En las ferias tecnológicas como el CES o la IFA siempre aparecen prototipos imposibles: tablets que se convierten en otra cosa, pantallas que se doblan, cámaras que se esconden... Normalmente están ahí para lo de siempre: atraer miradas y cámaras, y desviar la atención hacia el resto del catálogo, que es el que paga las nóminas.
El ThinkBook Plus Gen 6 iba por ese camino. O eso parecía. Un portátil con pantalla OLED enrollable que se extendía pulsando un botón. La diferencia es que Lenovo no se ha quedado en la demo: lo ha llevado al mercado. Y de qué manera.
Su precio aún no es oficial en España, pero en Estados Unidos sale por 3.299 dólares. Es decir: especificaciones muy similares a las de un portátil premium de 14 pulgadas… pero con un sobrecoste de entre 500 y 1.000 dólares respecto a máquinas equivalentes de Lenovo, Dell o HP. Aquí se paga el experimento.
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Lenovo ThinkBook Plus Gen 6 |
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pantalla |
Panel OLED flexible: 14″ (5:4 – 2000×1600) cuando está retraída → se extiende a 16,7″ (8:9 – 2000×2350). Brillo ~400 nits, cobertura 100% DCI-P3, frecuencia 120 Hz. |
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procesador |
Hasta Intel Core Ultra 7 258V (serie V, centrada en eficiencia más que en fuerza bruta) |
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gpu |
Intel Arc (modelo 140V u otro según configuración) |
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ram |
Hasta 32 GB LPDDR5x (8533 MT/s) soldada. |
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almacenamiento |
Hasta 1 TB SSD PCIe (2242) |
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puertos |
2 × Thunderbolt 4, jack audio 3,5 mm, Wi-Fi 7, Bluetooth 5.4 |
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dimensiones |
Aproximadamente 303,5 × 230,6 × 19,9 mm (al mínimo grosor) |
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PESO |
~1,69 kg |
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webcam |
1080p Interruptor físico |
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batería |
66 Wh (según especificación oficial) Adaptador USB-C de 65 W tipo GaN |
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cámara / seguridad |
Cámara 5 M RGB + IR, obturador físico, lector de huellas delgado, TPM 2.0 |
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sistema operativo |
Windows 11 Home |
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precio |
De base, el ThinkBook Plus Gen 6 tiene una pantalla OLED de 14 pulgadas con resolución de 2.000 x 1.600 y formato 5:4. Ya aquí se sale de la norma: es más cuadrada que el clásico 16:10 y da bastante altura para documentos o webs.
El truco está en que una parte del panel está escondida dentro del chasis. Pulsando un botón del teclado (o con un gesto frente a la cámara que nunca usarás tras la primera prueba), un motor interno desenrolla esa sección oculta y la pantalla crece hasta las 16,7 pulgadas con resolución 2.000 x 2.350 y formato 8:9. Casi como poner otro monitor encima de la pantalla de un portátil.
Una virguería útil. Imagen: Xataka.
Es una gozada para entusiastas de la productividad, que saben disfrutar del proceso mismo de hacer el trabajo de la mejor forma posible. Me incluyo entre ellos y voy a echar de menos esta capacidad.
Algunos puntos clave:
Para usos ofimáticos, tener una pantalla que se estira hacia arriba es una maravilla. Imagen: Xataka.
A la izquierda de la tecla 'delete', el botón que abre o cierra la app Lenovo Workspace, que se coloca justo en el nuevo espacio inferior para darte acceso rápido y permanente a aplicacions de productividad de Microsoft. A su izquierda, el botón que enrolla o desenrolla la pantalla. Imagen: Xataka.
Vamos con el GIF del despliegue:
Imagen: Xataka.
Y con el del pliegue:
Imagen: Xataka.
En la práctica, ¿para qué sirve esa “columna extra” de píxeles?
A cambio, arrastra algunas externalidades:
Lenovo añade su propia capa de software con ThinkBook Workspace, una aplicación pensada para justificar –al menos sobre el papel– la existencia de la franja extra de pantalla cuando el panel se despliega si es que el usuario anda sin ideas.
Arriba, la web de Xataka. Abajo, la app Workspace que muestra recordatorios, tareas pendientes y próximos eventos del calendario, entre otros widgets. Directamente asociada con nuestra cuenta Microsoft. Imagen: Xataka.
