La histórica saga de survival horror Silent Hill experimentará un cambio relevante en su modelo de producción, ya que Konami proyecta convertirla en una franquicia con lanzamientos anuales. Esta decisión llega tras el éxito de Silent Hill 2 Remake (2024) y Silent Hill f (2025), dos títulos que han renovado el interés internacional por una serie que definió el género del terror psicológico desde principios de los 2000.
El productor de la franquicia, Motoi Okamoto, explicó que el propósito es alcanzar un ritmo de “aproximadamente un título por año” dentro del universo Silent Hill. Okamoto reconoció el desafío de esta meta, ya que cada entrega recaerá en un equipo diferente, aunque enfatizó el compromiso por parte de la compañía: “Haremos todo lo posible por ofrecer nuevas actualizaciones, así que esperamos que tengan un poco de paciencia”. El responsable también dejó claro que, si resulta inviable mantener el calendario anual, se priorizará la calidad y se modificarán los plazos previstos.
La estrategia surge después de que Silent Hill atravesara una década de 2010 marcada por lanzamientos irregulares y una pérdida de protagonismo, debido a títulos esporádicos que no consiguieron el favor de la crítica ni del público. La revitalización comenzó con Silent Hill 2 Remake, desarrollado por el estudio polaco Bloober Team, que logró reposicionar la franquicia en el escenario internacional. Posteriormente, Silent Hill f demostró que era posible expandir la serie con ideas originales y mantener vigente el atractivo del terror psicológico.
Como parte de este modelo, Konami ha decidido encargar cada nuevo juego a equipos distintos, permitiendo encarar la exigencia de una entrega anual y evitando la repetición de ideas, un riesgo habitual en franquicias de lanzamientos frecuentes. Un ejemplo de esta metodología es Silent Hill Townfall, desarrollado por el estudio británico No Code y programado para 2026, lo que evidencia el carácter descentralizado y colaborativo de la nueva estructura de producción.
Este enfoque pretende reducir la fatiga creativa y responde a dinámicas más usuales en franquicias deportivas o de shooters, donde el ciclo de renovación constante es habitual. En el género del terror psicológico, la estrategia es novedosa y ha generado diferentes expectativas entre la comunidad de jugadores: algunos celebran la continuidad y otros manifiestan dudas sobre el impacto que la periodicidad pueda tener en la creatividad y la calidad de los títulos futuros.
La iniciativa también supone una prueba para la industria, ya que la colaboración entre estudios como Bloober Team y No Code ilustra un experimento de descentralización y producción simultánea bajo una misma marca. Konami subraya su intención de ajustar el ritmo de lanzamientos si fuera necesario proteger el estándar de calidad asociado a la saga.
La evolución de Silent Hill hacia un sistema de entregas anuales queda bajo la mirada de jugadores y del resto del mercado de videojuegos de terror. El resultado de esta apuesta, bien como referente de éxito o como señal de advertencia, podría influir en el futuro de otros títulos emblemáticos dentro del género.
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