En diciembre de 2015 viajó a Asunción para destrabar una causa judicial en la que estaba imputada por el presunto hurto de un collar —de dudoso material y valor— perteneciente al joyero Armando Benítez. Nunca imaginó que la jueza interviniente ordenaría su detención y que pasaría nueve días en prisión, donde fue recibida por las internas con una ovación: “Moria, te amamos”. El relato de sus días tras las rejas y la estrategia legal que le permitió recuperar la libertad
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