🌍IMotores.CL | 🗂️IMascotas.CL | 🎯Tips.CL | 🔍Valdebenito.CL | 🧪IOfertas.CL |

Procultura: síntoma de un modo de gobernar

Procultura: síntoma de un modo de gobernar

ProCultura no solo abrió un flanco judicial para el gobierno. Lo que ha hecho es confirmar una forma de gobernar marcada por la impulsividad, el arrebato de lo subjetivo y relajo frente a las responsabilidades del poder. Más allá de si hubo delitos, lo que el caso vuelve a poner en cuestión es el carácter y el modo en que se toman decisiones que afectan a todo un país.

Desde los inicios, con el viaje a Temucuicui, pasando por los indultos mal evaluados, el desborde emocional en el caso Monsalve y ahora con ProCultura, hay un patrón que se repite. Uno donde se confunde bien común con intereses personales, amiguismo con cercanía, irresponsabilidad con buena fe, superioridad moral con convicciones y frivolidad con seriedad. Donde las emociones presidenciales pesan más que la evidencia y la exaltación simbólica ocupa siempre el primer plano.

Así, no sorprende que, frente a la investigación del Ministerio Público, parte del oficialismo haya preferido victimizarse: hablar de persecución política y culpar a la DC antes que mirar hacia dentro. Repitiendo el mismo libreto que antes cuestionaron, una vez en el poder —y ante cada nueva controversia— han optado instintivamente por alzar la voz contra el sistema de justicia, los medios y otras instituciones, en lugar de hacerse cargo de los errores propios.

El FA llegó al poder diciendo que haría las cosas de otro modo. Pero lo que va quedando como sedimento tras más de tres años de gestión no parece una vocación transformadora genuina, sino un gobierno que tropieza una y otra vez, y luego intenta explicar lo inexplicable o desmarcarse de lo que antes afirmó con vehemencia.

No es raro entonces que una mayoría cada vez más amplia de la ciudadanía no solo critique la gestión gubernamental, sino que vea en ellos a quienes hicieron de la impugnación moral una estrategia para llegar al poder más que una convicción profunda, y empiece a mirar con recelo esa ética intransigente que pregonaban como bandera.

Pese a todo, hay quienes especulan con una eventual vuelta de Boric a La Moneda en 2030. Como si este primer gobierno no hubiese sido más que el ensayo general, un tiempo de aprendizaje para “habitar” el cargo. Pero, a la luz del patrón que el caso ProCultura vuelve a evidenciar, esa especulación parece más bien un acto de fe.

Bachelet retornó, entre otras razones, por el Pilar Solidario; Piñera, por el recuerdo del crecimiento económico y buena gestión. Boric, en cambio —y el FA— han gobernado tan atrapados entre su pasado como impugnadores y su presente como impugnados, que incluso lo que podrían presentar como logros se diluye ante tanta contradicción.

Porque en política, la memoria no se alimenta solo de gestualidades y símbolos para la barra propia, sino de un legado valorado por las mayorías. Y cuando lo que termina imponiéndose es el enredo, el amiguismo y los intereses personales, lo que queda, más que una obra inconclusa, es una decepción que pesa a algunos y enrabia a muchos.

Por Cristián Valdivieso, director de Criteria

Fuente

LaTercera.com

LaTercera.com

Lo + visto

0 Comentarios

Escribe un comentario

Cargando, por favor espera...

587 visitas activas