Enchufar un pendrive a tu Galaxy puede servir para algo bastante útil: mover archivos directamente del teléfono a la memoria USB sin pasar por un ordenador. Cada vez más móviles permiten hacerlo y, en realidad, solo hace falta un accesorio barato para olvidarte de cables al PC, nubes y demás historias.
Mucha gente sigue viendo el pendrive como “lo de los ordenadores”: conectas, copias, desconectas y listo. Sin embargo, con la tecnología USB On-The-Go (USB OTG) el móvil deja de ser solo “un aparato que enchufas al PC” y pasa a comportarse como una especie de miniordenador capaz de leer y escribir en una memoria externa.
Eso, en el día a día, se traduce en cosas muy concretas. Si trabajas con documentos grandes, grabas vídeo a menudo o simplemente quieres hacer una copia rápida de tus fotos antes de que pase algo al teléfono, conectar el pendrive directamente al móvil te saca del apuro sin tener que subir nada a la nube. Y cuando vas justo de tiempo, no tienes WiFi decente o no quieres fundirte los datos, tener esta opción a mano marca bastante la diferencia.
El truco no está en instalar ninguna app rara, sino en tener bien preparado el combo de móvil y pendrive.
Lo primero es que el teléfono sea compatible con USB OTG. La mayoría de modelos actuales de Samsung lo soportan, pero en algunos móviles antiguos esa función no existe o está limitada. Si el sistema no es capaz de reconocer dispositivos externos, por mucho que conectes el pendrive, no aparecerá por ningún sitio.
Lo segundo es contar con una memoria USB que puedas enchufar sin dramas. Lo más cómodo hoy es usar un pendrive con conector USB-C, igual que el del móvil. Si el tuyo es de los clásicos, con USB de tipo A, se soluciona con un adaptador pequeño de USB-A a USB-C. No cuesta demasiado (suele rondar entre los 5 y los 10 euros) y te sirve tanto para este uso como para otros accesorios.
El tercer punto, que suele ser el gran olvidado, es el formato del pendrive. Conviene que esté en un sistema de archivos que el móvil entienda bien. Lo habitual es usar exFAT: te evitas el límite de 4 GB por archivo que tiene FAT32 y esquivas los problemas de NTFS, que en muchos teléfonos solo funciona en modo lectura. Con exFAT puedes copiar y mover archivos grandes sin que el sistema se queje.
Una vez tienes estas tres piezas encajadas, el uso es bastante intuitivo: conectas el pendrive, el sistema lo detecta, entras en el gestor de archivos y desde ahí copias, mueves o borras lo que te interese.
El procedimiento, en el día a día, suele seguir siempre la misma lógica. Primero conectas el pendrive al puerto del móvil, directamente o a través del adaptador. En unos segundos el sistema debería avisarte de que hay una unidad externa disponible. A continuación abres la app de archivos, buscas esa nueva unidad (normalmente aparece con un icono distinto o con el nombre del pendrive) y empiezas a seleccionar lo que quieras sacar del teléfono.
Puedes copiar fotos y vídeos, mover carpetas enteras, aprovechar para hacer una limpieza a fondo o montar una copia rápida de seguridad antes de un cambio de móvil. Cuando termines, es importante no tirar del pendrive “a lo bruto”. Desde los propios ajustes o desde una notificación suele aparecer la opción de expulsar la unidad de forma segura; merece la pena usarla para no jugarte que se corrompa nada.
Hay algunos detalles que conviene tener presentes. La velocidad de copia dependerá en buena parte del propio pendrive y del adaptador que uses; no todos rinden igual. El teléfono, además, tiene que alimentar al dispositivo externo, así que notarás que la batería baja algo más deprisa mientras estás copiando
Lo interesante de todo esto es que algo que suena técnico acaba siendo bastante más simple de lo que parece. No hace falta pelearse con configuraciones avanzadas, ni conseguir permisos especiales, ni depender siempre de un PC o de un servicio online. Si estás viajando, si tu conexión es mala o si simplemente llevas tiempo posponiendo la limpieza del móvil, sacar el pendrive de la mochila, enchufarlo y ponerte a pasar archivos se convierte en una especie de salvavidas exprés.
Pasar archivos del teléfono a un pendrive sin ordenador es una de esas funciones que suenan anecdóticas hasta el día que te salvan. Cuando te ves sin espacio, sin portátil y sin ganas de ponerte a subir gigas a la nube, tener esta vía te da un respiro. Al final, todo se resume en tres cosas: que el móvil sea compatible, que la memoria esté bien formateada y que no apures la batería justo cuando te hace más falta.
Imágenes | Dall-E
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La noticia
Liberar espacio de tu Galaxy sin un PC o la nube es algo que cualquier puede hacer. Sólo hace falta ese viejo pendrive que no usas
fue publicada originalmente en
Xataka Móvil
por
Manuel Naranjo
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