El Ciudadano
Detrás de las promesas de combate a la delincuencia y desarrollo, el programa económico del candidato republicano plantea un severo ajuste fiscal del orden de 21 mil millones de dólares. Economistas alertan que dicha cifra equivale a un 8% del PIB de Chile, lo que provocaría una fuerte desaceleración en toda la cadena productiva.

Presentado mediáticamente como “un programa sin complejos”, la campaña de José Kast se articula sobre dos ejes: seguridad y desarrollo. El programa de Kast plantea: “Después de más de 10 años de decadencia económica y social, nuestra propuesta la podemos llamar “el despegue”. Surge con un sentido de urgencia y sin complejos en cuanto a su aplicación.
Sus pilares fundamentales son tres: desregulación, disminución de la carga tributaria, y racionalización y ajuste del gasto público. Las tres cosas en magnitudes sustantivas y sin complejos de ningún tipo”.
En seguridad, Kast ofrece la vieja receta de mano dura, en un contexto de alarma ciudadana frente a la delincuencia, cuyos casos más violentos han sido el principal foco de los matinales de televisión y lo noticiarios en los últimos cuatro años. El modelo del candidato republicano es del régimen de Nayib Bukele en El Salvador, quien a través de intervenciones espectacularizadas en las cárceles y la promoción de su país como exportador de prisiones, y también ha contado con generosa cobertura mediática.
Dos veces ha ido Kast a El Salvador a visitar las prisiones modelo de Bukele, quien orgulloso de su iniciativa penitenciaria, está arrendando a Donald Trump sus cárceles para llenarlas ahora de migrantes detenidos en Estados Unidos. Una nueva economía ha surgido así en El Salvador: la inversión penitenciaria con clientes más allá de sus fronteras.
El máximo orgullo de la gestión de Bukele es haber construido la prisión más grande de América latina, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), inaugurado el 31 de enero de 2023, con capacidad para 40 mil reclusos con un régimen de incomunicados y sin visita familiar. Orientado primero a las pandillas, en febrero de 2025, ofreció plazas en su orgullo de cárcel al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, con una primera importación de 300 personas, en su mayoría migrantes venezolanos, a cambio de 6 millones de dólares.
Relatos de personas que lograron ser liberadas a medios europeos, como BBC y Deutsche Welle, relatan haber sufrido golpes y torturas. Pese a conocerse dichas denuncias, Kast no ha tenido problemas en reunirse con el ministro de Justicia de El Salvador Gustavo Villatoro, de quien quiere copiar su modelo de mega cárceles. La última oportunidad en la que coincidieron fue en julio de 2024, en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), realizada en el balneario Cambouriú, en Santa Catarina (Brasil).
¿Qué pasa con este énfasis en políticas de seguridad en el continente?
Elvin Calcaño, politólogo y Máster en Teoría Política por la Universidad Complutense de Madrid, comentó con El Ciudadano que los estados latinoamericanos se ven enfrentados hoy a “una incapacidad en la coordinación de las estructuras sociales debido a que han ido cediendo capacidades rectoras a lo privado. Así, se ven obligados a profundizar su carácter coercitivo al tener que gestionar las consecuencias de la desigualdad que en estos países se expresan fundamentalmente en los problemas de delincuencia e inseguridad. Al mismo tiempo, tienen frente a sí poblaciones cada vez más receptivas a discursos disciplinantes y punitivos de carácter derechista. Los cuales hoy se normalizan mediáticamente”.
Calcaño agrega que “esto ha supuesto el debilitamiento de los estados en lo que refiere a su capacidad rectora y de garantía de derechos sociales. Pero que, al mismo tiempo, esto ha significado el reforzamiento de lo estatal en la parte coercitiva. Creando condiciones para la normalización de discursos punitivos que tienden a securitizar las consecuencias de la desigualdad. En el plano cultural todo lo anterior conduce a la pérdida de referentes político-ideológicos históricos, los cuales se inscribían en un mundo del trabajo que ya no existe. A lo cual se añade la irrupción de las redes sociales y el paradigma comunicativo que imponen”.
DESMANTELAMIENTO DEL APARATO PÚBLICO Y EL SHOCK RECESIVO QUE SE AVECINA
Una retórica que repite la campaña de Kast es el desmantelamiento del Estado. El padrón es el mismo de la motosierra de Milei en Argentina y el fracasado programa de reducción de gasto estatal implementado por Elon Musk en el gobierno de Estados Unidos.
