Leandro Fernández termina enardecido tras la derrota que eliminó a la U de Chile en la Libertadores
Leandro Fernández termina enardecido tras la derrota que eliminó a la U de Chile en la Libertadores

Leandro Fernández terminó enardecido en la derrota que U de Chile sufrió ante Botafogo y marcó el adiós en la Libertadores. ¡Revisa todo!
Leandro Fernández terminó furioso en el partido que la U de Chile perdió ante Botafogo. Una derrota por la cuenta mínina en el estadio Engenhao, donde los azules tuvieron un jugador más durante gran parte del encuentro. Pero no encontraron la manera de empatar.
Fue un 1-0 que sentenció la participación del Romántico Viajero en la Copa Libertadores. Con esta caída exigua, el equipo adiestrado por Gustavo Álvarez se despidió del certamen de clubes más deseado de América. Aunque anotó su nombre en el playoff de la Copa Sudamericana.
Además de haber mostrado un nivel muy bajo en Brasil, Lea Fernández terminó enfurecido. Se despidió con Alexander Barboza, quien intentó frenarlo en el momento de furia. El espigado zaguero central conocía a su compatriota argentino de Independiente de Avellaneda.

Nada de eso le importó a Lea, quien quería despojarse del zaguero para ir sobre un rival y también a uno de los jueces. No hizo caso ni cuando Barboza pegó su frente con la de él para hacerlo reaccionar. Como no lo soltaron, Fernández le gritó algo y miró de manera muy airada al asistente colombiano.

El momento de furia de Leandro Fernández tras la eliminación de la U de Chile en la Libertadores
Leandro Fernández tuvo que ser calmado por un rival tras la dolorosa derrota que dejó fuera a la U de Chile en la Copa Libertadores. Barboza fue clave para evitar un desenlace peor con el delantero de los azules, quien estuvo muy errático con los remates al arco.

También con varios controles de balón. Quizá por eso, el pitazo final le vino de la peor forma a Fernández, quien una vez que se alejó de Barboza nuevamente intentó recriminar a uno de los rivales que consideró desubicado en la celebración.

Apuntó con vehemencia, pero afortunadamente la situación no pasó a mayores, aunque ganas no le faltaron al atacante trasandino, quien vive su tercera temporada en el Bulla. Y afortunadamente encontró a un corpulento defensor que lo conocía bien y ayudó a amainar el descontrol.
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