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¿Qué nos han dado los romanos? No es una pregunta que me haga cuando no puedo dormir, sino la genial sátira que los Monty Python plasmaron en ‘La vida de Brian’. El acueducto, el alcantarillado, la enseñanza, la irrigación, la sanidad, el vino, los baños públicos… y las carreteras. En su punto de máximo esplendor, se estima que la red del imperio se expandía a lo largo de 120.000 kilómetros, pero a medida que se ha ido excavando se han hallado más y más restos de calzadas romanas.
En algunas ocasiones hemos traído algún “Google Maps” del Imperio Romano, pero lo que hoy tenemos entre manos es la culminación de un trabajo antológico que recopila algunas de las fuentes más importantes de las arterias del imperio y plasma esas carreteras es un imponente mapa interactivo con casi 300.000 kilómetros de carreteras.
La herramienta se llama itiner-e, y es algo que puede absorbernos durante horas y horas.
Si ya has dado una vuelta por el mapa, debes saber que se trata de un elemento vivo. A medida que se vayan realizando descubrimientos y precisando la ubicación de las vías, el equipo actualizará el mapa. Pero lo que tenemos actualmente es el resultado de más de cinco años de trabajo realizado por un equipo con miembros tanto de la Universidad Autónoma de Barcelona como de la Universidad de Aarhus de Dinamarca.
En el estudio publicado en Nature, detallan que es “el conjunto de datos digitales más detallado y completo de carreteras de todo el Imperio Romano” publicado hasta ahora. De hecho, supera por más de 100.000 km la longitud conocida de las carreteras romanas gracias tanto a una mayor cobertura en el foco como a una mejor precisión espacial. Anteriormente, el Atlas Digital de Civilizaciones Romana y Medievales (DARMC) cartografió 188.554,7 kilómetros.
Para ello, los investigadores identificaron tanto las vías más importantes como los caminos de fuentes arqueológicas e históricas, localizándolas utilizando mapas topográficos tanto históricos como actuales.
Las principales fuentes han sido el Itinerario Antonino y la Tabula Peutingeriana, pero los “hitos” y asentamientos cercanos entre sí (por ejemplo, límites del imperio, como los cercanos al Muro de Adriano) son los que han permitido a los investigadores asumir la existencia de caminos que los conectaban. Otras fuentes incluyen resúmenes de la red de carreteras romanas en regiones específicas, mapas del Mapping Past Societies, el Atlas Barrington o la Tabula Imperii Romani, entre muchos otros.
Fruto de este trabajo, el nuevo mapa incluye 299.171 kilómetros de carreteras (para conectar un territorio de más de cuatro millones de kilómetros cuadrados), y se dividen de la siguiente forma:
Y no es que se hayan sacado más de 100.000 kilómetros de la manga, sino que carreteras que antes atravesaban ríos o eran simples líneas rectas, ahora se han trazado con mayor precisión, adaptándose a las peculiaridades topográficas del terreno.
Ahora bien, aunque el trabajo es asombroso y podemos apreciar jugueteando con las distintas capas de información que muchas de las vías principales coinciden con carreteras actuales, los investigadores confiesan que “sólo” se conoce con certeza la ubicación del 2,737% de las vías romanas.
Es por eso que la gran mayoría de carreteras de itiner-e muestran la leyenda de “hipotético” o “conjetura”, justo antes de detallar el registro del que tomaron los datos. Esta certeza depende de:
Pero más allá de saciar nuestra curiosidad, algo que podemos hacer con este mapa es… jugar. El equipo ha incluido una función que aún está en estado de beta y permite explorar el tiempo que tomaban estas rutas. Para ello, tenemos que seleccionar entre varios puntos y seleccionar entre cuatro modos de transporte terrestre:
También podemos seleccionar rutas marítimas con velocidades de 2,5 km/h río abajo y 0,6 km/h río arriba.
Al final, aquel grupo rebelde de ‘La vida de Brian’ tenía bastante razón a la hora de decir que una de las cosas más importantes que los romanos habían hecho por ellos había sido el despliegue de calzadas. Porque fueron fundamentales para agilizar el transporte dentro de los dominios del imperio, y aquel trabajo se nota, incluso, a día de hoy.
Fueron los cimientos sobre los que construimos nuestras carreteras y núcleos urbanos. Es algo que queda patente cuando observamos que el único lugar del imperio en el que no hubo un despliegue tan importante o meticuloso, como África y Medio Oriente, donde el comercio sobre ruedas se abandonó al apostar por las caravanas de camellos en los siglos IV-VI, tiene consecuencias a día de hoy.
Imágenes | itiner-e
En Xataka | Forma Urbis Romae: el gigantesco mapa de la Antigua Roma concebido en 1901 y aún hoy insuperable
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La noticia
Las calzadas romanas cambiaron el mundo. Y este Google Maps de hace 2.000 años te permite recorrerlas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
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