La idea es buena: un pequeño tablero donde viven tu calendario, las tareas, los recordatorios o mini-apps flotantes que se sitúan justo en esa extensión vertical. En la práctica, funciona, pero se nota un pelín verde: es más una buena idea en su primera versión que algo completamente consolidado.
Los widgets tardan en cargar y la app a veces se sienta más intrusiva de lo que debería. Incluso el gesto de mano para subir o bajar la pantalla se activa aquí, escondido entre ajustes poco claros. Es útil durante los primeros días para experimentar, pero en la práctica suele ser más cómodo disponer de ese espacio de forma libre y flexible.
Edición de un documento arriba, concierto abajo. No es la mejor definición de "productividad" añadir un vídeo bajo el trabajo, pero la vida es mejor con Bob Dylan que sin él. Imagen: Xataka.
Lo sorprendente del ThinkBook Plus Gen 6 no es solo que la pantalla funcione, sino que en algo que parece un concepto, el resto no se venga abajo.
El chasis es de aluminio, con sensación sólida y sin flexiones extrañas pese a alojar un sistema motorizado en la tapa. El portátil pesa unos 1,7 kg y tiene un grosor cercano a los 20 mm en la parte más gruesa. No es un ultra–ultrabook, y se nota frente a uno de los extintos XPS o un MacBook Air, pero para un equipo con este tipo de pantalla es completamente razonable.
Detalle de la bisagra y el sistema de plegado y desplegado. No se diferencia mucho del diseño de algunos portátiles que usan ese elemento cilíndrico en sus bordes. Imagen: Xataka.
Cerrado no aparenta ser un portátil especial, parece uno más. Imagen: Xataka.
La bisagra es uno de los peajes más claros: para proteger el mecanismo, la pantalla solo se abre un poco por encima de los 90 grados. Nada de ponerla muy hacia atrás para trabajar en el regazo con el panel casi plano. El ángulo está limitado a lo que el sistema considera seguro para enrollar y desenrollar.
Aquí Lenovo juega en casa. El teclado está entre lo mejor que se puede encontrar hoy en un portátil Windows, con recorrido suficiente, respuesta clara y esa sensación de “tecleo rápido sin esfuerzo” que suele asociarse a los mejores ThinkPad y Yoga.
El teclado es fantástico. Imagen: Xataka.
El trackpad es háptico, sin pieza mecánica que se hunda, y está a la altura de lo que ofrece un MacBook moderno: clic uniforme en toda la superficie, buena respuesta con gestos y ausencia de ruidos extraños.
Para un portátil que literalmente lleva un motor dentro de la pantalla, que el trackpad sea sólido por diseño es, como mínimo, prudente.
Solo hay dos USB-C Thunderbolt 4 y un jack de 3,5 mm. Nada de USB-A ni HDMI, ni pensemos en un Ethernet. En un portátil normal de este grosor y precio, con vocación de flota de empresa, sería difícil de justificar. Pero aquí, con un interior comprometido por guías, motores y batería, cuesta menos entenderlo... si bien obligará a más de uno a tener un hub USB-C en la mochila.
El lado positivo es el audio: esa caja más gruesa que la media se traduce en altavoces sorprendentemente decentes para un ultrabook. No reemplaza a un buen altavoz porque la magia no existe, pero este ThinkBook sale muy bien parado gracias a su sello Harman Kardon.
El corazón del equipo es un Intel Core Ultra 7 258V, acompañado de los gráficos Arc 140V integrados en el propio chip. Es una configuración pensada para:
En pruebas sintéticas y comparativas, el ThinkBook Plus Gen 6 ha quedado por detrás de portátiles con chips H de la misma generación (por ejemplo, un Core Ultra 9 285H), sobre todo en cargas sostenidas y tareas muy paralelizables. No es una sorpresa: consume menos, disipa menos... y rinde algo menos.
Una larga pantalla vertical en el factor de forma, una vez se cierra, de un portátil clásico. Me convenció desde el principio. Imagen: Xataka.
Documento arriba, ThinkBook Workspace debajo. Concretamente, su menú de ajustes. Imagen: Xataka.
