No ocurría hace 20 años: emblemática laguna de Santiago recupera su histórico tamaño
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No ocurría hace 20 años: emblemática laguna de Santiago recupera su histórico tamaño

Con una superficie de 53 km², el lago Caburgua, ubicado en la Región de la Araucanía, por más de una década vio un dramático retroceso del nivel de sus aguas. Las explicaciones iban desde la sequía y el cambio climático, hasta desvíos de agua e incluso antiguos movimientos telúricos.
Sin embargo, desde 2024, debido al aumento considerable de las precipitaciones, la situación cambió radicalmente, subiendo en más de 350 metros el nivel de su playa.
Esta situación que se mantuvo durante el verano de 2025, y todo indica que perdurará durante el próximo invierno, se ha replicado en distintas reservas de agua en todo el país.
No ocurría hace 20 años: emblemática laguna de Santiago recupera su histórico tamaño
Uno de ellos es la laguna Batuco. En el marco del Día de la Tierra, el Santuario de la Naturaleza Laguna de Batuco, administrado por la Fundación San Carlos de Maipo, dio a conocer su último estudio pluviométrico donde revela que luego de los 100 a 150 ml registrados en el último invierno, la laguna recuperó su tamaño histórico, situación que se mantiene a la fecha.
Esto no ocurría hace 20 años en la Región Metropolitana, añade el documento, aunque destaca que entre 1985 y 2005 ocurrió en varias oportunidades.

Raúl Perry, gerente de programas de Fundación San Carlos de Maipo, revela que en 2016, conscientes de las diferentes amenazas que afectaban la sostenibilidad del lugar, adquirieron los terrenos de la laguna de Batuco, para proteger y resguardar el lugar.
A la laguna Batuco y al lago Caburgua se suman casos como Peñuelas o el mismo embalse El Yeso, que también presenta superávit (más de un 90% de su capacidad).
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, señala que la desaparición de La Niña, confirmada la semana pasada, ha mejorado las perspectivas de precipitaciones por el próximo invierno en Chile central. Las probabilidades de que este sea un año hiperárido han disminuido.
El documento de la Fundación San Carlos de Maipo, a través de imágenes satelitales Landsat y Sentinel-2, de los años 1986, 1987, 1989, 1991, 1992, 1993, 1997, 2000, 2002 y 2024, pudo identificar como en los años 87, 91, 92, 97, 2002 y 2024 los eventos de altas lluvias hicieron que la laguna recupere su tamaño original.

Lo registrado en Batuco también habla de la importancia de los humedales en la conservación del agua y la diversidad biológica en la zona donde se encuentran, agrega el documento.
Además, sostiene, es importante poner atención en el rol que pueden desempeñar los humedales como contención ante inundaciones, así como la forma en que las personas han ocupado los terrenos en donde antes se extendían éstos.

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Víctor Durán, líder de Vigilantes del Lago, organización que promueve el cuidado del lago Caburgua, ratifica que la situación del lago Caburgua es “es normal a la fecha”.
“Su volumen ha vuelto a su condición anterior con su bajada de más de 300 metros en el plano horizontal. La principal amenaza sigue siendo el cambio climático, asociado a la disminución de lluvias. Si la lluvia y la acumulación de nieve disminuye, entonces el lago volverá a bajar, ya que su desagüe es subterráneo con un caudal constante en torno a los 24 m3/s2″, añade Durán.
Cordero explica que los embalses del país, con excepción de aquellos en la Región de Coquimbo, se encuentran en niveles considerados buenos. Por tanto, encaramos con razonable optimismo el próximo invierno, “de cualquier manera, no hay que bajar la guardia, pues el efecto más evidente del calentamiento global en Chile es la pérdida de precipitaciones”.
“Desde los inicios del trabajo de la Fundación San Carlos de Maipo en la laguna de Batuco, hemos entendido que la responsabilidad de manejar esta área solo es posible a través de un trabajo articulado y colaborativo, que cuente con una comunidad que conozca y quiera este lugar, para así protegerlo”, indica Perry.

“La megasequía se extendió entre 2008 y 2022. Esta larga racha de 14 años consecutivos con déficit de precipitaciones incluyó en 2019 uno de los años más secos en 50 años. Pero en 2024 terminamos con ligeros superávits de precipitación. Es decir, llevamos dos años consecutivos sin déficits”, explica Cordero.
El gerente de programas de Fundación San Carlos de Maipo sostiene que desarrollaron un plan de manejo de la laguna de forma colaborativa junto a la organización The Nature Conservancy, una de las más importantes instituciones especializadas en medioambiente del mundo, y con la participación de más de 35 entidades.
“Este plan de manejo ha sido la guía del proceso de restauración y conservación de la laguna como un refugio para la biodiversidad y como una fuente de servicios ecosistémicos”, añade Perry.
También hemos entendido que este proceso de conservación y restauración, adiciona este último, se debe realizar en conjunto con la ciudadanía, y por ello habilitamos un espacio de visita que permite que 20 mil personas la recorran cada año, conociéndola sin afectarla.
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Aunque el rápido final de La Niña mejora nuestras chances de que este no sea un año seco o muy seco, hay que tener presente que los déficits de precipitaciones volverán a la zona central mas pronto que tarde, señala Cordero.
“La principal lección que dejó la megasequía, es que sin adaptación proactiva al cambio climático, el riesgo de abastecimiento de agua, incluso para las grandes ciudades de la zona central, puede verse comprometido”, agrega el climatólogo.
Perry establece que la laguna de Batuco es un espacio que debe convivir con múltiples amenazas, tales como la tala ilegal del bosque esclerófilo, la ganadería desregulada, la caza y pesca ilegal, el desarrollo inmobiliario fuera de normas, el uso ilegal del agua, los perros y animales domésticos asilvestrados y/o mal controlados, el uso de áreas de conservación como microbasurales, entre otras.

La fundación ha tomado diversas medidas para regular estas amenazas, pero es un trabajo continuo que requiere de toda la comunidad para poder concretarse, agrega Perry.
Hasta el año 2020, la laguna de Batuco se quedaba casi sin agua en el período diciembre-mayo, para volver a llenarse entre junio y noviembre. “Si bien un ecosistema como este puede fluctuar en la superficie del espejo de agua, esta situación extrema se producía por la acción del ser humano”. revela este último.
Perry indica que luego de una gestión legal exhaustiva, la fundación, junto con otras organizaciones, lograron que las condiciones de gestión de la cuenca cambiaran para asegurar que las aguas llegaran a la laguna. Desde el verano de 2021, la laguna de Batuco cuenta con agua los 365 días del año, permitiendo que se albergue vida en abundancia.
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