En varias regiones del país, los hospitales han comenzado a registrar incrementos inusuales en el número de ingresos por enfermedades respiratorias, situación que los lleva a rozar los límites de ocupación y que pone en evidencia las dificultades para atender con agilidad tanto a pacientes habituales como a aquellos que presentan cuadros de descompensación. Según reportó el medio, la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) ha advertido que este aumento se encuentra estrechamente vinculado a la proliferación de la variante K de la gripe A, la cual está acelerando el ritmo de transmisión y provocando un notable repunte en la presión asistencial.
De acuerdo con SEMES, el adelanto de la epidemia de gripe en España responde principalmente a la circulación de esta variante específica. El vicepresidente de la sociedad, Javier Millán, indicó al medio que, aunque no se espera que la variante K genere casos de mayor gravedad de forma generalizada, sí está contribuyendo a una subida del 30 por ciento en la afluencia de personas afectadas por infecciones respiratorias agudas (IRA) en los servicios de urgencias, todavía sin haberse alcanzado el punto máximo del brote. Las autoridades médicas señalaron que la incidencia media supera los 600 casos por cada 100.000 habitantes, y en algunas áreas llega a sobrepasar los 1.600 por cada 100.000. Los colectivos más vulnerables a estas complicaciones resultan ser las personas mayores, pacientes inmunodeprimidos y quienes padecen patologías oncohematológicas o crónicas, especialmente cardiópatas y con problemas respiratorios.
El medio precisó que las complicaciones provocadas por la combinación de virus respiratorios han generado un aumento en los ingresos hospitalarios correspondientes a cuadros de descompensación en pacientes con enfermedades previas. La tasa de hospitalización por afecciones respiratorias ha alcanzado ya los 15 casos por cada 100.000 habitantes, lo que representa una mayor ocupación y presión sobre los recursos hospitalarios. De estos ingresos, el 26 por ciento corresponde a la gripe A, un dos por ciento a cuadros vinculados al Covid-19 y un cuatro por ciento al virus respiratorio sincitial (VRS).
El análisis detallado de las cifras revela que, en varios centros asistenciales, la actividad podría superar hasta en un 20 por ciento la afluencia habitual de pacientes, según datos proporcionados por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias y citados por el medio. Las cifras varían por comunidades autónomas: Cataluña presenta una incidencia de 164 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas cinco semanas, predominando la variante K del subtipo AH3N2, que representa el 58,3 por ciento de los casos detectados. En Murcia, la incidencia de gripe creció un 110 por ciento durante la última semana estudiada, mientras que en Navarra la variante K de la gripe H3N2 está causando 116 casos por cada 100.000 habitantes, especialmente en menores y adolescentes. En Cantabria se observa también un aumento de gripe A y H3N2, y la Comunidad Valenciana reporta un crecimiento del 10 por ciento en la incidencia de la enfermedad.
Frente a este escenario, Javier Millán reclamó la puesta en marcha de planes de contingencia que permitan reforzar los equipos de urgencias y emergencias, con la finalidad de evitar la saturación de los servicios y mantener la capacidad de respuesta general del sistema sanitario, detalló el medio. El vicepresidente de SEMES también puso énfasis en la necesidad de realizar un seguimiento constante de la ocupación hospitalaria, lo cual favorecería la disponibilidad de camas para ingresos urgentes y permitiría agilizar la gestión de pacientes. De esta manera, se facilitaría el traspaso de pacientes desde urgencias y se reducirían las esperas para conseguir una cama de hospitalización.
Los médicos de urgencias han hecho un llamamiento a la población para reforzar las medidas de prevención, recordando que la mayor parte de los virus respiratorios, incluida la gripe A, se transmiten principalmente a través del aire, mediante las gotitas que se expulsan al toser, estornudar o hablar. SEMES informó que estas gotitas pueden quedarse en las manos, superficies o dispersarse en el ambiente, facilitando el contagio al tocarse ojos, nariz o boca después de interactuar con ellas.
Ante esta situación, los especialistas han recomendado lavar las manos con frecuencia, cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, emplear pañuelos desechables y evitar el contacto cercano, como besos o compartir objetos, con personas que tengan síntomas compatibles con la gripe. También resaltaron la necesidad de limpiar más frecuentemente superficies comunes en hogares donde se reportan casos y mantener estilos de vida saludables como medidas complementarias.
En el entorno sanitario y en lugares poco ventilados, el uso de mascarilla resulta aconsejable para aquellas personas que experimentan síntomas propios de la gripe, menciona el medio según las indicaciones de SEMES. El personal de centros médicos, cuidadores de pacientes con gripe y personas en contacto directo en espacios cerrados deben acoger esta recomendación para reducir la transmisión, sobre todo en situaciones de aglomeración o baja ventilación.
Otra herramienta fundamental en la prevención se relaciona con la vacunación. Los expertos de SEMES recordaron, según publicó el medio, que la vacuna antigripal está recomendada para adultos de 60 años o más; individuos menores de 60 años en situación de riesgo; embarazadas; trabajadores de servicios públicos esenciales como fuerzas y cuerpos de seguridad o bomberos; profesionales del sector sanitario; fumadores; quienes tengan exposición laboral a animales; y niños de entre 6 y 59 meses.
En cuanto a las manifestaciones clínicas, SEMES detalló a los medios que los síntomas más habituales comprenden dolores musculares, escalofríos, tos seca, fiebre, cefalea, dolor de garganta y, en ocasiones, vómitos o diarrea. Los médicos insisten en la conveniencia de permanecer en casa ante la aparición de estos signos para no propagar el virus, dado que la gripe puede transmitirse desde un día antes del inicio de los síntomas y hasta siete días después, con máxima probabilidad de contagio en los tres primeros días.
El manejo recomendado consiste en descanso, una hidratación adecuada, abstenerse de consumir alcohol y tabaco, y emplear medicación para aliviar los síntomas. Además, SEMES recordó que la gripe está producida por un virus, por lo que los antibióticos no resultan efectivos para tratarla ni aceleran el proceso de curación. Los expertos recalcaron, además, la contraindicación del uso de aspirina en niños y adolescentes, confirmando esta información a través de varios canales según el medio.
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