La carrera de la IA tiene dos actores principales, pero sus apuestas son muy diferentes. Mientras que Estados Unidos ya se ha gastado 350.000 millones de dólares en la IA (y planea gastar muchísimo más), China solamente ha invertido 100.000 millones. Los optimistas de Silicon Valley parten de la creencia de que la IA cambiará el mundo radicalmente y quien domine la IA, dominará el futuro. ¿Y si no es así? Como dicen en Financial Times, Estados Unidos podría ganar esta batalla, pero perder la guerra económica.
EEUU. Ha puesto todos los huevos en la misma cesta. Las inversiones desorbitadas están guiadas por la creencia de que la IA va a cambiar el mundo tal y como lo conocemos, que la AGI hará que los humanos por fin dejemos de trabajar.
Es un discurso épico en el que la IA se nos presenta como una especie de mesías que salvará el mundo, uno que ignora por completo la alternativa: que la IA sea un gran salto tecnológico, sí, pero ni tan revolucionario ni, sobre todo, un negocio tan redondo. Y no es sólo cosa de las tecnológicas, los inversores están absortos en la misma obsesión.
China. En 2017, China anunció el "Plan de Desarrollo de una Nueva Generación de Inteligencia Artificial" en el que definían la IA como una tecnología estratégica. Para China, la IA es una prioridad nacional, pero su enfoque es más pragmático y mucho menos especulativo. No hay más que ver sus modelos IA, como DeepSeek, eficaz pero muy alejado de los carísimos 'modelos frontera' en los que EEUU está invirtiendo.
Su visión para la IA no es tanto la de transformar el mundo, sino que funcione como una herramienta para ser aún más eficientes en distintos procesos. Hace unos meses dieron a conocer el plan "AI+", donde detallaban el despliegue de la IA en seis sectores: desarrollo científico y tecnológico, aplicaciones industriales, servicios al consumidor, bienestar público, gobernanza y seguridad, y colaboraciones internacionales.
La guerra de la IA. La idea de esa batalla descarnada por dominar la IA siempre la escuchamos del lado estadounidense. En muchas ocasiones, la guerra de la IA, igual que la AGI, es otro punto de presión de Silicon Valley para justificar el gasto tremendo o conseguir sus objetivos. Lo hemos visto hace poco con Jensen Huang presionando para que el gobierno le dejara vender sus chips en China y su argumentario giraba en torno a la idea de que China logrará la independencia tecnológica y entonces ganará la guerra de la IA.
Lo paradójico para Estados Unidos es que su propia invención está beneficiando a su enemigo. La guerra de la IA es también funciona como un punto de presión para China: forzar a EEUU hipotecar su economía a la tecnología que ellos consideran el futuro, mientras les adelantan en todo lo demás.
La guerra económica. Estados Unidos lo está apostando todo a un sólo caballo ganador, mientras que China no ha dejado de invertir para asegurar su dominio en otros sectores clave, como son los coches eléctricos, las baterías, robótica y sobre todo energías renovables. Para China hay muchos futuros, para EEUU sólo uno.
La apuesta por la diversificación está saliendo bien. En 2024 China ya fabricaba el 76% de coches eléctricos vendidos en todo el mundo y el 80% de todas las baterías de litio. También son el país con más instalaciones de robots industriales, lo que les da ventaja para seguir siendo la fábrica del mundo. Hay mucho más, también son líderes indiscutibles en otros sectores como la fabricación de drones, paneles solares, trenes de alta velocidad y grafeno.
La IA de China es la energía. China lleva años invirtiendo en energía limpia. Segun informe de Carbon Brief, sólo en 2024 China invirtió 940.000 millones de dólares, y no es el año que más gastó. Lo curioso es que la energía es clave para muchos sectores, sobre todo el de la IA. Estados Unidos lo sabe bien y ya se ha encontrado con un muro: no tienen energía para tantos chips.
No sólo es que China produce más energía, también la está subvencionando. Jensen Huang advirtió sobre esta situación, asegurando que "China va a ganar la carrera de la IA" gracias a las ayudas energéticas del gobierno. Trump, por su parte, ha desincentivado las energías renovables y la industria del coche eléctrico. Al final va a resultar que, para Estados Unidos, es ganar la IA o no ganar nada.
Imagen | Gemini
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La noticia
Hay una paradoja amenazante para EEUU: que China pierda la carrera de la IA, pero gane la guerra económica a base de desangrarles
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Amparo Babiloni
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