En enero de 2025, Musk creó el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) con 20 empleados en la Casa Blanca y con la tarea de recortar una promesa de dos billones de dólares del gasto estatal de Estados Unidos, según declaró el magnate de Tesla. Trump, por su parte, anunció que el programa de reducción de gastos concluiría el 4 de julio del próximo año, con ocasión del 250 aniversario de la firma de la Declaración de Independencia americana.
Sin embargo, cuatro meses después, a fines de mayo de 2025, Musk abandonó el gobierno de Trump acusando serios problemas para poder implementar el recorte. Si bien, se justificó que se lograron ahorrar unos 175 mil millones de dólares, en la práctica el recorte no superó los 30 mil millones, según analistas independientes.
En Argentina con igual promesa de recortes fiscales, simbolizados con una motosierra, llegó a la presidencia Javier Milei, quien, al año de gobierno, según cifra del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de 2024, provocó que la actividad industrial trasandina cayera un 9,4%, con la construcción en una recesión de -27,5%. En los que va de 2025, según calculó la consultora Instituto Argentina Grande, salieron del sistema financiero 17.300 millones de dólares y Estados Unidos anunció un rescate de 20 mil millones de dólares, no sin antes el presidente Donald Trump reconocer que “el presidente de Argentina está haciendo lo mejor que puede, pero están muriendo”.
La narrativa desplegada en las campañas de Trump en Estados Unidos y Milei en Argentina está siendo reproducida por la candidatura de extrema derecha chilenas. Aprovechando el descrédito de lo público y las políticas de austeridad implementadas en los últimos años, la campaña de los republicanos criollos es una apuesta inédita: vender como promesa de campaña reducir la inversión pública. La promesa de recorte fiscal que al principio pareció una bravuconada, recibiendo hasta el rechazo de la candidata de derecha Evelyn Matthei en el primer foro en un canal televisivo, se transformó en un delirante juego de ir subiendo la apuesta. Jorge Quiroz, principal asesor económico de Kast, subió el recorte anunciado de 6 mil millones de dólares a US$ 21 mil millones, durante los próximos cuatro años en caso de llegar al gobierno.

“No se sabe cuál es la racionalidad de este recorte. Chile tiene unas finanzas públicas bastante ordenadas, no hay un problema de inflación desbocada como Argentina”
Andrés Solimano, doctor en Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT)
Andrés Solimano, doctor en Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y fundador del Centro Internacional de Globalización y Desarrollo (CIGLOB) comentó con El Ciudadano que “no se sabe cual es la racionalidad de este recorte. Chile tiene unas finanzas públicas bastante ordenadas, no hay un problema de inflación desbocada como Argentina. La inflación en Chile no es galopante, con un índice de 3 a 4% anual. La deuda pública, un 45% del PIB, es baja para el nivel latinoamericano y los países desarrollados”.
Solimano también se sorprende con las promesas de concretar un severo ajuste fiscal. “Recortar el gasto público en 21 millones de dólares equivaldría a un 8% del Producto Interno Bruto (PIB) de Chile. Un ajuste de esa magnitud no se ha visto en nuestro país desde el tratamiento del shock de 1976 hecho por la dictadura”- comenta.
El recorte también es criticado por el economista y académico de la Universidad de Chile, Guillermo Larraín, quien, entrevistado en El Mostrador, planteó que de efectuarse advirtió que la tendría serios efectos negativos sobre la actividad económica.

“El paquete de recorte fiscal es desacelerador de la economía y eventualmente recesivo”
Guillermo Larraín, economista y académico de la Universidad de Chile
Larraín destacó que la primera reducción prometida de 6 mil millones de dólares en los primeros 18 meses, equivalen a retirar un 2,6% del PIB nacional, lo que en la práctica significaría un “un shock negativo de demanda que es muy fuerte”, con efectos inmediatos sobre el empleo, el consumo y la actividad productiva.
“El paquete de recorte fiscal es desacelerador de la economía y eventualmente recesivo”- agregó Larraín, quien también resaltó el efecto multiplicador que tiene el gasto fiscal sobre la economía del país y, sobre todo, en la actividad privada, ya que al dejar de contratar personas y reducirse las compras de bienes y servicios, se afecta la cadena productiva completa.
