Las autoridades australianas confirmaron este lunes que los autores del ataque perpetrado hace más de una semana en la playa de Bondi, en Sídney —un padre fallecido y su hijo, responsable de la muerte de 15 personas— recibieron entrenamiento dentro del país y no en Filipinas, como sugerían algunas versiones iniciales.
Según un documento policial citado por la cadena estatal ABC, ambos realizaron “entrenamiento con armas de fuego en una zona rural, presuntamente en Nueva Gales del Sur”. En registros audiovisuales obtenidos desde un teléfono incautado, se observa a los atacantes practicando con escopetas y ejecutando movimientos tácticos, mientras el hijo, de 24 años, recita en árabe pasajes del Corán antes de explicar en inglés las motivaciones del ataque, vinculado a una ideología de extremismo violento de carácter religioso.
La investigación también determinó que, antes de iniciar el tiroteo, los atacantes lanzaron cuatro artefactos explosivos que no lograron detonar, tras lo cual utilizaron tres armas de fuego para abrir fuego contra los asistentes a una celebración de Janucá, que congregaba a cerca de 2.000 personas el pasado 14 de diciembre.
Las conclusiones de la Policía desmienten así los reportes que apuntaban a Filipinas como centro de entrenamiento terrorista. Las propias autoridades filipinas habían negado la semana pasada cualquier vínculo, calificando dichas informaciones como “engañosas”.
Además de las 15 víctimas fatales, el ataque dejó 42 heridos. El hijo, único sobreviviente de los atacantes, permanece detenido y enfrenta 59 cargos mientras continúa el proceso judicial.