La izquierda: entre el renacer y el ocaso

José Antonio Kast es el nuevo Presidente, mientras que las izquierdas unidas, en un arcoíris que va de la DC al PC, fueron derrotadas por paliza. Esto, en una elección que no fue una más, sino la consolidación de un nuevo clivaje que se inició con el plebiscito constitucional de 2022.

Por mucho que algunos destaquen en forma alegre e irresponsable que Jeannette Jara obtuvo 5,2 millones de votos en 2025, en instancias en que Gabriel Boric fue electo con 4,6 millones en 2021, lo cierto es que es la peor derrota presidencial del sector desde el retorno de la democracia. Así lo atestigua este exiguo 41,8%, casi equidistante del 38,1% del Apruebo de 2022 y del 45,4% de Alejandro Guillier contra Sebastián Piñera en 2017 (sin unidad mediante).

Con un padrón estabilizado de voto obligatorio e inscripción automática, Jara y Kast obtuvieron una distancia de 2,1 millones de votos. En la práctica y de manera simplificada, esto implica que las izquierdas tienen que dar vuelta algo más de un millón de votos, si pretenden volver a La Moneda. Una tarea titánica, que requiere de unidad y estructura.

Luego, viene la pregunta sobre quiénes están en condiciones de regenerar el sector. Algo que hará recaer las miradas en Boric, quien siendo todavía joven y ex Presidente, tendrá suficientes cartas como para no quedarse debajo de la mesa. Pero, también será un blanco de disputa, al sindicarlo -con justicia- como uno de los principales responsables de esta debacle. Con esto, su “legado” -si es que hay alguno- estará en amarga discusión, y en duda si es que sirve como cimiento para acometer una difícil reconstrucción. Esto, bajo una posible eterna noche de los cuchillos largos en la que nada muere y nada nace.

Viene después un asunto aún más complejo; las razones de fondo que justifican que el sector vuelva al poder. Esto implica erigir un proyecto político que aune lo que queda de Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, más allá de las prebendas y los cargos. Si éste proyecto sólo responde a la meta de despojar a la derecha (como hasta ahora), la travesía en el desierto será larga. Pero, una respuesta honesta y reflexiva, llevará inevitablemente a la divergencia de proyectos. Esto, pues las izquierdas tienen posiciones antagónicas respecto al menos tres grandes temas de muy difícil conciliación.

El primero es el modelo político-económico imperante. Al respecto unos prefieren asumirlo y llevarlo hacia mayores cuotas de equidad y oportunidades, en un contexto de prosperidad empujada por el mercado, mientras que otros buscan rechazarlo, para lograr un sistema de mayor protagonismo estatal en la conducción de la economía y una mayor justicia social mediante políticas redistributivas.

El segundo tema es el sujeto político de la izquierda. Mientras unos apuestan por un modelo de suma de identidades diversas que pugnan por mayor representación, otros pretenden volver a la línea de la defensa del trabajo y los trabajadores, donde se encuentran y no rivalizan todas esas identidades.

El tercer tema dice relación con las posturas que hay que adoptar respecto de otros actores políticos.

Por un lado la nueva oposición de Franco Parisi es una realidad que genera competencia al sistema, donde entrarán con fuerza temas relacionados con la meritocracia y el esfuerzo personal.

Por otro, es muy relevante el rol que jugará Kast en sus intentos por moldear una oposición cómoda a su ideario e intereses. Al respecto, solo queda esperar si es que imperará su postura de campaña anti-Boric -con la Contraloría y las empresas de auditoría expectantes-, o el tono conciliador de su discurso de triunfo. Dos poderosas perillas de ecualización que tendrá el nuevo gobernante frente al páramo que tiene al frente.

Por Cristóbal Osorio, profesor de derecho constitucional, U. de Chile.

Diciembre 15, 2025 • 6 horas atrás por: LaTercera.com 24 visitas

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