La desinversión pública se acompaña de ampliar los espacios para que privados mercantilicen con las funciones públicas. “Para que el país crezca, tenemos que dejarle más espacio al sector privado”- argumenta Quiroz.
Cuando, a comienzos de octubre Quiroz fue presentado como el cerebro económico de Kast, en una evidente estrategia anti Estado, redujo a tres los problemas que tienen estancada la economía del país: “regulaciones agobiantes, carga tributaria, ajuste y racionalización del gasto público».
Fiel al estilo retórico de esta nueva derecha, señaló que era el momento de actuar “con todo el coraje” y “sin complejos”, porque “hacia allá vamos, a desregular, a reducir impuestos y ajustar el gasto público y la deuda”.
A fines de septiembre, en un foro de la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio las emprendió contra las regulaciones ambientales. Planteó que “Chile necesita un shock de gestión, no más trámites. Si queremos crecer al 6%, tenemos que destrabar la permisología, volver a creer en la iniciativa privada y recuperar la confianza en la capacidad del país para ejecutar”.
En una entrevista dada a Ex-Ante, en Julio de 2025, Quiroz planteó que el gobierno de Kast iba por desregular “sustantivamente y sin complejos”, disminuir los impuestos y cambiar la legislación laboral para estimular el empleo. La letra escondida de dicha fórmula es eliminar las indemnizaciones por años de servicio. Quiroz esconde el objetivo final diciendo que se trata de “favorecer la formalidad laboral bajando los costos de ser formal”.
Solimano llama a preguntarse por qué se quiere reducir tanto el sistema público y lo relacionado con que se persigue “acomodar la baja de impuestos a las empresas. Se trata en el fondo de un programa muy pro empresas, reduciendo impuestos a las utilidades, lo que en la práctica implican recortes de gastos en vivienda, salud y cultura. Esto se explica más bien porque quieren hacer una baja en los impuestos para las grandes empresas y así compensar con la reducción de la inversión pública”.

“Detrás de estas propuestas no hay más que neoliberalismo concentrado. No se trata de ideas nuevas, sino que las propuestas de autores de dicha doctrina como Mises, Hayek y Friedman»
politólogo Elvin Calcaño
El politólogo Elvin Calcaño comenta que “detrás de estas propuestas no hay más que neoliberalismo concentrado. No se trata de ideas nuevas, sino que las propuestas de autores de dicha doctrina como Mises, Hayek y Friedman. La concepción ético-política que le subyace es el propietarismo del siglo XIX donde los derechos de propiedad de la clase rica propietaria se oponían a la democracia. Para ellos la libertad se entiende como la libertad del rico de que el Estado no pueda regular sus acciones”.
La radicalidad de las propuestas de Kast serían capaces de producir problemas importantes para la economía chilena, advierten los economistas. “La propuesta le da un carácter de radicalismo económico a la candidatura de Kast, que podría tener graves efectos sobre la estabilidad de la economía chilena. Pensemos en que el Estado juega un rol redistributivo y corrector de desigualdades. Cortarle las manos puede implicar desequilibrios sociales”- destaca Solimano.
El economista de igual modo identifica tres ámbitos que son un foco de conflictos. En una primera instancia plantea que “la baja de los impuestos a las utilidades de las empresas es una medida social muy regresiva”. Lo segundo es que “se encontraría con mucho rechazo de los funcionarios, sindicatos del Estado, abriría la puerta a una conflictividad social”, y esto “podría generar una recesión prolongada o un crecimiento más lento por falta de estímulo a la demanda agregada”.
Para Solimano los recortes tendrían que ser compensados con mayor inversión privada, pero dadas las características rentistas del gran empresariado chileno, es ,muy difícil que esto ocurra. “Hay que llamar a la sensatez y el sentido común. En esto incluso concuerdan Matthei y Jara”.
Por su parte, Guillermo Larraín, desconfía de la capacidad del sector privado de llenar el vacío por la reducción del aparato público. Para el economista, “ese boom de inversión debiera ser prácticamente de 5 puntos del producto”, algo bastante improbable.
Por Mauricio Becerra Rebolledo
La entrada José Antonio Kast y el plan oculto de la derecha chilena se publicó primero en El Ciudadano.
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