los parámetros habituales del periodismo: actualidad, proximidad, prominencia, interés público, veracidad y otros elementos característicos de una noticia genuina.

Irónicamente, el abogado Luis Hermosilla, al salir del penal Capitán Yáber habló despectivamente de cierta “justicia de matinales” refiriéndose al espectáculo permanente en tribunales de periodistas que pontifican, absuelven y condenan a inculpados, procesados y formalizados sin mayores miramientos en términos judiciales, legales ni constitucionales. Puro show.

En plena campaña electoral, mientras las candidaturas de derecha se muestran los dientes y compiten en posiciones extremas de negacionismo, conservadurismo y pinochetismo, los postulantes a las elecciones primarias del 29 de junio defienden sus posiciones con dignidad, diferencias naturales pero con altura de miras y respetando a sus contendores bajo el paraguas de la unidad del progresismo y el espíritu civilizatorio que diferencian sólo con matices las postulaciones de Jeannette Jara, Carolina Tohá, Jaime Mulet o Gonzalo Winter.

Un ejemplo democrático que los medios de comunicación no aquilatan en su mérito ni destacan entre sus “informaciones”. Las noticias siguen siendo un show para los canales de televisión.

 

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