Migración Colombia tendría que pagar millonaria indemnización por accidente que dejó a miembro de la comunidad wayuu muerto en La Guajira: piden 1.000 animales entre chivos y ovejos
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Migración Colombia tendría que pagar millonaria indemnización por accidente que dejó a miembro de la comunidad wayuu muerto en La Guajira: piden 1.000 animales entre chivos y ovejos

En el mismo hecho quedaron heridas otras dos personas, y tal y como se ordena dentro de la etnia que habita el departamento en el norte de Colombia, un palabrero enviado por la familia afectada ha puesto las condiciones sobre la mesa para resarcir en algo la pérdida
Por el accidente vial que se registró en la Troncal del Caribe, Migración Colombia ha tenido que sentarse a negociar a la vieja usanza y en los términos que realizan los miembros de la comunidad wayuu en La Guajira, en el norte del país.
Esta forma de negociación y reparación se debe a que uno de los actores involucrados fue un vehículo oficial de la entidad que provocó la muerte de un ciudadano wayú procedente del municipio de Uribia, y heridas a otras dos personas de la población de Manaure.
Los hechos se presentaron en la vía entre Cuatro Vías y Maicao, el 13 de mayo de 2025, pero solo dos semanas después el caso ha tomado relevancia a nivel nacional por la particular solicitud que ha hecho la familia de la víctima mortal del accidente, indicó el portal informativo La Guajira Hoy.com el 28 de mayo.
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Tal como reza en las tradiciones de esta etnia, cuando una persona mata a otra de su misma comunidad, se debe iniciar una negociación en la que un sabio y negociador, denominado como el palabrero (y designado por el circulo familiar afectado) lleva a su contraparte la petición para compensar los daños causados por la pérdida de la vida.
En estos casos, suelen ser pagos en especie y también en dinero, y este caso no fue la excepción, porque aquí además de plata, hay animales y otra clase de solicitudes.

Fuentes del periódico El Tiempo aseguraron que en el vehículo oficial iban tres funcionarios abordo, y que el exceso de velocidad habría sido el motivo por el que se generó el siniestro.
Los tres jóvenes iban a bordo de una motocicleta y horas después de su traslado a un centro médico loca, uno de ellos murió.
Qué pide la familia wayuu para compensar la muerte de su miembro por accidente de tránsito en La Guajira
“Se trata de una situación lamentable. Entendemos que hay una cultura distinta, con una visión diferente sobre la vida y la muerte. Por eso hemos buscado un proceso respetuoso y en el marco de lo legal”, le indicó una fuente de Migración Colombia al mismo medio regional.
Asimismo, un líder wayuu expresó que la familia del joven pide una indemnización superior a los doscientos millones de pesos, más de 48.000 dólares a la tasa de cambio del 29 de mayo, como forma de reparación.
“Esa cantidad está lejos de lo que se está discutiendo. Solamente por el fallecido se están considerando valores que superan los doscientos millones de pesos. A eso se sumará la reparación por los dos heridos”, expresó un líder wayuu en diálogo con el portal informativo.

“Según usos y costumbres del pueblo wayuu, el caso debe resolverse acorde a sus leyes indígenas. Para ello, los hermanos wayuu hacen todo un ritual y hacen la solicitud de una compensación” indicó un audio revelado por el mismo diario colombiano.
La misión del palabrero: toda una tradición para resolver conflictos en la etnia wayuu
A su vez que un reconocido palabrero (que en la lengua wayuu se dice Pütchipuu) e identificado como Orangel Gouriyu, precisó que los familiares de la víctima emitieron su solicitud (a través de su emisario) para compensar todo el daño y como reparación desean 1.000 chivos u ovejos, 100 reses, dos mulas, dos tumas (piedras de color rojo acompañadas de oro), 13 collares y el vehículo involucrado en el accidente.
De igual forma se conoció que el vehículo oficial está en poder de la comunidad indígena, y será devuelto de acuerdo al procedimiento que se adelanta, añadió Gouriyu.
El caso según fuentes cercanas al mismo se adelanta de forma lenta, pero Migración Colombia le confirmó al periódico bogotano que “los funcionarios involucrados y el particular quien iba conduciendo el vehículo se han puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación para las investigaciones pertinentes”.
Asimismo, el reconocido palabrero en La Guajira destacó que “se trata de un accidente, y debe ser cubierto por el seguro. La intención es llegar a un entendimiento, porque esto no se trata de desconocer ni el derecho wayuu ni el de la justicia occidental”. Sumado a esto, expresó que “hasta ahora, ambas partes han actuado con respeto y disposición para resolver el caso conforme a la ley y las tradiciones”, informó el portal regional.
Frente a la labor del palabrero, el periodista colombiano Alberto Salcedo Ramos publicó una crónica en la revista Soho titulada Cómo vive un wayuu. En ella tuvo la oportunidad de conversar con uno de estos sabios, llamado Juan Sierra Ipuana.

En uno de los fragmentos del texto, Salcedo Ramos describió así la profesión: “El palabrero es elegido invariablemente por el ofendido y no debe pertenecer a ninguna de las partes enfrentadas. Cuando acepta el encargo, se dirige a la ranchería del agresor para ‘llevarle la palabra’“.
Seguido a esto explicó: “Ante el grupo reunido en pleno, El Pütchipuu aclara de entrada cuál es su misión y quiénes se la encomendaron. Después expone la gravedad del daño causado y señala el monto de la reparación exigida por los afectados. Si el jefe del clan está de acuerdo con la multa, lo que sigue es fijar la forma de pago. Si no, tiene derecho a plantear una contrapropuesta que el propio palabrero transmite a la familia que le asignó la tarea”.
Para este proceso se pueden tomar varios viajes, aclara el cronista, y como le dijo Sierra Upana, “‘Mandar la palabra’ es ejecutar, a través de un ritual político, una ley vieja y feroz. El palabrero no asume el papel de juez, sino el de mediador. Por tanto, se mantiene neutral todo el tiempo. Ni siquiera toma partido por la familia que lo buscó. En el proceso de concertación oye injurias, oye amenazas, pero solo transmite lo esencial de las razones: ‘Fulano dice que puede pagarte con una recua de mulas’“.
Algunos de estos casos cuando no se tiene como compensar la pérdida o el daño causado, pueden ser declarados incluso “objetivo de guerra”, señaló el periodista, pero dicha situación parece que no ocurrirá en este caso, que sigue su proceso en las instancias judiciales no propias de la etnia wayuu y en su sistema tradicional.
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