Desde que Oracle anunció su acuerdo de 300.000 millones de dólares con OpenAI el pasado 10 de septiembre, sus acciones han perdido 315.000 millones de dólares en capitalización bursátil, tal y como afirman desde Financial Times. La compañía tecnológica ha apostado todo a una sola carta: convertirse en el proveedor principal de infraestructura para el laboratorio de inteligencia artificial más valioso del mundo. Los inversores no están convencidos.
La apuesta más cara de su historia. Oracle ha ligado su futuro a OpenAI de forma sin precedentes en la industria tecnológica. Según estimaciones de Jefferies, el 58% de su cartera de pedidos futuros proviene de un único cliente: OpenAI. Para ponerlo en perspectiva, Microsoft tiene apenas un 39% de concentración con su mayor cliente, y Amazon un 16%. Oracle se ha metido en un berenjenal y su diversificación de negocio ha pasado a convertirse en una dependencia crítica de OpenAI.
El plan es ambicioso pero arriesgado. La estrategia de Oracle pasa por alcanzar los 166.000 millones de dólares en ingresos de computación en la nube para 2030, según contó la compañía el mes pasado. Para lograrlo, su presupuesto de inversión en el año fiscal actual que termina en mayo asciende a 35.000 millones de dólares. Los analistas esperan que ese gasto anual se estabilice en torno a los 80.000 millones en 2029.
Pero aquí está el problema: a partir de 2027, la mayoría de esos ingresos provendrían de OpenAI, según los cálculos de RBC Capital Markets. Es decir, Oracle no solo está construyendo infraestructura masiva, sino que está construyendo infraestructura masiva para un único inquilino que aún tiene que demostrar su viabilidad comercial a largo plazo.
Los números no cuadran todavía. La deuda neta de Oracle ya se sitúa en 2,5 veces su ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización), más del doble que en 2021, y se espera que casi se duplique de nuevo para 2030. Además se espera que su flujo de caja libre se mantenga negativo durante cinco años consecutivos, según las previsiones recogidas por Bloomberg.
La compañía está financiando con deuda una granja de servidores gigantesca con la esperanza de que OpenAI genere ingresos suficientes para justificar la inversión. Mientras tanto, tal y como ha compartido Financial Times, los inversores están tan inquietos que el coste de asegurarse contra un posible impago de Oracle está en máximos de tres años.
El efecto contagio de OpenAI. Oracle no es la única compañía que ha sufrido tras anunciar acuerdos con OpenAI. Broadcom y Amazon también han visto caer sus acciones, mientras que NVIDIA apenas se ha movido desde su acuerdo de inversión en septiembre. Hace unos meses, cualquier tipo de asociación con OpenAI hacía subir las cotizaciones, considerándose como el Rey Midas de la IA. El caso más notable fue el de AMD en octubre, cuando sus acciones subieron un 24% tras anunciar un acuerdo de chips que incluía warrants de la compañía. Ese efecto halo parece haberse desvanecido por completo.
Entre líneas. La teoría inicial era que OpenAI estaba en una carrera frenética por alcanzar la inteligencia artificial general (AGI) y que Oracle era la única empresa capaz de escalar la capacidad de computación necesaria a la velocidad requerida. Oracle prometía los costes iniciales más bajos y el camino más rápido hacia la generación de ingresos porque actuaba como inquilino de centros de datos, no como propietario. Ahora los inversores están lanzando la señal de que asociarse con OpenAI ya no es garantía de éxito.
La realidad alternativa es menos halagüeña: Oracle no tiene tanto beneficio operativo como sus competidores para quemar en I+D, así que está apostándolo todo por mantener a su único gran cliente a cambio de un pagaré. Amazon, Microsoft y Meta pueden permitirse gastar entre 70.000 y 130.000 millones al año en infraestructura. Oracle está haciendo malabarismos financieros para seguir el ritmo.
Y ahora qué. Oracle tiene hasta mediados de 2026 para demostrar que su centro de datos de Abilene en Texas, con capacidad para más de 400.000 GPUs y 1,4 gigavatios de potencia, puede generar los retornos prometidos. Mientras tanto, el mercado ha hablado y se encuentra esperando pruebas de que esa asociación de los frutos prometidos.
Imagen de portada | Oracle y OpenAI
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La noticia
Oracle firmó un acuerdo de 300.000 millones con OpenAI. Dos meses después ha perdido 315.000 millones en bolsa
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Antonio Vallejo
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