SEÑOR DIRECTOR:
Mientras el país se prepara para un nuevo gobierno, vale la pena detenerse en una oportunidad que Chile continúa desaprovechando: el turismo. El interés internacional por nuestros destinos crece de manera sostenida, pero se enfrenta una y otra vez a una infraestructura que no está a la altura de ese potencial.
Algunos de los lugares más atractivos del país siguen presentando serias dificultades de acceso. La Carretera Austral continúa siendo, en gran parte, un camino de ripio; la Ruta del Vino colapsa en tramos de una sola vía; Castro tardó dos décadas en contar con un aeropuerto y Cochrane aún espera el suyo. Son destinos únicos, pero sin conectividad adecuada, no existe verdadera experiencia turística posible.
En materia internacional, Islandia entendió que antes de atraer visitantes, debía asegurar caminos y accesos de calidad. El resultado es un auge turístico sostenido. EE.UU, por su parte, sin contar con paisajes más extraordinarios que los nuestros, se impuso gracias a estándares claros, servicios sólidos y conectividad impecable.
Lo que falta es una decisión país, infraestructura moderna, permisos ágiles y estándares que permitan que la industria avance. Otros países, con menos belleza natural, han logrado convertirse en potencias turísticas porque hicieron lo básico. Chile, teniendo una riqueza paisajística única, no puede seguir postergando ese paso.
Es momento de dar el salto. El turismo no puede seguir siendo una promesa, debe convertirse en una realidad para el país.
Cristián Waidele
CEO HOM Group
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