La olvidada embarcación de Bolivia que participó en la Guerra del Pacífico
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La olvidada embarcación de Bolivia que participó en la Guerra del Pacífico

Durante el desarrollo de la campaña naval de la Guerra del Pacífico, básicamente intervinieron las escuadras de guerra de Chile y el Perú. Hasta ese punto, Bolivia no contaba con una armada y no participó en las acciones.
Aunque solo tenía como principales puertos los de Antofagasta y Cobija, lo cierto es que en la nación altiplánica recién se estaba desarrollando la navegación a vapor, en particular estimulada por el contacto con el Perú. Un hito ocurrió el 14 de junio de 1871, con el viaje inaugural del vapor peruano Yavari, el primero que navegó por el lago Titicaca, al mando de Rómulo Espinar.
El lago Titicaca fue el escenario clave para el desarrollo de la navegación a vapor en Bolivia. En 1876, el gobierno concedió la concesión para permitir la circulación de los vapores Hormiga y San Francisco en las aguas navegables más altas del mundo.

Al año siguiente, se estableció el puerto de Tiquina y luego, el 1 de agosto de 1878, fue recibido un vapor en el entonces Puerto Chililaya (hoy Puerto Pérez) para el servicio de cabotaje. Era en realidad una lancha, que fue renombrada como Sorata en honor a la localidad del mismo nombre.
Tras el inicio de las hostilidades con Chile, en 1879, la Sorata fue desarmada y conducida desde las alturas del Titicaca, a las aguas del océano Pacífico, en las playas de Mollendo (en Perú), junto a otras embarcaciones de totora. Allí se rearmó y se le lanzó a las aguas.
“Se lo desarmó y hechó a bogar en las costas del Pacífico al servicio del Estado Mayor boliviano, también desempeñó las funciones de vigía en el reconocimiento de los corsarios chilenos y de servicio de transporte”, detalla el artículo El memorable vapor Sorata, del suplemento La Bolivia del Bicentenario.
El mismo artículo cita al cronista boliviano José Vicente Ochoa, que apunta un viaje del presidente Hilarión Daza, a bordo de la Sorata. “El General Daza y varios Jefes de Bolivia hemos hecho hoy un paseo de cacería en la isla de Alacranes, en la barca boliviana á vapor Sorata que ha llegado hoy día, casi al mismo tiempo que el ‘Pacífico’ vapor del estrecho [sic]”.

Y ahí, entre las aguas de Arica, la lancha prestaría algunos servicios de vigilancia y apoyo, pero no podía entrar en combate por sus propias características. Allí auxilió a las fuerzas peruanas durante el asalto y toma del Morro de Arica, el 7 de junio de 1880.
En el entonces puerto peruano, se encontraban fondeados la lancha torpedera Alianza y el monitor fluvial Manco Capac, al mando del capitán José Sánchez Lagomarsino. El mismo que en febrero de ese año había enfrentado al Huáscar, sirviendo bajo bandera chilena. Allí ocurrió un cruce de disparos que acabó pulverizando en el acto al comandante nacional, Manuel Thomson.
Pero una vez que la bandera de la estrella solitaria ondeó en la cima, Lagomarsino comprendió que la ciudad había sido capturada. Así, decidió abrir las válvulas del Manco Capac para hundirlo antes de que cayera en manos del enemigo. Fue entonces que requirió el auxilio de la Sorata.

“Parada la máquina del monitor, frente al río San Juan y como a dos millas de tierra, en la línea de Chacalluta, el comandante ordenó se abrieran las válvulas y demás, para que el buque se llenara de agua y se prendiera la mecha de dinamita depositada en la sección proa; la tripulación toda se embarcó en los botes y en la lancha Sorata”, dice el mismo texto ya citado.
Pese al empeño, la Sorata no pudo navegar muy lejos. “En esta batalla el citado vapor fue capturado por la escuadra chilena”, agrega el texto referido.
El incidente de la captura de la Sorata, fue relatado en la extensa crónica de la batalla publicada en el periódico chileno El Ferrocarril.
“Cuando la lancha torpedo i la lanchita a vapor [el Sorata] remolcaban los botes que conducían al comandante Lagomarsino i su tripulación, el Cochrane se dirijió a capturarlos, intimándoles antes rendición. En esos mismos momentos, la lancha torpedo se desprendía i tomaba a todo vapor rumbo al norte, mientras la otra lancha [la Sorata] i botes bogaban hacia los buques neutrales [sic]”.
Fue entonces que la Sorata fue perseguida por el vapor artillado Loa. Este la alcanzó a la altura de Ilo. “La lancha se fue hacia la costa, i cuando hubo desembarcado toda su tripulación, volaba en mil pedazos por medio de un torpedo -detalla el mismo periódico-. Sus tripulantes emprendieron entonces la fuga hacia el interior”.
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