La receta de Milei se da vuelta: inflación de 2,5% en noviembre, alimentos por encima del promedio y un 2026 sin alivio a la vista

El dato, que supera las expectativas de la mayoría de los analistas, expone las tensiones del plan económico del presidente » libertario» de la nación austral, Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, quienes, a pesar de un dólar intervenido, una fuerte apertura importadora, no consiguen evitar el aumento de los precios que afectan la calidad de vida de los argentinos.

El índice de noviembre adelanta un diciembre con precios calientes y, según proyecciones del medio digital Página/12, no se verían números “más acomodados a la baja” sino hasta después de abril de 2026.

Mientras tanto, el acumulado del año trepa al 27,9% y en los últimos doce meses la suba llega al 31,4%.

La tormenta perfecta de Milei: tarifazos y alimentos a la cabeza

Según el informe oficial, la divisiones que lideraron el incremento de la inflación fueron: vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (3,4%); transporte (3%) y, de manera crítica, alimentos y bebidas no alcohólicas (2,8%). Este último rubro, esencial para la canasta básica, se ubicó por encima del promedio general, desbaratando una estrategia clave del gobierno de La Libertad Avanza.

Según planteó el medio citado, el rebrote de precio de alimentos le terminó jugando en contra de la estrategia aplicada por Milei de negarse a actualizar la fórmula del IPC acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) –que pondera más los servicios, como las tarifas– argumentando que subestimaba la inflación real.

Sin embargo, el actual repunte de los bienes básicos, que esa fórmula intentaba reflejar menos, terminó por amplificar la estadística oficial.

De acuerdo con los fabricantes de alimentos, los precios empezaron a subir estrepitosamente porque los costos subieron, los combustibles subieron y aún sin registras ventas, se vieron obligados a remarcar los productos para recuperar ingresos, cuando las cantidades están ausentes. Este fenómeno de “inflación de costos” en medio de una demanda deprimida es una de las paradojas de la actual crisis que se vive en la nación austral.

Contraste con el pasado y la sombra de la recesión

El dato adquiere una dimensión más alarmante al contrastarlo con períodos de crecimiento. De acuerdo con el análisis de Página/12 : «Milei está teniendo más inflación que la que hubo en el período de crecimiento más relevante de los últimos tiempos».

El medio recordó que en 2011, la inflación anual fue del 9,5%, mientras que en 2015 se ubicó en 25% y que en esos años, se creció 10 puntos y 2,9, respectivamente, en materia de actividad económico, mientras que en 2025, «con la economía desplomada y crecimiento estadístico apalancado por el agro, petróleo y especulación financiera, la inflación está por arriba de los 30 puntos».

Este factor recesivo es central. La caída del poder adquisitivo –con salarios que pierden contra la inflación mes a mes– actúa como un límite al consumo, pero no logra frenar completamente la inercia alcista de los precios, especialmente en bienes esenciales.

Página/12 destacó que justo en el período 2011-2015 «el kirchnerismo decidió un lógicamente muy discutible congelamiento tarifario que ayudó al bolsillo, aún en períodos de mayor o menor inflación».

Precio de la carne impulsa la inflación

Un análisis pormenorizado del rubro Alimentos y Bebidas realizado por el Centro de Economía Política (CEPA) arrojó luz sobre las dinámicas internas.

El organismo señaló que “en promedio, el rubro se movió 2,8% mensual (había sido, en octubre, de 2,3%, en septiembre, de 1,9 por ciento, en agosto, de 1,4%, en julio, de 1,9 por ciento, en junio de 0,6 por ciento, en mayo de 0,5%, en abril de 2,9 por ciento, en marzo de 5,9 por ciento, en febrero de 3,2%, en enero sumó 1,8 por ciento)”.

Agregó que “la evolución de los precios, en noviembre, estuvo influenciada por el incremento del precio de la carne en el mayorista, del orden de 19,3 por ciento y 16,7% en novillo y novillito respectivamente, de las frutas (+11,4% por ciento), y las verduras (+3,7%), del pollo (+5,6%) y del cerdo (capón +3,9 por ciento), compensado con un consumo que no repunta y el topeo de salario”.

En el desglose de productos de consumo masivo en el Gran Buenos Aires, los mayores aumentos se registraron en frutas y verduras (ocho productos entre los primeros 20, con incremento promedio de 14,1%) y carnes y derivados (seis productos entre los primeros 20, con incremento promedio de 9,1%).

Perspectivas sombrías y un piso inflacionario que resiste

Con estos números, noviembre se consolida como un mes de inflexión negativa. Lo que el Gobierno presentaba como un “ordenamiento” necesario a través de las tarifas y la liberalización de importaciones para regular precios internos, se topa con la realidad de una inflación que se resiste a bajar del 2% mensual y que castiga, sobre todo, a los sectores de menores ingresos a través de los alimentos.

La receta de shock, que prometía “sacarse de encima” la inflación rápidamente, enfrenta su prueba más dura. Los pronósticos para 2025 ya se revisan al alza, y el tan ansiado “alivio” para los bolsillos de los argentinos parece haberse esfumado, proyectando su llegada, en el mejor de los casos, para la primavera de 2026, Mientras tanto el piso inflacionario, lejos de quebrarse, se muestra más resistente que nunca.

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