Ni luz, ni público. Cómo David Broncano pone patas arriba su programa para salvarlo en las peores circunstancias
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Ni luz, ni público. Cómo David Broncano pone patas arriba su programa para salvarlo en las peores circunstancias

Aunque en general 'La revuelta', y en su momento 'La resistencia', acostumbra a salirse de guion y romper sus propias convenciones, hay ocasiones en las que consigue sorprender incluso más a su público. El programa "en modo avión" de anoche solo es una de las muchas ocasiones en las que David Broncano hizo de las suyas para aprovechar las circunstancias y meter giros inesperados.
En la oscuridad

Tras el apagón general el 28 de abril, Broncano apareció al día siguiente con un programa "de bajo consumo": "Hoy hemos decidido hacer el programa en modo simulacro, por si pasa otra vez en el futuro, hacer el programa en modo avión: con recursos muy bajos, no hay luz y no hay público porque hay que poner el aire". Así pues, la entrevista al futbolista Borja Iglesias se hizo prácticamente a oscuras y sin el comodín del público.
La ocurrencia reunió a 1.408.000 espectadores y 11% de share, aunque no logró liderar frente a 'El hormiguero' y la visita de Mamen Mendizábal (15% y 1.935.000).
La berrea del ciervo

¿Cómo olvidar uno de los programas que más dieron que hablar en el año televisivo pasado? Ese momento en el que Broncano decidió hablar abiertamente de que, una vez más, un invitado había tenido que cancelar a última hora porque 'El hormiguero' no quería que visitara antes 'La revuelta'. En vez de buscar otro invitado in extremis, decidieron emitir un documental de la berrea del ciervo durante el resto del tiempo en antena que les quedaba.
Obviamente, fue una noche que lideró 'El hormiguero' con la visita de Hugh Grant (15,5% y 1.973.000), pero fue todo un logro que al final fuera por un margen muy pequeño, y que 13,6% y 1.778.000 espectadores estuvieran pendientes del televisor aquella noche para ver 20 minutos de ciervos berreando.
Chris Pratt in da house

Ya sucedió con Norman Reedus, pero lo de Chris Pratt fue rizar el rizo. La presencia de invitados internacionales ha sido en ambos casos sinónimo de caos absoluto, no solo por la ausencia de un traductor (o lo que es lo mismo, Broncano con su inglés precario como único intérprete), sino por la absoluta arbitrariedad que reinó en el plató y que terminó con Pratt encantado de la vida, después de hacer malabarismos con un bocata de tortilla y dos pimientos y recibir un pomo de puerta como regalo durante su visita.
Los niveles de imprevisibilidad subieron hasta límites insospechados, lo que no convenció tanto a la audiencia esa noche (comprensible, teniendo en cuenta que si no sabías inglés, era difícil enterarse de algo): 13,1% y 1.667.000, frente 17,4% y 2.196.000 que marcó aquella noche 'El hormiguero' con Los Morancos, recogiendo a los espectadores para los que este espéctaculo fue demasiado.
Monólogo a prueba de coronavirus

No podemos olvidarnos tampoco de las etapas del programa en 'La resistencia', en concreto, de aquella vez que hicieron un programa entero sin público en 2020, como "medida" para prevenir el Coronavirus. Broncano actuó frente a un auditorio vacío (bueno, había una señora del equipo insultándole), y al final fueron los propios colaboradores los que se sentaron a su alrededor como "Arrimadas dando un mitin".
No disponemos de las audiencias de este episodio y el siguiente porque Movistar no facilita las audiencias de sus programas.
El covid haciendo de las suyas

Otro episodio de 'La resistencia' en el que el covid fue el principal obstáculo: cuando Héctor Bellerín y Borja Iglesias (en efecto, el mismo invitado del programa de ayer) iban a acudir pero en el último momento no pudieron porque dieron positivo en coronavirus. Les tocó improvisar y se pusieron a discutir quién podría sustituirlos y terminaron llamando en directo a Ana Pastor, también al propio Iglesias para hablar con uno de los fans que había venido solo por él y pescaron como pudieron a Miguel Ángel Muñoz.
Vista la positiva reacción que ha tenido el público del programa en redes con cada ocurrencia, queda claro que al final no pesa tanto en este escenario la vara de medir tradicional; no en vano los audímetros solo informan de un porcentaje de la audiencia real del programa.
Precisamente, y citando a mi compañero Randy Meeks, el show de Broncano siempre ha sido "una gilipollez autoconsciente" y es por este tipo de momentos por los que su público acude a él: para sorprenderse en su "el festival de lo inesperado y lo imbécil". Al fin y al cabo, los números sirven para que cada cadena haga sus balances publicitarios, pero conseguir borrar de la retina momentos como el de los ciervos es algo que escapa a cualquier índice de audiencia.
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Carla Monfort
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