Las películas favoritas del Papa Francisco: un retrato del Pontífice a través de su gusto por el cine
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Las películas favoritas del Papa Francisco: un retrato del Pontífice a través de su gusto por el cine

Durante su vida, Francisco I encontró en el cine un medio para reflexionar sobre la dignidad, el sacrificio y la esperanza de los pueblos
A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco mostró una notable afinidad por el cine, destacando una sensibilidad particular hacia historias de compasión, justicia social y la dignidad humana.
El Sumo Pontífice compartió su aprecio por películas que marcaron su vida y que reflejan profundamente sus valores espirituales y humanos.
Durante su visita a Filadelfia en septiembre de 2015, el Prince Theatre organizó un ciclo de cine en su honor, proyectando tres largometrajes que el Papa había mencionado públicamente como sus favoritos.
La directora de programación de la Philadelphia Film Society, Allison Koehler, explicó a la revista Entertainment Weekly que estas obras fueron seleccionadas “por el realismo y el enfoque en la clase trabajadora y la condición humana”.

En ese sentido, añadió que en ellas se aprecia “una comunidad pese a las diferencias, y compasión hacia todos los personajes”.
La primera de estas películas es Roma, ciudad abierta (1945), de Roberto Rossellini, un drama bélico neorrealista ambientado en la ocupación nazi de Roma.
En una entrevista concedida en 2013 al diario italiano La Repubblica, el Papa expresó su profunda conexión con esta historia, protagonizada por un sacerdote católico.
Koehler sugirió al citado medio que la respuesta emocional de Francisco podría estar relacionada con la experiencia de su propio padre, quien huyó de Italia debido al fascismo: “La película es un acto de resistencia, hecha contra todo pronóstico”.
Otra obra clave en la filmografía apreciada por el Papa es La Strada (1954), de Federico Fellini, que recibió el primer premio Oscar a la Mejor Película Extranjera y es considerada una obra destacada del neorrealista italiano.
Protagonizada por Anthony Quinn, Giulietta Masina y Richard Basehart, relata la historia de un forzudo de circo, una joven inocente y un payaso introspectivo.

Gelsomina (Masina) es una joven soñadora que fue vendida por su madre a Zampanò (Quinn), un artista ambulante que la integra a su espectáculo callejero. Aunque ella es maltratada por este hombre, mantiene su lealtad y se niega a cualquier oportunidad de abandonarlo.
El relato va transformándose y plantea preguntas sobre las relaciones humanas, los conflictos, el dolor y la búsqueda de la redención.
Finalmente la tercera película, que el propio Papa ha identificado como su favorita, es El festín de Babette (1987), dirigida por Gabriel Axel.
En una entrevista de 2010, antes de ser elegido pontífice, Francisco elogió este largometraje de origen danés en la que dos hermanas protestantes reciben a una refugiada francesa que revoluciona su comunidad a través de la cocina.
La trama se centra en Babette Hersant (Stéphane Audran), una mujer francesa que busca refugio tras la guerra franco-prusiana. Sin dinero y sin familia, ella es acogida en una comunidad luterana dirigida por dos hermanas solteras, Martine y Filippa, hijas de un pastor austero.
Babette comienza a trabajar como sirvienta de forma gratuita y sin beneficios a cambio de que le permitan rehacer su vida en dicho lugar. Poco a poco, ella va adaptándose a la sencillez del pueblo.
Casi dos décadas después, Babette gana un jugoso premio de lotería y, en vez de utilizar ese dinero para volver a Francia, ofrece un banquete en honor al cumpleaños del pastor fundador de la comunidad.

Murió el Papa Francisco
Este lunes, el Papa Francisco falleció a los 88 años, según confirmó el Vaticano.
Se trató del primer pontífice latinoamericano en la historia de la Iglesia Católica y una figura que, a lo largo de su pontificado de 12 años, combinó cercanía pastoral, reformas institucionales y un estilo personal austero.
Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, asumió el papado el 13 de marzo de 2013.
Desde sus inicios, marcó un tono distinto: se centró en la humildad, el cuidado de los pobres y la atención a los marginados.
Durante su último año de vida, enfrentó complicaciones pulmonares y permaneció hospitalizado 38 días por una doble neumonía. El anuncio oficial de su fallecimiento se dio a las 7:35 del lunes.

“El Obispo de Roma, Francisco, ha vuelto a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia”, declaró el cardenal Kevin Farrell desde la capilla de la Domus Santa Marta, donde residía el pontífice.
El Papa Francisco será enterrado en una tumba sencilla bajo la Basílica de Santa María la Mayor, con la inscripción única de “Franciscus”, como dispuso en su testamento.
Su pontificado estuvo marcado por controversias y avances: reformó el banco del Vaticano, permitió el voto a mujeres en sínodos, bendijo a parejas del mismo sexo y denunció la “idolatría del dinero”. Al mismo tiempo, enfrentó críticas por su manejo de los casos de abuso sexual en la Iglesia, especialmente en Chile.
En una de sus citas más recordadas, cuando se le preguntó sobre los sacerdotes homosexuales, respondió: “¿Quién soy yo para juzgar?”.

Esa postura de acogida, unida a su defensa del medio ambiente, los migrantes y los pobres, fue aplaudida por líderes mundiales.
Su muerte pone en marcha un proceso de homenaje público en la Basílica de San Pedro, seguido de un funeral y un cónclave para elegir al próximo Papa.
La Plaza de San Pedro se llenó de fieles y visitantes que lloraron la partida del pontífice.
Las campanas resonaron desde Roma hasta Manila y Buenos Aires, en señal de duelo por un líder religioso cuya visión desafió las estructuras tradicionales y abogó por una Iglesia más abierta.
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