En los 58 años de vida del ganadero José Manuel Benítez nunca había visto en la sierra de Huelva una sequía como la de 2022. A Teresa Navarro le entraron 170 centímetros de agua en su pub de Catarroja en la dana de 2024. La sindicalista onubense Ana Pinto sabe lo que es trabajar dentro de un invernadero en una ola de calor como la de 2023. Fina Gómez todavía no se ha recuperado del dragón de fuego que arrasó Las Médulas este verano de 2025.



En el listado de los diez peores fenómenos extremos que han afectado a España en la última década los autores han incluido también el histórico temporal que azotó a una buena parte de la Península ibérica en enero de 2021, conocido como Filomena. "Cada vez que hay un temporal de frío los negacionistas dicen que eso es que no existe el calentamiento global", apunta Barriopedro. Pero que el planeta esté en medio de un cambio climático causado por el ser humano no significa que en España no vaya a haber olas de frío. A lo que apunta la ciencia es a que serán menos intensas. Así ocurrió con Filomena. Las mínimas registradas durante aquel episodio fueron de media 1,3 grados más cálidas de lo que hubieran sido en el periodo 1961-1991. Y el frío intenso hubiera afectado a la mitad del país, y no a algo más de un cuarto, como ocurrió hace cuatro años. "En ciudades como Madrid, Albacete o Ciudad Real, las temperaturas fueron casi 2 °C más altas de lo esperado", añade el estudio.
Barriopedro confía en que los informes de atribución se empiecen a utilizar como herramienta para la toma de decisiones, por ejemplo, en la planificación o la adaptación al cambio climático. En cualquier caso, sostiene que estos análisis ya contribuyen a hacer "una labor de concienciación importante".
Ana Fernández
Alejandro Gallardo
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