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La tarde del 30 de noviembre de 1954, Ann Hodges, una vecina de un pequeño pueblo rural de Alabama dormía en el sillón de su living cuando un meteorito de hierro y níquel del tamaño de un pomelo rompió el techo de la casa y cayó sobre su estómago. El suceso la convirtió en una estrella, pero con el correr del tiempo solo le ocasionó desgracias