Jon Hamm: “Es mucho más difícil hacer todo esto a los 50 años que a los 30, pero aún estoy en muy buena forma”
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Jon Hamm: “Es mucho más difícil hacer todo esto a los 50 años que a los 30, pero aún estoy en muy buena forma”

A medio camino entre el drama y la comedia negra, la serie Amigos y vecinos se sostiene en un vuelco radical: Coop, un tipo con un cotizado trabajo, es despedido a raíz de una escandalosa acusación y, en vez de pensar en achicar sus gastos y adoptar un nivel de vida más modesto, empieza a robarle a los adinerados habitantes de su vecindario, justificando sus actos en que que la mayoría de sus víctimas son tan ricos que no extrañarán sus pertenencias.
Compuesta por una primera temporada de nueve episodios (uno nuevo cada viernes en la plataforma Apple TV+), la ficción tiene especial interés en desmontar la fachada de los vecinos y amigos de Coop, y en estudiar la crisis de mediana edad de su protagonista, un hombre que se abre a reflexionar en torno a que el desmoronamiento de su vida comenzó mucho antes de perder su empleo.

El ancla de todo es la presencia de Jon Hamm. Como él mismo ilustra, “no hay muchas tomas ni muchas escenas en las que no participe”. El actor encarna al personaje con completa naturalidad, desplegándose con soltura en los momentos más sombríos y en los pasajes más hilarantes de la historia.
Involucrado como productor ejecutivo de la serie, Hamm trabajó de cerca con el guionista y novelista Jonathan Tropper hasta encontrar el tono correcto de la serie.
“Somos muy conscientes de que la ligereza provoca que la narración sea un poco más llevadera”, apunta. “No queríamos contar una historia que fuera implacablemente desoladora, que podría haberlo sido. Creo que reconocemos lo absurdo de poner a Coop en las situaciones en las que se encuentra y tener que improvisar sobre la marcha. Eso sin duda dará pie a situaciones graciosas”.

Esas conversaciones no sólo se limitaron al tono de la serie. Según explica, se esmeraron en “hablar de temas e ideas más amplios, más allá de ser una serie sobre un tipo que roba cosas a sus vecinos. Jonathan y yo nos esforzamos por lograr enriquecer la historia y darle más significado, pero sin perder su capacidad de entretenimiento”.
De ese rol, su primer protagónico en televisión desde el final de Mad men, habla en detalle con Culto.
-¿Qué le atrajo de hacer esta serie?
Jonathan (Tropper) y yo nos conocíamos de manera general. Yo era fanático de su escritura, conocía sus novelas y cuentos, y sabía que tenía una gran trayectoria en televisión y cine. Simplemente me gustaba su trabajo, y pensamos en que quizá podríamos hacer algo juntos. Nos juntamos a almorzar y a él se le ocurrió esta idea, una especie de marco de lo que se convirtió en Amigos y vecinos. A ambos nos cautivó la idea, pensamos que yo encajaría bien en ese mundo. Unos meses o un año después, él ya tenía el guión del piloto y me pareció muy bueno, y Apple estuvo de acuerdo. Ese fue el origen de todo. Así que surgió de una especie de admiración mutua entre él y yo. Ese sin duda es un buen punto de partida, porque estás en buenas manos con un guionista tan experimentado y talentoso como Jonathan. Y también estás en buenas manos si me eliges como protagonista de tu serie, porque yo también sé lo que hago.

-Ud. también es productor ejecutivo de la serie. ¿Qué tan desafiante fue esta experiencia fuera de la pantalla?
Bueno, fue desafiante. Digo, lo es especialmente teniendo en cuenta que ahora tengo 54 años, cumplí 54 hace un par de semanas; tenía 53 cuando la grabamos. Es mucho más difícil hacer todas estas cosas a los 50 que a los 30, pero aún estoy en muy buena forma. Así que pude mantenerme al día con el agotador calendario de producción que teníamos. Ya sabes, parte de ello es disfrutar mucho de lo que hago. Me encanta trabajar en el set, me encanta estar en el set, me encanta trabajar con otros actores, me encanta trabajar con directores y para mí siempre es divertido hacer lo que hago. Cuando ir a trabajar es divertido, no se siente como si fuera un trabajo. Eso te permite superar las escenas o momentos más difíciles y desafiantes. Hubo días en que tenía que memorizar 11 o 12 páginas de diálogo, y simplemente lo lograba. Hay que acordarse de disfrutarlo. Y creo que eso suele reflejarse en la interpretación.
-Últimamente han ocurrido todo estos robos a las casas de celebridades de Hollywood. ¿Tiene amigos que hayan vivido esto? ¿Hay alguna parte de la serie que haya sucedido en la realidad?
Interesante. Mucho de esos robos empezaron a suceder después de que empezáramos a rodar, por lo que espero que no hayamos tenido ningún impacto en eso. La serie no se basa en nada más que en una idea de Jonathan. He estado muy al tanto de muchos de estos robos de alto perfil que han salido en las noticias recientemente, de famosos, pero también de atletas de todo el mundo. Parece que es un problema de crimen organizado. Y da miedo. Digo, obviamente, cuando las personas viven su vida en línea y le cuentan a todo el mundo dónde van a estar en todo momento... Eso facilita mucho saber que quizás (sus casas) se traten de un lugar vulnerable. Pero no nos basamos en nada real. Un par de amigos míos han sufrido robos. Obviamente se trató de una invasión terrible y fue muy duro para ellos y su familias. Sin embargo, no nos basamos en nada de eso. Es más bien un tema.

-¿Cómo fue su último día de grabaciones? ¿Pensaba en sólo poder irse a casa o en querer hacer de inmediato la segunda temporada?
Un poco de ambas, la verdad. Para mí fue muy difícil. La agenda y la carga de trabajo fueron considerables en esta ocasión. No sé cuánto de la serie has visto, pero estoy en todas partes. No hay muchas tomas ni muchas escenas en las que no participe. Así que fue una agenda muy exigente, tanto física como mental y emocionalmente. Además, me mudé de Los Angeles a vivir en Nueva York en un apartamento arrendado. Todo eso se acumula. Curiosamente, una de las últimas tomas de la serie fue nuestro último día de rodaje. Fue como cerrar el círculo. Hubo una especie de sensación de plenitud y de realización, sin duda, por haberlo superado. Pero también es maravilloso terminar una serie.
“Obviamente es un logro muy diferente a, por ejemplo, el último día de algo como Mad men, que fueron más bien siete temporadas a lo largo de diez años y una experiencia mucho más rica y profunda para mí. Pero son cosas similares, sentimientos similares, obviamente. Estaba muy, muy emocionado por haber terminado esa parte de la historia, pero también, cuando supimos que nos habían confirmado la segunda temporada, estaba muy emocionado por regresar al trabajo y volver a hacerlo. Me gusta esta serie. Es divertido trabajar en ella”.
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