Por Gabriel Canihuante
La historiadora Montserrat Arre Marfull es la autora del libro “No teníamos negros”, cuyo subtítulo nos orienta hacia el sentido de este valioso ensayo: Historia y prejuicios en Chile sobre su pasado y presente afrodescendiente.
Con una documentación exhaustiva y una exposición clara y rigurosa, la especialista describe críticamente el largo proceso de blanqueamiento que ha sufrido Chile desde antes de la República, en el siglo XIX, hasta nuestros días.
Si actualmente en Chile vemos televisión, cine o imágenes publicitarias, en cualquier medio de comunicación, es fácil notar que los y las modelos siguen siendo en su gran mayoría personas de piel, pelo y ojos claros. Muy excepcionalmente se muestra a personas afrodescendientes o con rasgos indígenas.
Y si se pregunta a los chilenos cuáles son sus orígenes, la mayor parte (63%), sigue creyendo que son de origen europeo, ya que nos conquistaron los españoles y tienen un apellido presumiblemente asociado a ese país, como son los más comunes en Chile: González, Pérez, Rojas, etc. El auto reconocimiento como afrodescendiente es más marginal aun que aquellos que se reconocen como pertenecientes a uno de los 11 pueblos originarios registrados oficialmente en el país.
Arre Marfull desmonta una serie de prejuicios y mentiras respecto de nuestra identidad como “país mayoritariamente blanco”. Luego de tres siglos de esclavitud de personas procedentes de África y de que la población chilena en la Colonia tuviese cerca de un 20% de componente afro, fue una política del Estado -vigente hasta hace muy poco- la del “blanqueamiento”, es decir negar ese componente, como si fuese algo negativo o vergonzoso. Historiadores, educadores, políticos, escritores, periodistas, han contribuido, conscientes o no, en distintas épocas y en diferentes formas a esta política de blanqueamiento.
El destacado historiador Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886) también abogado, político y escritor, sostuvo que “Las danzas traídas de África por los negros… se unían a la indolente pereza de los indígenas americanos para hacer de los gustos populares una melancólica mezcla de ociosidad y libertinaje”.
Una reseña del sitio memoriachilena.cl describe a Vicuña Mackenna como un “hombre de temple macizo y mirada visionaria. Agitador, político, bombero y filántropo; historiador, intendente, diputado y senador. Americanista por oficio y convicción, defensor de los ideales del progreso y la modernidad, escritor infatigable … uno de los personajes más importantes y atractivos de nuestra historia nacional”. No se desconoce su relevancia intelectual, sin embargo, su visión sobre la presencia africana (y también la indígena) en Chile es al menos cuestionable.
Algo similar ocurre con Amanda Labarca (1886-1975), destacada profesora, escritora, feminista, embajadora y política chilena, quien llamó abiertamente a mejorar la raza entre las clases populares de Chile: “…Ayudar a su blanqueamiento, enaltecerlas hasta que lleguemos junto con ellas a la homogeneidad de la raza, unidad de modos de vida, ideales y tendencias en un plano americano… El mejoramiento puede realizarse de varios modos: introduciendo una caudalosa corriente de buenos emigrantes (…) y blanqueando las costumbres”. Y esto lo sostenía en uno de sus más relevantes libros, “Bases para una política educacional”, publicado en 1943 y de gran influencia para los educadores chilenos y latinoamericanos.
Ejemplos como estos forman parte de una ideología europeizante. El desconocimiento sobre los aportes de la presencia africana en Chile, como dice Arre Marfull, “no surge de una casualidad, sino de una práctica sistemática y organizada a través de doscientos años de educación republicana”.
El borramiento de lo afro en Chile surge desde la introducción forzada de africanos al país, pero se mantiene en el siglo XIX: La violenta persecución a los afrodescendientes peruanos que habitaban Arica es ignorada por la historia oficial que guarda de la guerra del Pacífico el recuerdo, casi exclusivo, del Combate naval de Iquique.
Nicolás Palacios Navarro (1854-1911) es el autor del cuestionado “Raza chilena: libro escrito por un chileno y para los chilenos”; fue un médico, veterano de guerra y pensador político de ideas nacionalistas. En 1904 sugería que “Las familias chilenas que aún conservan alguna sangre negra deberían posponer toda otra consideración, al contraer matrimonios, a la de eliminar ese resto de naturaleza inferior casándose con mujeres rubias o de los países del Norte de Europa”.
El racismo anti negro también se hizo presente en el pensamiento de Gabriela Mistral. Esto puede sorprender a muchos lectores, peros sus dichos están documentados. Arre Marfull los recoge del libro, publicado en 1978, “Gabriela Mistral anda por el mundo”. Selección y prólogo de Roque Esteban Scarpa.
“La silenciosa migración africana” es un reportaje del canal de televisión T13, proyectado en 2017. Al año siguiente TVN exhibió “¿Existe la raza chilena?” Para Arre Marfull, estos ejemplos no son casos aislados y muestran que “más allá de la ignorancia y el racismo que subrepticiamente emerge de parte de los periodistas, podemos observar los comentarios del público que visualiza los videos (en Internet), perturbadores en algunos momentos por su alto contenido xenofóbico y prejuicioso”.
Y así llegamos hasta nuestros días, con expresiones racistas, discriminadoras, que parecieran normalizarse ante el crecimiento, en las últimas décadas, de la inmigración de países americanos.
Por otra parte, conocer que hay un origen africano en el cultrún mapuche y en la cueca, son algunos de los elementos culturales que sorprenden en esta detallada exposición. Como puede sorprendernos que el presidente Manuel Montt Torres (1809-1880) era llamado “el negro Montt”, y presumiblemente haya tenido sangre africana, como también la tenían miembros de otras connotadas familias santiaguinas de inicios de la República: Barros, Vicuña, Hurtado y Calderón.
Pero eso no debería extrañarnos, porque como dice la autora de “No teníamos negros” (Editorial Planeta 2025), “Chile se funda desde su origen colonial también con lo africano. Hombres y mujeres de diversos puntos geográficos del gran continente al otro lado del Atlántico llegaron a Chile durante siglos y, tanto en términos genéticos como culturales, perviven hoy en nuestra vida cotidiana”.
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