A cambio, la batería aguanta razonablemente bien:
No es un equipo para cargas pesadas continuas ni para gamers. Es un portátil de productividad exigente, donde se valora que el día de trabajo se pueda cubrir sin vivir enchufado… aunque eso signifique perder algo de punch frente a un series H.
Todo lo anterior estaría mejor digerido si el ThinkBook Plus Gen 6 costara lo mismo que un ultrabook de gama alta convencional. El problema es que no es así.
Aquí no hay gráfica dedicada, ni opciones de configuración más baratas. Hay un único modelo, de los caros, que se coloca en la banda de precio donde normalmente empiezan las workstations móviles o los portátiles gaming solventes.
Los vídeos verticales que han conquistado Internet ganan enteros aquí. Imagen: Xataka.
Una curiosidad que suena obvia pero en la que quizás no caes hasta que lo intentas: no es posible cambiar libremente la resolución con el modo de pantalla extendida. Imagen: Xataka.
El mensaje implícito es claro: quien lo compra está pagando un sobreprecio importante por el panel enrollable, así que debe tener cierta predisposición a usarlo y sacarle el partido. No se trata de un truco que venga de regalo con un portátil competitivo, es el motivo por el que el precio se dispara.
Y eso nos lleva al siguiente punto...
Si se despeja la niebla del gadget, lo que queda es una máquina muy concreta para un tipo de usuario muy concreto:
✅ A favor
🛑 En contra
El ThinkBook Plus Gen 6 encaja en una línea clara de Lenovo en los últimos años: usar el mercado como laboratorio. Ahí están...
No todos van como un tiro a nivel de ventas, pero todos dejan algo de poso en el catálogo tradicional: tecnologías, lecciones de diseño, pequeños refinamientos que acaban filtrándose a los modelos clásicos y quizás “aburridos”.
Ese botón de encendido es también un lector de huellas. Imagen: Xataka.
Si lo intentas cerrar con la pantalla desenrollada, podrás, pero el portátil empezará a emitir pitidos para indicarte que te has olvidado de algo. Imagen: Xataka.
Este es su grado máximo de apertura. Lejos de lo que estamos acostumbrados a ver. La pantalla enrollable tiene pequeñas externalidades que hay que tener en cuenta: si acostumbras a trabajar con el portátil en huecos pequeños abriéndolo mucho sobre tu regazo, aquí te encontrarás con un tope temprano. Imagen: Xataka.
Para los que disfrutamos de navegar la web y no limitarnos a simples apps, ver portadas de medios así es un ejemplo de lo que se disfruta el día a día con la pantalla extendida. Imagen: Xataka.
Este rollable deja varias pistas:
Inevitablemente, también deja algunas dudas:
Es de esperar que si este formato gana tracción, vaya cayendo en cascada a modelos inferiores y abaratando precios. El mercado dirá.
Si solo se mira con cabeza fría y el Excel abierto, el ThinkBook Plus Gen 6 es fácil de descartar: es caro para lo que rinde, no tiene GPU dedicada, es más pesado que los ultrabooks, de puertos va justito y su factor de forma es espectacular, pero quizás no para cualquiera.
Si se mira con algo más de contexto y cierta tolerancia al riesgo, aparece otra lectura: es uno de esos raros productos que no se desmoronan cuando miras más allá del truco. La pantalla enrollable tiene miga productiva, pero debajo hay un portátil sólido, bien construido, con un teclado y un trackpad fantásticos y una autonomía razonable. Y eso no suele pasar con los conceptos convertidos a producto.
¿Es el portátil que la mayoría debería comprarse? No, empezando por su precio. ¿Es el portátil que muchos agradecerán que exista dentro de unos años, cuando parte de lo aprendido aquí llegue a modelos más mundanos? Probablemente sí. Y estoy deseando que llegue ese escenario.
Lenovo ha asumido un riesgo que casi nadie quiere asumir: dejar que un concepto de feria viva en la calle, con un precio incómodo y un formato raro. A cambio ha firmado, casi sin quererlo, el portátil más interesante de 2025. Y eso, en un mercado de ultrabooks cada vez más indistinguibles entre sí, ya es mucho.
Imagen destacada | Xataka
Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Lenovo. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
He probado el primer portátil enrollable: el Lenovo ThinkBook Plus Gen 6 demuestra que la productividad sigue admitiendo sorpresas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
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