SEÑOR DIRECTOR:
El discurso del presidente electo, José A. Kast, llamando a la moderación y a administrar un país en emergencia, y la visión de largo plazo impulsada por el Pdte. Boric en el lanzamiento de las Estrategias Nacionales de Biotecnología y Tecnologías Cuánticas 2025–2035, instalan una tensión aparente entre urgencia y futuro. Sin embargo, ambas miradas son necesarias: la ciencia debe responder a las crisis inmediatas sin hipotecar el desarrollo de capacidades estratégicas.
La evidencia indica que los países que desincentivan la investigación ven caer su productividad, liderazgo tecnológico y capacidad de atraer inversión. La ciencia es una frontera que ningún país puede darse el lujo de cerrar, especialmente en un contexto global donde el talento y la innovación se han convertido en los principales diferenciales competitivos. Chile necesita continuidad, financiamiento estable y gobernanzas que sitúen el conocimiento científico en el centro de las políticas públicas. No es ideología, sino racionalidad económica: un gobierno de emergencia debe resolver lo inmediato sin desarmar lo estratégico.
Si la ciencia se convierte en la variable de ajuste, como un adorno de otro ministerio, Chile pierde capacidad de futuro. Si se posiciona como un pilar esencial, el país puede dar un salto que trascienda los ciclos políticos e impulse un desarrollo sostenible y competitivo.
Pilar Parada Valdecantos
Directora Centro de Biotecnología de Sistemas
Universidad Andrés Bello
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